EL PAíS • SUBNOTA
Beneficiados con cambios de carátula o por el otorgamiento de la prisión domiciliaria, casi todos los condenados por el asesinato de José Luis Cabezas recuperaron la libertad. Sólo los ex policías Gustavo Prellezo y Alberto “La Liebre” Gómez continúan en prisión, mientras que los horneros y el ex jefe de la custodia de Alfredo Yabrán, Gregorio Ríos, volvieron a sus casas. En las líneas que siguen, el detalle de cómo pasó caso por caso:
Sergio Gustavo González: Junto a los horneros José Luis Auge y Horacio Braga fue uno de los primeros en ser excarcelado. Había sido condenado a cadena perpetua por la Cámara de Apelaciones de Dolores, que estableció que fue él quien obligó a Cabezas a arrodillarse esposado en la cava, donde le dispararon dos balazos en la cabeza. Tres años después del juicio oral, el Tribunal de Casación bonaerense bajó las condenas y abrió la puerta para que los acusados recurrieran a la hoy derogada ley del “dos por uno”. Así, luego de cumplir nueve años en prisión, González pagó una fianza de 20 mil pesos y en febrero de 2005 quedó en libertad. Se fue a vivir a la casa de la madre, donde periódicamente es visitado por una asistente del Patronato de Liberados y un psiquiatra del Servicio Penitenciario.
Auge y Braga: Lo último que se supo de ellos es que estaban otra vez en Los Hornos, trabajando en un delivery de pollo asado, “El rey del pollo”. Auge y Braga también debieron pagar una fianza (el dinero fue depositado por su abogado Fernando Burlando, quien asegura que lo sacó de su bolsillo). Según la condena del tribunal de Dolores, el rol de Auge en el crimen fue hacer de campana, mientras que Braga actuó como secuestrador, interceptando a Cabezas cuando salía de la fiesta de Andreani. Braga, que comenzó la carrera de Derecho en prisión, fue el último de los horneros en ser excarcelado; le llegó más tarde porque tenía antecedentes por tentativa de robo. Lo liberaron en abril de 2005, cuatro meses después que a Auge. Para entonces el cuarto hornero, Héctor Retana, ya había muerto en prisión.
.Gregorio Ríos: El ex sargento del Ejército condenado como instigador del asesinato accedió a un doble privilegio; tras obtener el beneficio de la prisión domiciliaria, consiguió que designaran como guarda legal a su mujer. Está con una tobillera eléctrica. Su caso siguió la misma vía que el de los horneros: le quedó la puerta abierta con el cambio de carátula de la causa, que de “sustracción de persona agravada por la muerte de la víctima en concurso ideal con homicidio simple con dolo eventual” pasó a la más leve “privación ilegal de la libertad con violencia, en concurso real con homicidio”. En su caso, aquella modificación significó que de la inicial pena a prisión perpetua Ríos sólo debiera cumplir 27 años de cárcel. Sobre esa base se aplicó el dos por uno, que computa doble cada día pasado sin sentencia firme.
Aníbal Luna: El ex oficial de la Policía Bonaerense dejó la cárcel en agosto de 2006, previo pago de una fianza de 40 mil pesos. Había sido condenado a reclusión perpetua. Se fue a vivir a Ostende, donde maneja un colectivo escolar. Luna es quien les marcó a los horneros quién era Cabezas.
Sergio Camaratta: Fue el último de los oficiales de la Bonaerense en salir, lo que ocurrió en octubre del año pasado. Había sido señalado por el hornero Braga como la persona que avisó que el fotógrafo estaba saliendo de la fiesta.
Gustavo Prellezo: Junto con la Liebre Gómez, es el único que queda detenido. Prellezo fue quien reclutó a los horneros, los llevó hasta la costa y los alojó en un departamento que alquiló para ellos. Dirigió el secuestro y el asesinato, y después del crimen llevó a los horneros en su auto de regreso a la ciudad de La Plata. Para la Cámara de Apelaciones de Dolores, todo esto fue parte de un plan “deliberado y frío” para matar al fotógrafo. Prellezo, al igual que los otros imputados, también hizo los trámites para acceder al beneficio de la excarcelación, pero la Justicia no se lo otorgó porque su abogado presentó los papeles cuando estaba vencido el plazo legal.
El otro preso, el ex comisario de Pinamar Alberto Pedro “La Liebre” Gómez, fue juzgado en un segundo juicio oral y condenado a prisión perpetua por haber “liberado” la zona para que los asesinos de Cabezas pudieran llevar adelante su cometido.
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