EL PAíS • SUBNOTA
MIGUEL CUERVO *
Sabemos que la crisis financiera mundial se inició por los créditos hipotecarios subprime, pero todavía no estamos seguros de la magnitud ni de la profundidad de la crisis. Primero fue el Citigroup con un quebranto de 10 mil millones de dólares en el balance del último trimestre del año pasado. Pero también hay repercusiones en Francia, Alemania, España y ahora en Inglaterra, y todos tienen el mismo tipo de crisis, producto de una emisión de créditos hipotecarios riesgosos. Más allá de las repercusiones financieras, hay que comenzar a observar el impacto en la actividad económica mundial. La administración Bush tomó medidas para impulsar el gasto privado por sobre el gasto público. Optó por devolver impuestos y rebajar las tasas de interés para que los bancos puedan reciclar sus carteras de clientes y así aliviar su situación financiera. Si bien todavía no se conoce al detalle cómo se implementará ese salvataje, es importante saber que, para salir de una recesión en el corto plazo, Estados Unidos debería aumentar el gasto público, es decir, tomar medidas de neto corte keynesiano. En cuanto a la Argentina, como no tenemos una participación fuerte en el mercado financiero internacional, no creo que nos afecte. Sin embargo, hay que prestar atención al nivel del comercio mundial. Si China se viese afectada en su poder de compra, tendríamos serios problemas con nuestras exportaciones.
* Director del Centro de Estrategia de Estado y Mercado.
MIGUEL KIGUEL *
Más allá de que la Argentina está bien blindada gracias al superávit gemelo (fiscal y comercial), algún efecto soportará. Probablemente aumentarán las tasas de interés de los títulos públicos a largo plazo y el sector privado tendrá dificultades para obtener financiamiento en el sistema bancario. Por otro lado, si la economía mundial comienza un proceso de desaceleración, es evidente que algún coletazo sufriremos. Sin embargo, todavía es impensable una crisis financiera a nivel local, ya que la banca está bien parada y seguimos apuntando a mantener los dos superávit. Y mientras los precios de los commodities se mantengan altos, no habrá mayores inconvenientes. La clave para la economía argentina es observar lo que pase en China. Si el país asiático puede sostener su demanda actual, a pesar de que ésta se frene en Europa y Estados Unidos, estaremos tranquilos. El problema vendrá si China, en vez de crecer al 9 por ciento anual, creciera este año al 4. Y en este sentido, creo que el gobierno argentino todavía no ha reaccionado demasiado. Por lo tanto es recomendable que el Ministerio de Economía y el Banco Central sigan la coyuntura bien de cerca, y estén preparados por si deben tomar medidas que impliquen un ajuste adicional para contener el gasto público, al revés de lo que está haciendo Estados Unidos. Incluso, el Central podría considerar subir sus tasas de interés como hizo a mediados de 2007.
* Consultora Ecoviews.
RAUL OCHOA *
El mundo está viviendo una crisis financiera profunda, de la cual todavía no se conocen todas sus repercusiones; cada día aparecen nuevos coletazos. Estados Unidos tiene un peso relevante en la economía mundial y, por lo tanto, sus problemas afectan al resto. Creo que esta crisis financiera terminará impactando en la economía real, bajando los niveles de demanda a nivel global. Más allá del programa lanzado por Bush la semana pasada, una reducción del consumo estadounidense es inevitable. Es decir que Estados Unidos, que representa el 16 por ciento de las importaciones y el 9 de las exportaciones a nivel mundial, está entrando en un proceso de ajuste global. En este sentido, no hay posibilidades de escapar. A nivel local, me da la impresión de que el Gobierno subestimó el proceso recesivo de los Estados Unidos, ya que existía la impresión, algo optimista, de que la situación se corregiría sola, con un breve período de contracción de la demanda. Sin embargo, a medida que se van conociendo los números, la cuestión no es tan sencilla y amerita pensar en las posibles repercusiones locales. En este sentido, tanto Economía como el Banco Central deberían cuidar las cuentas fiscales y dar señales positivas porque de lo contrario el sector privado es el que tendrá mayores dificultades para obtener financiamiento. Los bancos ya están tomando medidas, dificultando el acceso al crédito.
* Asesor del BID en política comercial externa.
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