Tenía medio siglo de carrera y una vida cotidiana signada por la sencillez y el perfil bajo. Transitaba los escenarios y los bodegones de barrio con la misma y apasionada naturalidad. El actor de teatro, cine y televisión Alberto Busaid, de 63 años, falleció ayer de un síncope cardíaco en su casa de San Telmo. El intérprete, figura gruesa y bonachona, debutó en 1956 dentro del ciclo televisivo “Teatro del sábado”, de Cunil Cabanellas (“cada acto de él era una enseñanza”, decía de él Busaid) dando inicio a una intensa actividad que si bien no lo colmó de papeles protagónicos le permitió seguir una rutina laboral que prácticamente nunca lo abandonó. Cuando no lo llamaban, no se quejaba: “No sólo los actores estamos mal. En todas las profesiones la realidad es muy triste y mala”, declaró en una reciente entrevista.
Uno de los hitos en su larga carrera fue haber permanecido por siete temporadas (entre 1974 y 1981) en la obra Orquesta de señoritas, que no sólo se dio con gran suceso en la Argentina, sino que también giró por España. Entre sus destacados trabajos teatrales merecen anotarse El viejo criado, de Roberto Cossa, El avión negro, de Talesnik-Cossa-Rozenmacher, con la que obtuvo un premio a la mejor actuación, El perro del hortelano, Ollantay, con la que viajó por varios países de Europa, Los siameses, de Griselda Gambaro, y El inspector, de Nikolai Gogol. Aunque su hábitat natural fue el escenario, Busaid también pasó por diversos ciclos televisivos y tomó parte en los films Plata dulce, Basta de mujeres y en el corto La querencia, que fue parte del largometraje Mala época. Se recuerdan también sus papeles en Made in Lanus, El dedo en la llaga, El Che y Fuga de cerebros, entre otras. El Instituto de Cine premió un cortometraje, Nostalgia en la mesa 8, en el que interpretó a un personaje entrañable, el “futbolista” Evaristo Chancleta Petorutti.
Casi siempre era llamado para ponerse en la piel de gente de barrio, trabajadores, tipos sensibles que también eran acordes con su personalidad fuera de cámara. El mismo reconocía que no era capaz de generar proyectos propios, tal vez por esa cuestión del perfil bajo que preservaba con rigurosidad. Prefería ser llamado por sus condiciones actorales, aunque no hubiese un aparato publicitario apoyando su nombre. Es que Busaid tenía como background una sólida formación profesional. Fue discípulo de Camilo Da Passano en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático.
De todos modos, fueron sus apariciones en la pantalla chica las que le dieron a su rostro mayor familiaridad entre el gran público. Trabajó en diversos programas conducidos por Luis Landriscina, y adaptó su estilo interpretativo al particular humor de Ricardo Espalter y su troupe de cómicos uruguayos. Recientemente trabajó en la masiva tira “Gasoleros”, pero su papel fue breve y pequeño. Cuando comparaba situaciones, Busaid recordaba que en una oportunidad había firmado contrato con el viejo Canal 7: “Era un contrato sólo por seis meses, me compré un coche nuevo y solamente era actor de reparto, como en el presente”. Pero en el presente, claro, si bien es verdad que las cifras que se manejan son más altas, casi nunca alcanzan a los actores que interpretan roles no protagónicos.
Alberto Busaid fue durante doce años, entre 1964 y 1976, esposo de la también artista Nené Malbrán, quien falleció en mayo de 1996. Por expresa solicitud de sus familiares, que manifestaron su decisión de que no se envíen ni flores ni coronas, los restos del actor no serán velados y recibirán inhumación, hoy a las 11, en el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita.