La corrupción anda como cuervo hambriento, tirando picotazos desesperados. Y no es que se esté muriendo, sino que aflora por todos lados. Mientras el país se cae a pedazos y cuando ya nada queda –en apariencia– por saquear, “Telenoche Investiga” (desde el próximo miércoles, a las 23 por Canal 13) vuelve a descubrir toneladas de procedimientos mafiosos amparados por la impunidad. Esta temporada habrá platos fuertes: en una de la investigaciones, según el conductor Juan Miceli, va a descubrirse el hilo que mueve las piezas de la inseguridad en el país. En otra, según María Laura Santillán, se va a conocer una operación silenciosa “que nos va a hacer pensar en que tenemos que defender lo nuestro”. Así vuelve “Telenoche Investiga”, impulsor durante la última década de la cámara oculta como recurso de investigación imbatible a la hora de conseguir rating.
Vuelve, empero, sin que sus conductores puedan contar una palabra de lo que se viene. Y no por cuestión de marketing –porque se muerden la lengua de querer contarlo todo– sino por precaución: “Si nosotros contamos ahora en qué andamos, no sabemos qué hilos se pueden mover para que se caigan las investigaciones”, dice Santillán. Este año, además de Santillán, Miceli, Luis Otero y Miriam Lewin, dará sus primeros pasos Mario Markic, que salta del noticiero del 13 y su ciclo de cable en Todo Noticias “En el camino” a una sección que podría ser algo así como “Obras inconclusas de la Argentina” o “Misterios no resueltos del país”. Markic está viajando por el país desde abril. Sergio Elguezábal, en cambio, no está en el equipo.
Las cámaras van a retomar viejos casos y descubrir que allí mismo donde existió la denuncia televisada todo está igual o peor que antes. Volverán a denunciarlo como si el equipo estuviera obsesionado con desarmar todos los entuertos posibles. Quien maneja la continuidad de las causas judiciales es el afable Otero quien, además de periodista, es abogado y analiza cómo evolucionan las causas y cuándo habrá –o no– novedades para seguir. En lo que todos coinciden (tanto Carlos D’Elía, gerente general de noticias, como Miceli o Santillán) es que éste será el año más fuerte: “Las denuncias apuntan y comprometen a lo más alto de las instituciones”.
Según el trailer que Página/12 pudo ver en la presentación del programa, debido al hervidero en que se convirtió la escena política, social y económica, la decisión fue investigar a fondo en el país: Mendoza, Jujuy y Tierra del Fuego son algunos escenarios visitados. El ciclo está dispuesto a hurgar debajo de cuanta alfombra esconda los resabios de algún “Papito”: “En el país se bajó un escalón en términos de derechos y corrupción. Como consecuencia en las investigaciones llegamos a lo peor de lo peor”, dice Miceli. Hay 13 capítulos cerrados y hasta último momento no se entrevistará a los “malos de la película”, asegura Santillán, quien cree que enfrentarlos es el momento más tenso de todos. El penúltimo programa de “Telenoche Investiga” fue el 19 de diciembre de 2001 y la producción envió a Miriam Lewin a Plaza de Mayo. La calle enardecida aquella vez miró frente a cámara, sin ocultas, ni subtitulados. Ahora, el equipo asume que tiene que hacerse cargo del momento. “No podemos hacer otra cosa que no sea investigar. Este programa se podría hacer en cualquier país, pero la Argentina está caracterizada por la impunidad de los delincuentes”.
–¿Cuál es la relación del equipo con el grupo Clarín?
M. L. S.: –Estamos en una especie de cuevita y muchas veces ni hablamos entre nosotros. Desde la empresa no nos preguntan qué temas investigamos: suena increíble, pero es la verdad.
J. M.: –Incluso denunciamos empresas anunciantes, como Edenor con los transformadores, y nos metimos con productos de supermercados y de marcas. Lo que el canal pide es la prueba.
El equipo periodístico sabe que en diciembre cambió todo: “¿Cómo vamos a mostrar un caso de consumo si la gente está pensando en qué come estanoche?”. El equipo comercial sabe, en cambio, otra cosa: lo dijo el gerente comercial el año pasado cuando subió al estrado y espetó: “La verdad, señores, vende. Y vende muy bien”.