Eugenio García es uruguayo, aunque pasó diez años trabajando para una pastera argentina de Colonia y se formó de aquel lado del Río de la Plata. Hoy es gerente de Producción de Botnia, uno de los hombres de la primera línea de producción y una de las caras de la compañía durante la recorrida con la prensa argentina. También es vecino de Fray Bentos.

García vive con su familia a 4 kilómetros de la planta de celulosa. Tiene allí a sus cuatro hijos, los cría y dice que les da agua, la misma que toma él, dice. Es algo así como la figura experimentada de la planta, el tipo capaz de entender además los miedos de las familias entrerrianas: “A mí me pasaría lo mismo, si me dicen que esto es malo y no me informan, o me informan mal”.

–Luego de los números que se conocieron estos días, los asambleístas están convencidos de que, si la planta funciona con cero nivel de contaminación, es porque está usando apenas una parte de su capacidad.

–Nosotros arrancamos en noviembre con 1800 toneladas (tn) por día, pero nuestra capacidad nominal es de 3 mil por día. El primer mes estuvimos en el 60 por ciento, en el segundo lo pasamos y en el último período estamos en 2600. Eso es más del 80 por ciento y hubo una cantidad de días que estuvimos al ciento por ciento, pero también hubo días de parate. El argumento de que no contaminamos porque estamos produciendo poco no sólo no es así, sino que nos hace mucho favor. Quiere decir que lo que se percibe es cero o lo correspondiente a una planta no funcionando, lo cual significa que la planta está funcionando muy bien o genera un impacto no perceptible.

–Ustedes dicen que usan un método libre de cloro elemental, con componentes que son más caros. Los asambleístas creen que esto es parte de una sobreactuación y que no podrían soportar estos costos en el tiempo.

–Es buscarle el pelo al huevo. Las plantas se piensan en largos plazos, no se puede usar un producto un día y eliminarlo al otro. La planta permite pequeñas variaciones, pero se hace un diseño para trabajar con cierta cantidad de dióxido de cloro, de oxígeno y agua oxigenada: eso tiene un costo y ya están hechos los costos y son perfectamente compatibles con los precios del mercado. Y es sostenible en el tiempo. Cualquier fábrica instalada en los últimos cinco años está haciendo lo mismo que nosotros.

–¿Cómo afectó el corte a la producción?

–El corte del puente no nos afecta en lo mas mínimo, lo que sí nos afecta es no contar con la tecnología argentina, hay muchas empresas y técnicos que podrían estar trabajando.