Dom 02.06.2002

ESPECIALES  › MAS CARTAS DE LOS LECTORES

Página/12 y yo

Pasó el aniversario y siguieron llegando mensajes, cuentos personales de cómo un diario cambió a sus lectores. Otra selección de los cientos de cartas recibidas.

GRACIAS. Si estuviera entre nosotros, José Luis habría escrito para ustedes una felicitación seguramente graciosa y tal vez irónica. Para traerlo al presente, porque desde Página nos acompañaron en el momento más doloroso, y por “abrirles la cabeza”, cada día les decimos: gracias y feliz cumple en su nombre y en el nuestro.
Julia C. de D’Andrea Mohr y José Luis D’Andrea Mohr (h)

A veces los hechos coyunturales suscitan efectos impensados y venturosos; por ejemplo, no haber podido escribir para ingresar en el suplemento editado por Página dentro del plazo previsto, me permite, como lectora del diario, mencionar aquella tapa que produjo espanto. Aquella que fotografió a una niña pequeña, que no obstante los brazos que la sostenían se tambaleaba sobre sus piernitas enflaquecidas. El estigma del Tercer Mundo se mostró con la imagen obscena de lo que se prefiere ignorar. Siguiendo el mismo estilo, Página/12 se caracterizó por poner ante la mirada ciudadana aquello que para mucha gente tendría que ser enterrado. Durante 15 años publicó y dijo, en recuadros ineludibles: “Estas personas que aquí mostramos, deberían estar entre nosotros. Pero no están. Son parte de los desaparecidos. Acuérdense de ellos así como nosotros nos acordamos de nombrarlos, en el nombre de la justicia, sin olvido ni perdón.” En esos recuadros se enhebró y se enlaza lo que no tiene retorno. ¿Podrá retornar de su distrofia la niñita de aquella tapa? Tal vez respondiendo a la misma duda, Rep ilustró la contratapa del 23 de mayo con un desfile de modelos de anticipaba el destino de estas criaturas transformadas en las sombras adultas de la gente que constituye esta nación caníbal, devoradora de sus hijos. Así los trata cuando los desaparece, los exilia o los aniquila por hambre aún antes de nacer.
Más allá de lo cual la gente que hace Página nos acostumbró a la carcajada matinal asociada con el festejo de una tapa y del pirulo incluido. El comentario continúa estallando: ¡Son bárbaros estos tipos! ¡Las cosas que se les ocurren! Añadiendo la interpelación amical en el trabajo cotidiano: “¿Viste la tapa de Página? No se puede creer.” Más vale creerles porque siempre anuncian la pura (verdad). Me refiero a la interpretación de los hechos mediante la acidez doliente del humor que brota ante el registro de la injusticia y de la corrupción como acompañantes inevitables de nuestra cotidianidad.
Si me evalúo como lectora de Página limito la contribución en este espacio porque también colaboro con ella. Pero es diferente leerla que enviar artículos para su edición: quienes colaboramos sabemos cuándo es posible escribir sin adherir a los cánones de un sistema que merecería ser cancelado y sustituido por otro. Dejando de lado los dogmatismos interesados en la persistencia de este sistema que nos aporta fotos como la ilustró aquella tapa, en Página es posible leer a quienes al escribir no responden a la lógica que regula los canones de dicho sistema.
Si algo ha sido eludida en Página fue la presencia de las imposturas. El campo del periodismo en el que juega Página/12 no contribuye en la persistencia de un orden simbólico acomodaticio. Por el contrario, se ocupa de que sus lector@s revisemos las ideologías convencionales. Y haber incluido un suplemento como Las 12, destinado a avanzar sobre temas políticos que comprometen al género mujer, constituyó un triunfo editorial logrado por quienes producen el suplemento. Así como Futuro me demanda nuevos estantes para su colección.
Página incorporó un lugar y de ese modo introdujo una posición: ése es el origen latino de la palabra lugar; dicha posición, por lo menos para mi condición como lectora, conduce hacia la apertura de nuevos significados posibles cuando de comprender y traducir los hechos de la realidad se trata. Entonces, tanto por las carcajadas que las tapas producen, mediante las cuales intentamos resistir ante los miedos que la impotencia nosproduce –tal como Batjin lo pensaba– cuanto por la lectura informativa que Página provee, quienes la leemos necesitamos encontrarla cotidianamente. El lugar que quince años atrás crearon se convirtió en un circuito político que produjo hechos capaces de motivar reflexiones éticas y condenas ajustadas a derecho. Que después de quince años se festeje la presencia de un periódico que logró cosas semejantes, merece que sus lector@s compartamos el éxito de aquello que, en su origen, fue un proyecto esperanzado.
Eva Giberti

Queremos enviarles un fraternal abrazo a todos los trabajadores que cotidianamente hacen posible Página/12, entre los que se cuentan amigos entrañables. Para todos nosotros, Página/12 no es solamente el medio de expresión que en innumerables oportunidades nos ha permitido difundir nuestras opiniones y análisis críticos sobre el sistema de dominación, sin ningún tipo de condicionamiento –ni restricción ni censura editorial– sino también la posibilidad de tener información y análisis sobre nuestro país que no esté contaminada por los intereses de quienes detentan el poder (ni de quienes lo sustentan en lo ideológico y político). No tenemos ninguna duda, porque nos consta, que lo mismo ocurre con el conjunto de las organizaciones sociales y cientos de miles de argentinos. Tan es así que Página/12 se convirtió, a lo largo de estos años, en una lectura obligatoria durante las recurrentes y permanentes, en lo social, crisis que han desencadenado las políticas neoliberales en nuestro país. A todos ustedes les enviamos nuestro reconocimiento, agradecimiento y afecto.
Area de Economía y Tecnología de la Flacso: Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo, Hugo
Nochteff, Pedro Bang, Martín Schorr, Karina Forcinito,
Camila Arza, Martín Abeles, Enrique Arceo.

Quiero manifestarles el cariño que les tenemos. En sus páginas encontramos siempre el amparo para nuestras preocupaciones y nos dimos el gusto de reírnos con ustedes compartiendo este país y sus vicisitudes. En nuestro caso, también hicieron posible que la información, la verdad y la consecuencia en la lucha fueran posibles.
Mirta Clara, familiar de la
masacre de Margarita Belén

Soy esa rara clase de personas que se ven impulsadas a guardar -resguardar– toda aquella foto, texto, ensayo, crónica que por el momento histórico, sensiblería o simple manía referencial lo merece. Al tomar conocimiento de la convocatoria cómplice veo: colección de tapas, notas, suplementos completos. Deduzco: visión compartida, similar sensibilidad, periodismo y literatura en mutuo juego de seducción. Y reviso y encuentro el número uno, conteniendo irónica alusión a la actitud militar de la época y una entrevista a Charly García “cumpliendo dieciocho”. Lo que me lleva a pensar en la elogiable actitud de rescate y preservación que el diario ha mantenido para con figuras públicas con tan fuerte presencia en los medios y en el inconveniente colectivo (el mismo Charly, Maradona, etc). Y advierto –allí, ahora– más que atendibles conexiones en todo eso. La “audacia intelectual” y la “locura creadora” de la que hablaba el Gordo Soriano se hallan presentes retroalimentándose. Eso es lo que pedían, eso es lo que intento mostrarles. Eso es lo que espero, deseo, anhelo, mantener como capacidad: la de ser influenciado por todo aquello que considere debo serlo.
Pedro Galbán

Desde 1990 que mantengo el rito del Página de los domingos, he pasado por diversos bares de San Telmo y últimamente por largos desayunos en casa con mi mujer y mi hija. Uno de los primeros regalos “simbólicos” que le hice apenas conocí a mi mujer fue el Radar del día en que apareció su exposición de escultura en la sección agenda. Compro otros diarios el resto de la semana por diversas razones, pero siempre termino hojeándolos y leyendo los títulos o el deportivo. Página/12 es, en cambio, un diario para leer y pensar, y es muy común tener conmigo algunas partes del diario para terminar de “devorármelo” en el resto de la semana. Guardo con mucho afecto la mayoría de las contratapas, muchos suplementos, los libritos, numeros especiales, recortes. Creo que el principal aporte fue el de hacernos pensar, más allá de estar de acuerdo o no, a través de una escritura que entrecruza el periodismo y la literatura. También ha sido muy enriquecedor la posibilidad de conocer un espacio cultural distinto al que habitualmente aparece en otro diarios. Queremos agradecerles las variadas oportunidades que nos brindaron a los lectores de ver “preestrenos” gratuitos. En este durísimo momento del país para todos les deseamos que puedan seguir muchos tiempo mas y creemos que lo poco que se puede gastar por estas épocas debe ayudar a sostener las contadas cosas que valen la pena en este bendito país, y Página/12 para nosotros está entre ellas. Un gran abrazo
Raúl, Catalina y Bianca
(6 meses)

¡Hace 15 años ya! Cuando salió Página/12 realmente fue un cambio en la lectura de los acontecimientos diarios. Una opinión progresista y comprometida vino a enriquecer la óptica diaria y cuando se incorporó Rosario/12 pensamos que no iba a seguir por mucho tiempo dado que el monopolio del clásico y conservador matutino rosarino lo iba a anular.
No fue así. Hoy ya es un diario asentado en la opinión pública de la gente que piensa, que le interesa la verdad, la ética y la justicia; la que quiere ser enriquecida con notas de firma de gente formada en cada tema. Si hay algo para destacar, es el homenaje que hacen a la MEMORIA de miles de desaparecidos publicando sus fotos con notas sensibilizadoras de sus seres queridos que no han podido hacer el duelo y nunca lo podrán hacer.
En un país en que todo se olvida, esto y la reivindicación de las Madres de Plaza de Mayo hacen que merezcan seguir por muchos años esta tarea de informarnos no sin ideología, porque esto no existe, pero sí con veracidad y compromiso. ¡Adelante con esta tarea! ¡Resistamos todos al robo y la impunidad! ¡Juntos todos, hermanémonos, que el interior también existe, en este deseo generalizado de construir un país como merecemos!
Martha Tassini, Rosario

Ultimo rincón de la Argentina diaria.
Tronco solitario al que aferrarse en medio del río embravecido por la tempestad.
Algún domingo refrescado por un inédito CD.
Líneas con ideas: alimento para el espíritu.
Contratapas de Feinmann, “opiniones” de Sandra Russo, Febbro en Afganistán, adivinanza: ¿cuál será el título de mañana?
El país a diario, sin desperdicio, te deja pensando.
Razón fuerte para quedarse en este querido país.
¡No te mueras nunca, Página/12! (y gracias por todo)
Matías Wiszniewer

Me abrieron la cabeza allá por el ‘87 y hoy lo siguen haciendo pese a tanta desinformación e intereses creados, y como ayer representa un fiel compañero de todas las mañanas. Soy un desocupado más entre los 3 millones que las terribles estadísticas de este modelo neoliberal echan a rodar por allí, en un momento muy jodido para todos y en particular para mí, lejos de mis dos hijos y contando las monedas todos los días para poder comprar cada ejemplar. Los abrazo y los llevo en mi corazón. Gracias.
Arturo José Rech,
Mar del Plata

Hace 15 años era un estudiante de Derecho que vivía en La Plata (no conseguí el primer ejemplar, porque en la ciudad de las diagonales se agotó rápidamente). Sí conservo el del día posterior. Hoy tengo 35 años, estoy recibido y tengo dos hermosos hijos. Creo que el diario me ayudó a conocer a muchísima gente del palo, viene a mi memoria el recuerdo de alguna muestra en el Pasaje Dardo Rocha de La Plata, con las mejores tapas de Página. Guardo enmarcada en mi estudio la tapa en blanco del indulto del Menem. Todavía la contemplo con el mismo asombro que tuve ese domingo al acercarme al kiosco cerca de casa, creía que se trataba de un error de imprenta. En fin, son muchas cosas, lindos y gratos recuerdos. En tren de extrañar, en primer lugar están las contratapas de Osvaldo Soriano. Muchas felicitaciones y por muchos años más.
Leonardo Fabio Penna

En 1987, me alegré ante la salida de Página/12 pero pensé que sería una mera brisa fresca que pronto pasaría. Me limitaba a leer su tapa en los quioscos. Todo fue así hasta diciembre del ‘90, en que había participado de la marcha contra el indulto a los criminales del Proceso. La escasa cobertura dada por mi diario de toda la vida colmó mi paciencia y así adopté Página para sentirme mejor informado. Fue un descubrimiento, en el sentido de que el periodismo no era meramente transmisor de noticias, sino que podía ser un elemento de investigación muy importante. Los artículos de los domingos de Horacio Verbitsky los considero imperdibles. Cómo olvidar su anticipación de varios meses sobre el pacto de Olivos, y también su recordada referencia a la especulación, en la Holanda del pasado, sobre los tulipanes. Las editoriales de los sábados de Pasquini Durán, las contratapas de Osvaldo Bayer, Eduardo Galeano, José Pablo Feinmann, Juan Gelman, Antonio Dal Masetto, Rodrigo Fresán y tantos otros se constituyen a menudo en material de colección. Con Página pude conocer pequeñas y grandes obras de la literatura universal a través de los libritos de su Biblioteca. Además, los recuadritos en los que se recuerda a los desaparecidos siguen emocionándome como la primera vez que los vi. Es imposible manifestar todo lo que significó Página en mi vida, pero quiero recalcar que no me cambió nada, al contrario, me ayudó a reafirmarlos valores por los que siempre he luchado: querer a mi país y pretender sólo un poco de solidaridad, justicia y decencia en estas tierras.
Alberto Gabriel Rodríguez

Las personas que me conocen dicen que debo ser accionista del diario, porque Página está en mis comentarios cotidianos y es herramienta de mi actividad docente. Aún en las peores épocas no dejo de tener mi momento de intimidad con Página. Recorto notas de opinión, dialogo con los autores; con acuerdos y desacuerdos, creo que es la única publicación que sugiere ideas, que estimula el pensar. Por favor, sigamos estando juntos.
Ester Cohen

!!a cosa que nunca deja de conmoverme, cada vez, cada mañana. Son esos cuadrados cotidianos con la foto de algún pibe o piba (digo pibes, porque eran tan chicos). La memoria, sabemos, es una función precaria en el ser humano, nada más infructuoso que recordar un día frío, helado, invernal, en una agobiante tarde de verano. Algo falla, algo en la memoria no está diseñado, no es apto para protegernos de repetir una y otra vez lo peor. Esos cuadrados cumplen esa función tan fallida, tan vulnerable, tan insuficiente como lo es la memoria. Se los agradezco.
Miriam

Eso. El diseño. Las secciones. Los suplementos. La página web. La información. El enfoque. Las distintas perspectivas. Los temas. Los artículos. Las discusiones que generan. Los contenidos. La pluralidad. Los periodistas. Los columnistas. Los escritores invitados. El humor gráfico. El kiosco/12. Las publicaciones. Los libros. Los videos. El CD inédito de Zitarrosa. El papel mancha los dedos. Eso.
Nicolás Serruya

Antes no necesitaba en un bar de dos mesas juntas para abrir el diario. Cuando leía alguno, casi que pasaba las hojas copeteando y con sostenerlo con ambas manos alcanzaba. Ya no, porque al Página había que apoyarlo porque hay que leerlo. Lograron convertir una palabra que designa una cosa, una página, en una marca que en mi caso hasta dice parte de quién soy. Página/11 me jodía mi viejo, que le bajaba un punto por muy a la izquierda, pero me lo pedía. Gracias por abrirme la cabeza, por la memoria, por la utopía, por el debate, por la cultura. El Gordo Soriano y su gato siguen al lado mío. Que sigan.
Alejandro J. Pallarés
Quince años... éramos tan jóvenes. La juventud fue la que hizo que el cuerpo de Página/12 fuera delgado y nuevo, breve y descarado. Pocas páginas llenas de raros peinados nuevos. Hasta imponer un estilo para ser copiado, que fue copiado por algunos. Página es un diario que generó una tribu, un sentido de pertenencia ideológico, estético. Muchos comenzamos a reconocernos, además de por el lejano mirar, por el Página bajo el brazo. Nos reconocimos las manos negras de tinta y pusimos los abuelos en el tanque. Y prefiguramos a Cavallo de traje a rayas, preso. Cuántas tapas de Página desnudaron nuestros deseos, publicaron la imagen que la suspicacia de la tribu, la memoria colectiva, guardaba y creaba. como artista, tengo la más inmensa gratitud hacia el diario, porque no se esclaviza con lo pretendidamente masivo. Página sabe que se construye de a una y de a uno, por eso tiene espacio para quienes sembramos semillas pequeñas. Y no precisa una sección que se llame “solidaridad”: el concepto de Página es solidario. Es mi feliz cumpleaños para el diario de mi tribu. Somos aquellos que tenemos un pasado en común y una manera similar de interpretar ese pasado. Seguimos sonriendo entre este presente y ese pasado y... ¿qué vamos a decir del futuro? Se viene, estemos o no dispuestos. Mejor arremanguémonos, que faltan muchos cumpleaños.
Vita Escardó

Ya está Página/12 bajo mi puerta, esperaba este domingo con más ansiedad que los demás... “15 años de Página/12”, quince años desde que lo descubrimos y a partir de ese día Osvaldo y yo consideramos a Página el alimento con más nutriente de todos los que consumimos. Busqué primero, como idische mame, firmas de empresa etc. que saludaran estos queridos 15, comenzó lentamente mi corazoncito a latir a un ritmo fuera de lo habitual. A continuación juro que dejé el discurso de Bergoglio que era el plato fuerte del día. Revisé el diario y vi en primer término cómo fue embarcarse en tan maravillosa, audaz y comprometida empresa, abrir un frente de lucha seria, profunda, alentadora, cómo se unieron los eslabones para no dejar vacío ningún aspecto de la vida de los argentinos, desde lo político a lo cultural, teniendo en cuenta hacernos reír, despertar el humor en nosotros tan proclives al llanto. Hasta yo leo Rep, Clara, el No. ¡Qué genios! Llegar a los adolescentes, abrir a través de esa puerta a las páginas de opinión. Paso a leer las cartas de los lectores y se apresuran mis latidos, dónde me coloco, qué puedo agregar a las maravillosas expresiones y sentimientos que voy recogiendo. Agregarme a los cientos que hoy con profunda emoción nos sentimos partícipes y hacedores de Página, porque no sólo lo leemos, lo distribuimos. Aquicito en la esquina de casa tengo la fotocopiadora, todas las semanas me reciben... ya sé, la copia para los maestros, los nietos adolescentes, el vecino.
Fuerza, no se dejen vencer. Los necesitamos a todos los hacedores de Página/12. Un profundo y emocionado abrazo.
Chola Falco, docente argentina, y Osvaldo Falco, ingeniero
que soñó electrificar los
ferrocarriles y quedó en la vía después de electrificar el Roca.

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