El Gobierno y la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, polemizaron en torno de sus respectivas interpretaciones de los resultados electorales y de los sectores sociales que los votaron. Desde el kirchnerismo, se le habría endilgado a Carrió haber sido apoyada por un voto de espíritu antiperonista. Y ella disparó que las “grandes clases medias argentinas” que la apoyaron el domingo no emitieron un voto “gorila”, sino que se pronunciaron contra un “estilo que implica corrupción, desmesura, nepotismo, falta de justicia social y desarrollo económico”. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, se despachó: “El que salió segundo juntando gorras, como dicen los turfistas, quiere aparecer ante el mundo como el triunfador y el que ganó por paliza tiene que seguir dando explicaciones; la verdad es un poquitito de diván”.

El crítico intercambio había comenzado anteayer, cuando el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, les aconsejaba a los porteños “integrarse y dejar de votar como una isla”. Siguió ayer con la difusión de supuestos comentarios sobre Carrió que habría realizado el Presidente a sus colaboradores: “En la Capital ganó con el voto gorila. En todos lados tuvo voto gorila”. A su vez, Carrió había declarado que “este gobierno nace con legitimidad segmentada” y que dentro de cuatro años la CC va a gobernar “en representación clara de las clases medias y medias altas”.

Ayer, la intervención más dura salió de la boca del diputado Carlos Kunkel, para quien el pensamiento de Carrió “tiene puntos en común con el de Jorge Rafael Videla”. También la vicepresidenta primera de la Cámara de Diputados, Patricia Vaca Narvaja, le cuestionó a la ex candidata presidencial que “prefiere distorsionar la realidad, antes que analizar su derrota... O falló su percepción o existe mala fe. Cristina Fernández consiguió el domingo prácticamente el 45 por ciento de los votos, ganó todos los distritos menos tres, le sacó 22 puntos de ventaja al segundo más votado y obtuvo más votos que la suma de los que consiguieron los dos postulantes que la escoltaron”. Por su parte, el ministro Aníbal Fernández dijo: “A veces me asombran las barbaridades que dice esta mujer, que este gobierno nace con legitimidad segmentada. ¡La pucha!”. Y argumentó que el futuro gobierno de CFK “está legitimado constitucionalmente, más que duplica al segundo” y preguntó: “¿Qué es lo que se pretende de diferencia?”.

Carrió no se quedó callada. Consideró que los electores que la respaldaron el domingo y la llevaron a posicionarse como primera fuerza de la oposición “no han votado en contra del crecimiento, ni por ser gorilas”, sino que “simplemente le dijeron al poder: ‘Nosotros queremos ser como nos enseñaron nuestros abuelos... Queremos para nuestros hijos no el dominio, no la corrupción, no queremos ser un país bananero”. Para la referente de la CC, “la correcta lectura es que hay valores de la clase media argentina que no se ven cristalizados en este gobierno, y no se trata del crecimiento económico ni de la capacidad de consumo, sino de estilos de gobierno”. También aprovechó para reiterar que no volverá a disputar cargos electivos. “Ya no me van a ver en una boletita, salvo que una circunstancia excepcionalísima lo determine, pero no lo voy a buscar”. Sin embargo, destacó que seguirá liderando la Coalición Cívica. “La política no la voy a dejar, pero voy a trabajar desde ese ámbito de mayor libertad, más responsabilidad de otros y menos carga para mí”.