ESPECTáCULOS
› DANIEL BARENBOIM ACTUO AYER EN LA CIUDAD DE RAMALA
La paz bien vale un esfuerzo
El músico argentino-israelí brindó un concierto a un grupo de doscientos jóvenes palestinos. “La música es el lenguaje de la paz”, les dijo.
Por Peter Schaefer *
Desde Ramala
El músico argentino-israelí Daniel Barenboim, director artístico de la Opera Estatal Unter den Linden de Berlín, consiguió ofrecer ayer un concierto de piano en la ciudad palestina de Ramala, en Cisjordania, después de haber recibido amenazas que depararon que tuviese una fuerte custodia militar y se mantuviesen en secreto sus pasos. “La música es el lenguaje de la paz”, fue el mensaje que transmitió en la ciudad autónoma, ubicada al norte de Jerusalén. “Toco para ustedes con la esperanza de que olviden por un momento el conflicto y vean que también hay israelíes buenos”, explicó el músico al público conformado por los alumnos de una escuela. La fuerte presencia de periodistas impidió que se generara un ambiente festivo durante los treinta minutos que tocó la famosa sonata Claro de Luna del alemán Ludwig van Beethoven, pero los 200 alumnos de todas maneras agradecieron su presencia con una ovación.
“En esta época se trata de que cada individuo se comprometa”, dijo el músico antes de su actuación. “No alcanza con la confianza en los políticos. Esa es la enseñanza que me deja el siglo XX. Cada uno de nosotros debe estar activo.” La música fue lógicamente el centro del concierto, organizado por grupos palestinos. Tras su actuación, Barenboim ofreció a algunos alumnos la posibilidad de tocar el piano ante el público. El músico, que actualmente se encuentra en Israel para actuar en el marco del Festival de Música de Cámara de Jerusalén, trabaja desde hace años por el entendimiento entre israelíes y palestinos. La semana pasada
fue distinguido junto al escritor estadounidense de origen palestino Edward Said con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2002 en España por el proyecto “West Eastern Divan”, una orquesta de jóvenes músicos árabes e israelíes que pretende fomentar la tolerancia entre ambos pueblos a través de la música. Esa orquesta ya actuó en Estados Unidos y España.
En marzo pasado, el argentino ya había intentado llegar hasta Ramallah, desde Jerusalén pero el ejército israelí se lo impidió alegando que la situación era demasiado riesgosa. Si bien su viaje de ayer a la zona del conflicto que ha cobrado centenares de miles de vida en el último medio siglo estaba anunciado, los organizadores mantuvieron en secreto sus itinerarios. En ese marco se negaron a informar cómo consiguió trasladarse hasta la ciudad, estrictamente vigilada, pero desde la oficina de representación de los intereses alemanes en Israel trascendió que lo hizo “por vías informales”. Barenboim presentó su pasaporte argentino en el control fronterizo, dijeron fuentes alemanas, “y el soldado, que evidentemente no tenía idea de música, no lo reconoció y lo dejó pasar”.
La actitud optimista de Barenboim respecto de la posibilidad de solucionar sin guerra la situación en Medio Oriente es parte de lo que suele llamar sus responsabilidades como artista. En ese plan fue que el año pasado se empeñó en tocar durante un festival en Israel una obra del compositor alemán Richard Wagner –la apertura de Tristán e Isolda– cuyas piezas no se ejecutan allí por considerárselo el músico favorito de Hitler. El argentino nacionalizado israelí, pero con residencia en Alemania, dijo después de su polémico gesto –hizo al frente de una orquesta esa obra de Wagner como bis, por ende sin haberlo anunciado a los organizadores– que cree que la cultura debe servir para acercar a los pueblos. “Seguir ignorando la música de Wagner equivale a pensar que Hitler ganó”, desafió entonces.
* De la agencia DPA.