El justicialismo tiene en las dos cámaras de la Legislatura bonaerense quórum propio y mayoría. Se supone por esto que convertir en ley cualquier iniciativa del Ejecutivo debería ser un trámite sencillo. Lo que está ocurriendo es todo lo contrario: en lo que pareció ser una demostración de poder en reclamo de mayores espacios en el gabinete provincial, los diputados del PJ encabezados por el titular de la Cámara Osvaldo Mércuri y el presidente del bloque Juan Garivoto, no sesionaron. Por eso ayer la Ley de Ministerios sólo consiguió media sanción en el Senado.
En la Legislatura dicen que el fastidio en la bancada se originó ante los últimos nombramientos de Felipe Solá, que recayeron en legisladores que no forman parte del ala dominante de la Cámara.
La ley de Ministerios es uno de los primeros instrumentos con los que el gobernador quiere demostrar que el ajuste “afectará sobre todo a las estructuras políticas”. Junto con el envío del proyecto, que reduce áreas y elimina cargos, el mandatario dispuso la baja de 10 mil contratos en la administración pública (que vencían como todos los años el 31 de diciembre), la eliminación del 80 por ciento de los celulares y la venta de una parte del parque automotor.