La frase venía adherida en el envoltorio del ventilador de techo que Gustavo Bellati acababa de comprar. Atrapado por la frase, Bellati -coguionista junto a Mario Segade del recordado “Vulnerables”– despegó con cuidado el calco y lo puso en la puerta de la heladera de su casa. El ventilador –de industria nacional– traía un slogan que quedó para Bellati como una máxima: “Preparados para resistir”, decía la calcomanía. La idea terminó convirtiéndose en una tira llamada “Resistiré”, que será protagonizada por Pablo Echarri desde hoy a las 22, por Telefé. A Bellati, dice, le terminó de cerrar la propuesta del canal cuando fue a sacar un jugo de la heladera.
Segade y Bellati componen una de esas duplas de guionistas que parecen inseparables. Durante tres años cranearon los diálogos de “Verdad, consecuencia” y luego dieron vida a extraños personajes en los míticos y exitosos ciclos de “Vulnerables”, ambos por Canal 13. El año pasado hicieron “Cuatro amigas” con producción de Ideas del Sur, por Telefé, y ahora es la primera vez que hacen algo con un canal en forma directa. El pedido inicial de Claudio Villarruel, director de contenidos, fue “hacer algo con el protagónico de Pablo Echarri”. Luego se agregaron a la lista de la tira nocturna Celeste Cid, Fabián Vena, Carolina Fal, Claudia Lapacó, Hugo Arana, Alejandra Fletchner, Daniel Fanego, Leonor Manso, Andrea Politi y Mariana Brisky, entre otros. La propuesta de Telefé vino en un año sabático del dúo y antes del secuestro del padre de Pablo Echarri. Los guionistas, abrumados por tamaña realidad, prenden ahora el ventilador de techo para decir cómo es hacer ficción en medio de la crisis: “No se puede escapar del contexto”, dicen.
–¿El contexto social les cambió la forma de encarar la ficción?
Mario Segade: –La ficción no tiene que estar relacionada con la noticia, con la actualidad. Pero el marco social influye en cómo se ven los problemas. Hay determinadas referencias que son imposibles de evitar.
Gustavo Bellati: –No podemos escapar de lo que pasa. Uno vive en una sociedad y está inmerso en ella. Es imposible imaginar algo abstrayéndose de todo. Es más: si pretende llegar a un público masivo, tenemos que tener en cuenta lo que sucede alrededor. Nosotros no creamos historias en un planeta totalmente extraño. Pero nos guiamos por la intuición.
M.S.: –También está claro que no hay que ser oportunista con la actualidad. Uno tiene que evitar caer en cosas de tipo demagógicas.
–Pero, ¿cambia el relato por la situación?
M.S.: –En el caso de esta novela, “resistir” va a ser algo actual, pero no coyuntural. Los personajes se enfrentarán a disyuntivas que tienen que ver con decisiones éticas, morales, al límite, que serán los puntos del clímax. Eso sólo ya encierra cuestiones ideológicas.
G.B.: –En una época del “sálvese quien pueda”, la solidaridad, eso de mirar a los otros, son temas que sirven para reflexionar sobre lo que sucede. Pero no pensamos en lo que quiere la gente.
–¿Y eso cómo se traduce en la construcción de los personajes?
M.S.: –En la tira hay un personaje masculino central, Echarri, que es cuestionado por su familia por su falta de proyectos personales. Y hay también una mujer decidida a consumar el proyecto de vida total, que involucra a gente para sus propias comodidades. Ya con eso tenemos para tres meses de novela. Sin embargo, es difícil saber –como siempre– cómo va a evolucionar la tira. Ahora todavía estamos trabajando a ciegas porque no vimos en la pantalla a los personajes. Todavía no tomaron vida. La apuesta, está claro, es hacer cinco capítulos por semana, pero el diseño de la historia es de al menos un mes. Entonces, si nos equivocamos ahora, podremos remontar recién después de los próximos 15 capítulos.
–¿Cómo se sienten cuando ven a sus “guionados” cobrar vida?
M.S.: –Es maravilloso. Hacer ficción es como tener El gabinete del Doctor Caligari.
–¿A qué se refiere específicamente el título de “Resistiré”? M.S.: –Es una metáfora de cómo vivir en la Argentina.
G.B.: –Es cierto que al ser una tira es una historia más grande y necesitamos características especiales. Pero uno nunca sabe bien lo que puede suceder. Cuando vino Adrián Suar a plantearnos “Vulnerables”, era una propuesta atípica. Al principio pensamos que Suar estaba descerebrado y él estaba segurísimo. Esas cosas se dan de vez en cuando. Era un elenco impresionante y los personajes fueron creciendo. Al principio no esperábamos que sucediera lo que sucedió. Creíamos que iba a ser hermético y fue algo más allá del mundo psi. Creo que mis quince años de psicoanálisis sirvieron para algo.
–¿Hoy harían “Vulnerables” de la misma manera?
G.B.: –Es imposible saber cómo lo haríamos hoy. La única forma de saberlo es haciéndolo. Pero no estaríamos comenzando de cero. Y seguramente nuestra mirada cambiaría.
M.S.: –Lo bueno de escribir una tira es que permite tomar decisiones todo el tiempo. Es otro vértigo que nos hace permanecer en situaciones de peligro constantes.
–¿No hicieron testeos internos para saber qué quiere la gente?
M.S.: –Se hicieron en la época de Hugo Di Guglielmo en el 13, con “Verdad, consecuencia”, pero al menos nosotros no hicimos más.
–¿El secuestro de Antonio Echarri influyó en los guiones?
G.B.: –Sólo en el plano personal. No sabíamos con qué ganas de trabajar iba a quedar Pablo. Nosotros comenzamos a pensar la historia antes, como en septiembre. Sin embargo, después de todo, él volvió rápidamente al trabajo. Como sea, la serie se va alejar lo más posible de todo eso. Sería de muy mal gusto hacer alguna clase de referencia al tema del secuestro.
M.S.: –Además, los canales no piden eso. Eso de que por un punto de rating se espera que maten a la madre, no es así. Nosotros, personalmente, buscamos una buena historia que nos guste. Hasta que empieza a andar el resto, nunca sabemos qué historia funcionará.