–Como católica y separada, ¿cómo vio que el Vaticano no le diera el plácet a Alberto Iribarne?

–No me gusta. Es una opinión personal: me siento miembro de la Iglesia y son cosas que no me gustan.

–¿Cómo es Macri como jefe?

–Ya lo tengo de jefe hace cuatro años y pico. El tiene una facilidad para conformar equipos. Probablemente, porque no viene del microclima político, ni tiene el estigma de la confrontación personal y la eliminación del otro. En ese sentido, es un jefe muy piola.

–¿Qué diferencia encuentra entre el Macri-jefe y el Macri-diputado?

–Me parece que tiene muchísimo más enganche con las funciones ejecutivas.

–Con las legislativas, mucho enganche...

–...no. Sí se exageró lo que fue como diputado...

–En Diputados, faltó a 277 votaciones de las 321 de 2006.

–Es verdad. El reconoce que no le es familiar ese lugar, ni la tarea que hay que desempeñar allí. Ahora arranca a las 8 de la mañana, y no para hasta las 8 o 9 de la noche, con un nivel de involucramiento en todo.