Pese a la semana inolvidable de Puntlandia, las dos, Pilar y Mercedes, parecen no estar dispuestas a abandonar su recorrido de ayuda a los más necesitados. “No tengo dudas de que Pilar va a seguir en esto (trabajo solidario) pero no sé ni dónde ni cuándo”, dijo su hermano, Hernán Bauzá, ayer, a la prensa en la puerta de su casa en Buenos Aires. Bauzá había informado, días atrás, que su hermana “estaba muy contenta por el trabajo en Somalia con chicos desnutridos”.

Mercedes García, la médica leonesa, tampoco le va en zaga. “Nadie duda de que cuando Mercedes vuelva a España no tardará en regresar a Africa, su gran pasión”, dicen en Cuadros, el pueblo de la ribera del río Bernesga, a 15 kilómetros de la ciudad de León. Sus padres vivieron del campo y de un pequeño negocio. Mercedes nació en mayo del ’56 y se licenció en Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela. Viajó a Cuba, donde hizo un master en Epidemiología y completó su formación en Valencia, donde realizó un curso de posgrado en Medicina y Cirugía Tropical. Completó con un curso sobre tratamiento de drogadependientes. Luego trabajó como médica en el Centro Penintenciario de León y en proyectos de atención a inmigrantes para Médicos del Mundo, (otra organización semejante a Médicos Sin Fronteras) y Proyecto Hombre. En el ’92 empezó a colaborar con MSF en proyectos locales. Antes de Somalia estuvo en Darfur, Sudán, y en otras cuatro misiones de ayuda, en Angola y también en Argentina. A Somalia había llegado primero a Mogadiscio y después se trasladó a Bosasso.