Daniel Arroyo dice que cuando se enteró de qué pasaba con los comedores de los centros comunitarios del conurbano, “me puse muy nervioso”. El ministro de Desarrollo Humano de la provincia de Buenos Aires explicó a este diario qué sucedió con los fondos de los centros: “El ministerio tenía un retraso muy importante, lo que hemos hecho ahora es ponernos al día... La red (de comedores) Encuentro la conozco hace muchísimos años, no bien lo supe me puse muy nervioso, porque yo veo en eso un tema de legitimidad y cuando una institución cierra, la legitimidad se cae y lo peor que puede pasar en la política es perderla. Yo lo que tengo que hacer es trabajar con todos los buenos que son un montón, y ayudarlos a la tarea que hacen, es mi primera tarea como ministro”. Ante el cierre de muchos comedores comunitarios, en diversos barrios bonaerenses se pudo recurrir a los comedores escolares. Pero hubo un problema: algunos no recibían a los niños no escolarizados. “Es así –explicó Arroyo–, por eso yo destrabé y ahora están funcionando. Por eso lo que hay que hacer no es que tiene que haber muchos programas de 6 a 9 años con 462 grupos focalizados: tenemos que hacer programas por barrio, integral, donde la unidad la dé el territorio.”