ESPECIALES
› FESTEJOS POR LOS 50 AÑOS DEL PAYRO
El teatro de todos
Enrique Pinti, Jorge Guinzburg, Norma Aleandro y Liliana Herrero, entre otros, rindieron homenaje, por momentos bajo la lluvia, a una legendaria sala, por donde pasaron ya 3.500.000 espectadores.
› Por Cecilia Hopkins
“Nos viene cagando la lluvia desde el 25 de mayo... y encima seguimos sin saber de qué se trata todo esto”, arrancó con su monólogo Enrique Pinti, encargado de abrir el acto previsto para festejar los 50 años del Teatro Payró. Pasadas las 20.30, la fina llovizna había obligado a artistas y público a iniciar en la sala la celebración que en principio iba a concretarse frente al teatro, en el tramo de la calle San Martín que va de Córdoba a Viamonte, donde ya se habían instalado los puestos de choripán a beneficio del comedor Los Carasucias. En la entrada ya estaba puesta la placa recordatoria con que la Legislatura porteña homenajeó al Payró por “su compromiso con el teatro y la cultura argentinos”.
“Desde el ‘52 hasta ahora, en el Payró y en el país pasó de todo” –resumió Jorge Guinzburg en su rol de maestro de ceremonias–, “golpes, devaluaciones, cambios de moneda y 26 presidentes, de los cuales solamente 7 fueron elegidos por el voto”. Otras cifras fueron recordadas por Diego Kogan, hijo del director Jaime Kogan, quien fundó el Payró junto a Felisa Yeni y Onofre Lovero: fueron estrenadas más de 350 obras de autor nacional y en total, más de 1000 espectáculos que involucraron a más de 3000 actores y técnicos, con una afluencia de más de 3.500.000 espectadores.
“En este país, donde desgraciadamente mucha gente no puede cumplir cincuenta años de vida”, graficó Pinti, “donde instituciones más cuidadas y subsidiadas que ésta han desaparecido, el Payró sigue manteniendo la misma calidad de siempre”. Aunque el actor dijo que nunca llegó a trabajar allí, contó una experiencia personal. En 1962, cuando el grupo Tacuara baleó el frente del teatro, otras agrupaciones de teatro se solidarizaron con el Payró ofreciéndose para montar guardia durante las funciones. “Yo era un gordito fofo de 18 años –recordó el actor– y muerto de miedo estaba parado entre estas mismas paredes como jefe de guardia, portando un arma y una cachiporra, por si alguien armaba algún quilombo”.
Las intervenciones musicales comenzaron con el dúo Dosaxos2 y siguieron con un solo de flauta traversa a cargo de uno de los integrantes del grupo Bat-Macri. Antes de la breve y colorida presentación de la Banda de la Risa, fue el turno de Liliana Herrero, quien señaló que el Payró “condensa la historia política y cultural del país”. También se recordaron otros momentos difíciles vividos en el teatro. En el ‘61 fueron baleados actores del teatro, en el ‘74 el frente de la sala fue destrozado por una bomba de la Triple A, en el ‘77 fue prohibida la obra Telerañas, de Eduardo Pavlovsky, en el ‘78 comenzaron las amenazas de desalojo por parte de funcionarios. “Ya en la democracia –finalizó Kogan–, pese a los planes económicos y las políticas culturales, el Payró tiene el cuero duro: resiste, igual que toda la cultura argentina”.