ESPECTáCULOS
› DIEGO CAPUSOTTO Y FABIO ALBERTI, EN UN ESPECIAL
“El humor debe ser absurdo”
Entrevistados por Jorge Guinzburg para un ciclo de Canal (á), los actores cómicos hablan de sus inicios, su modo de trabajar, las cosas que les causan risa y hasta del avance de "la derecha televisiva".
› Por Emanuel Respighi
Diego Capusotto y Fabio Alberti componen una dupla cómica atípica. Desde principios de la década del ‘90 en “Cha Cha Cha”, pasando por el breve pero recordado “Delicatessen”, hasta los cuatro años ininterrumpidos al frente de “Todo por dos pesos”, el dúo fue parte de un proceso de instalación de un nuevo tipo de humor en la televisión argentina. Jugando a mezclar el humor tradicional con códigos absurdos, bizarros y grotescos, Capusotto y Alberti, como Alfredo Casero, por ejemplo, llevaron a los circuitos más masivos de público el registro paródico propio del underground, riéndose de la parte más ridícula de la televisión desde la propia televisión. Una jugada que convirtió a sus programas en material de culto para buena parte del público adolescente. En el marco del ciclo “Capocómicos”, que conduce Jorge Guinzburg, los actores reflexionan sobre su trabajo en una entrevista que Canal (á) exhibe hoy a las 18.30 y a las 22.
Si bien el público masivo los identifica a partir de “Cha Cha Cha”, Alberti y Capusotto se conocieron muchos años antes en los pasillos del Parakultural, ese espacio libre del que surgió una camada de talentosos actores. “Yo iba mucho a ver cine cómico mudo, me encantaba”, cuenta Capusotto. “Pero lo que me terminó de impulsar a la actuación fue haber visto a cierta gente arriba del escenario del Parakultural. Durante la entrevista, ambos cómicos coinciden en que tienen un sentido del humor parecido. A tal punto que los dos crecieron viendo a los humoristas argentinos más tradicionales. “Hubo gente –dice Capusotto– que, sea cual fuere el estilo del programa, cuestión que a mí no me importa mucho, me hacía reír. Me cagaba de risa con Marrone, Olmedo y Biondi.” Sin embargo, la dupla no cree que sea una paradoja el hecho de admirar a cómicos tradicionales y hacer un humor más avanzado. “A esta altura de la vida no creo que seamos transgresores porque hacemos un programa de televisión diferente de la norma”, remarca Alberti. “El humor siempre es absurdo. La raíz del humor es dar vuelta una situación cotidiana," concluye Capusotto.
Por la manera de trabajar, el estilo de sus programas y los comienzos en el underground, hay cierta certeza respecto de que improvisan en la mayoría de los sketches. Sin embargo, ellos minimizan este punto. “Si bien al principio llegamos a la televisión con nuestro bagaje de cositas del under, después nos fuimos haciendo más televisivos. Se improvisa, pero a partir del guión. No es que hacemos pelotudeces del momento”, subraya Alberti. “En televisión hay un mito con el tema de la improvisación. Se piensa que llegamos al canal, nos tomamos dos pepas y hacemos cualquier cosa. Pero no es verdad. Bah, que tomamos dos pepas sí, pero que improvisamos, no. En todo caso, las pepas las tomamos después ”, dice Capusotto entre carcajadas.
Los actores analizan la transformación que sufrió la televisión luego de los diez años de Menem. Según Capusotto, el avance en la TV de la derecha política cambió la manera de silenciar las voces críticas, aun las del humor. “Ahora no se censura más porque la derecha empezó a hacer programas de humor. La censura televisiva no corre más. Ahora cualquiera dice en público:"Está bien lo que hacen’ y después te mandan a una patota, te pegan un par de piñas en las costillas y listo. La derecha está muy graciosa.”