Lun 23.09.2002

ESPECTáCULOS  › COMO ES “4867-1212 ABUELAS”, EL DOCUMENTAL SOBRE UNA LUCHA QUE CUMPLE 25 AÑOS

“La identidad es un tema que nos toca a todos”

El director Alex Tossenberger, el productor Daniel Cabezas y tres jóvenes hijos de desaparecidos coinciden en que el film apunta a fortalecer un trabajo incansable. La película, en plena etapa de rodaje, incluye testimonios de Eduardo Galeano, José Saramago, Enrique Pinti, Valentina Bassi, Mario Benedetti y Lalo Schiffrin, entre otros.

› Por Oscar Ranzani

Hace veinticinco años, cuando la dictadura militar consolidaba su siniestro plan sistemático para apropiarse de los bebés nacidos en cautiverio, un grupo de mujeres que había sufrido la desaparición de sus hijos decidió emprender un camino tan complicado como digno. Desde el 22 de octubre de 1977 la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo viene trabajando activamente en la difícil tarea de localizar y restituir a 500 chicos, según calculan. Hasta ahora han logrado que 73 jóvenes recuperaran su identidad y que numerosos represores quedasen detenidos. Su lucha facilitó la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos creado por la ley Nª 23.511 y conquistas legales que allanaron el camino, como la incorporación del derecho a la identidad en la Convención Nacional del Derecho del Niño aprobada por la ONU. La historia de estas mujeres es el eje de 4867-1212 Abuelas, un documental que está rodando el director Alex Tossenberger y que cuenta con la producción de Daniel Cabezas. Sus destinatarios serán fundamentalmente los jóvenes que sospechan –o que saben pero tienen miedo– que pueden ser hijos de desaparecidos.
“El objetivo es que los chicos recuperen su identidad”, señala Cabezas en entrevista con Página/12. “Que los jóvenes que hoy tienen un promedio de 25 años de edad, que no llamaron a Abuelas y que todavía no recuperaron su identidad real, lo hagan. Nos interesa fundamentalmente que lo vean ellos. Por eso el largometraje tiene testimonios de chicos que ya fueron restituidos y que recuperaron su identidad y que saben todo por lo que pasaron”, agrega el productor. El tema de los derechos humanos alcanzó, por vía indirecta, una notable repercusión internacional los últimos días, luego del atentado que sufriera la presidenta de Abuelas, Estela Carlotto.
4867-1212 Abuelas tiene varios ejes. “Uno es el aporte que Abuelas le está dando a la sociedad con sus prácticas y que permite que hoy todo el mundo pueda recurrir a ellas”, explica Tossenberger. Por otro lado, la idea es “continuar instalando socialmente el tema. No se puede dejar este tema como una cosa circunstancial sino que constantemente hay que ponerle palabras, y el documental es una forma más de ponerle palabras a lo que fue el Golpe y la cuestión de los desaparecidos”, agrega el director. Otro eje está relacionado con “la cuestión de la identidad no como una problemática de quienes la padecieron sino como un problema que es de todos”, acota Tossenberger.
El largometraje de 90 minutos incluye gran cantidad de testimonios. Entre ellos, los de Eduardo Galeano, José Saramago, Enrique Pinti, Valentina Bassi, Mario Benedetti y Lalo Schiffrin. “Cada uno desde su práctica reivindica la lucha”, comenta Tossenberger. A la vez, “esos testimonios reflejan cómo la identidad actúa como un referente histórico para la creación de lo que quieras. Por ejemplo, Maximiliano Guerra sostiene que cuando uno tiene que armar una coreografía debe recurrir a elementos propios y si uno no tiene su identidad definida difícilmente pueda crear y trabajar correctamente. En tanto, Galeano remarcó que, a partir de que un chico recupera su origen, comienza una nueva historia. Es decir que la recuperación de la identidad no es el fin sino el comienzo de una nueva vida”, subraya el director.
Otros corresponden al presidente de la Unión Europea Romano Prodi (ex primer ministro de Italia), el líder del principal partido italiano de oposición, Massimo D’Alema, y el alcalde de Roma Walter Veltroni. La inclusión de estos dirigentes no es casual: todos fueron funcionarios en su país durante el juicio a la junta militar argentina. “Estos políticos consideran que no se puede pensar en el fortalecimiento de la democracia en la medida que no esté afianzado el tema de los derechos humanos. Todo el trabajo que las Abuelas vienen realizando desde hace casi veinticinco años actúa como referente en la lucha por los derechos humanos en todo el mundo. En ese sentido, estos políticos lo resaltan y dan su visión al respecto”, agrega el director. Entre los objetivos del documental también figura la necesidad de “reflejar la influencia del accionar de Abuelas enla sociedad, no sólo a nivel nacional sino también internacional. Porque las Abuelas están asesorando a otros organismos, ONG, etc., en El Salvador, Guatemala, México, Turquía, entre otros países”, dice Cabezas.
Hablar de Abuelas implica hablar de sus nietos, tanto de aquellos que pudieron reconstruir su historia personal como de los que, por miedo o desconocimiento, todavía no lo lograron. En este ámbito 4867-1212 Abuelas incluye las opiniones de Carolina Guallane, Claudio Novoa (Goncálves) y Tatiana Sfiligoy (Ruarte Britos). Carolina fue adoptada por una familia que desconocía su origen. Pero en los últimos años pudo reconstruir su historia. En noviembre de 1998 los análisis genéticos le devolvieron la identidad perdida cuando se confirmó que era hija de Blanca Zapata y de Enrique Cortassa y que el nombre que le eligieron sus padres biológicos es Paula Cortassa. El 11 de febrero de 1977 el ejército irrumpió en la casa de la ciudad de Santa Fe donde vivía la familia e hirió de muerte a su madre embarazada –que murió dos semanas después de agonizar en un hospital– y secuestró a su padre y a ella, que tenía un año y dos meses. En noviembre de 2000, Carolina recuperó los restos de su mamá. Y desde entonces, busca a su padre y a su hermano. “Al principio, uno piensa que recuperar la identidad es recuperar el nombre que tenía antes. Pero después de eso, te das cuenta de que es mucho más. Luego de que me dijeron que el análisis había dado un 99,99 por ciento positivo y que me llamaba Paula Cortassa, sentí la necesidad de buscar otras cosas, como conocer bien la historia de mis padres biológicos, dónde estábamos, qué nos pasaba en esos momentos de persecución. Es mucho más”, señala.
La otra nieta, Tatiana Sfiligoy (Ruarte Britos) nació el 11 de julio de 1973. Su padre biológico, Oscar Ruarte, fue secuestrado el 17 de agosto de 1976 y su madre, Mirta Graciela Britos, en octubre de 1977. Tatiana tiene una hermana que es hija de su mamá biológica y de Alberto Jotar, que fue secuestrado también. Las hermanas fueron adoptadas por un matrimonio que desconocía el accionar represivo de los militares. Abuelas logró localizarlas en 1980 y, recuperada su identidad, Tatiana permaneció junto a su hermana viviendo con su familia adoptiva. Luego se casó y fue madre. “Recuperar la identidad es como un título grande que tiene que ver, quizá, con cosas más chiquitas. Primero se trata de reconstruir la historia. Al ser adoptada de buena fe, eso me permitió lograrlo un poco más sanamente. Sin el odio ni la contradicción que viven los chicos apropiados”, afirma. Tatiana trabaja actualmente en Abuelas y reconoce que está haciendo algo que le gusta de verdad. “Estoy recibiendo a los chicos que vienen a preguntar y que como tienen dudas se acercan a la institución por primera vez. Quizá pasan cinco años tratando de acercarse o llamar por teléfono y, finalmente, se deciden. Y la primera cara que ven en Abuelas es la mía”, comenta.
Claudio Novoa (Goncálves) se reconoce como fan de Los Pericos. Cuando en 1997 le practicaron los estudios genéticos se comprobó que era hermano biológico de Gastón Goncálves, bajista del grupo. Claudio había desaparecido luego del operativo realizado en San Nicolás el 19 de diciembre de 1976, en el que fue asesinada su mamá biológica, Ana María Granada, esposa de Roberto Goncálves. Como consecuencia de los gases que la policía tiró en la casa fue llevado semiasfixiado a un hospital. Luego de permanecer cinco meses en el sanatorio, un juez lo entregó en adopción a Luis Novoa y Elena Rodríguez. Una vez recuperada su identidad permaneció con su familia adoptiva y mantiene contacto con su hermano. “Una vez que empezás a encontrar datos te enterás de lo que pasó y de dónde venís. Y eso es fundamental”, resalta.

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