La izquierda protagonizó ayer su peor elección en los últimos años, pero sus candidatos hicieron una evaluación más benévola. “Estamos contentos porque pudimos convertirnos en una fuerza nacional, hicimos una buena elección en Santa Cruz, y se demostró que ninguno en la izquierda, ni siquiera Pino, puede ser un fenómeno nacional, porque para eso se necesita la unidad, nadie se puede hacer el hegemónico si estamos discutiendo por cero coma algo por ciento de los votos.”. Esta fue la evaluación que Vilma Ripoll, candidata a presidenta del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), compartió con Página/12. Su agrupación obtuvo el lugar más alto en la izquierda, pero no logró colocar a sus candidatos en ningún puesto. En su entorno festejaban el ocho por ciento que sacó en su pueblo, Firmat, y en Azul. Ripoll se sumó a las denuncias por faltas de boletas.

“Nos robaron las nuestras en La Matanza y Lomas de Zamora, a Chubut no las mandó el correo y en Trelew nos las robaron tres veces”, sintetizó la dirigente del MST-Nueva Izquierda. De todos modos, y a pesar de los magros resultados de la izquierda, atomizada en forma eterna, Vilma Ripoll consideró que haber presentado candidatos propios en 18 provincias y en más de 80 distritos del conurbano “es algo muy sólido, y de ahí no retrocedemos”. En su visión, la enorme distancia entre la candidata oficialista y la oposición se debe a que “nadie” en ese sector “supo diferenciarse del Gobierno”.

Por su parte, el Frente de Izquierda, conformado por el PTS, Izquierda Socialista y el MAS, denunció “escandalosas situaciones de fraude en importantes distritos de todo el país”. Según expresaron sus candidatos José Montes (PTS), Héctor Heberling (MAS) y Rubén Sobrero (IS), sus fiscales se encontraron con que en varios lugares “las boletas directamente no llegaron con las urnas del Correo, o que los presidentes de mesa no las pusieron en los cuartos oscuros”.

Además precisaron que “las autoridades intentaron invertir la carga de la prueba, afirmando que es responsabilidad de los partidos garantizar sus boletas, pero esto es falso”. Y concluyeron que “el gobierno nacional es responsable por este atentado a las libertades democráticas que convierten en fraudulentas estas elecciones”.

En tanto, Raúl Castells coincidió en calificar de fraude la ausencia de sus boletas en los lugares de la provincia de Buenos Aires que visitó. Por su parte, el candidato a presidente del Partido Obrero, Néstor Pitrola, también se quejó de faltantes de sus boletas pero destacó que estaba “conforme con el sacrificado trabajo de fiscalización que hicieron unos 3 mil militantes en el conurbano y unos 8 mil en todo el país”.