ESPECTáCULOS
› INAUGURARAN EN SEATTLE UN MONUMENTO EN MEMORIA DEL GUITARRISTA
Hendrix tendrá su propio Graceland
Los restos del legendario músico fueron desenterrados y llevados a un nuevo mausoleo adonde, aseguran sus familiares, podrán ir de visita los miles de fans que no logran olvidarlo.
Por Natalia Martín Cantero
Desde Seattle
El legendario guitarrista estadounidense Jimi Hendrix sigue dando de qué hablar, ya que 32 años después de muerto sus restos fueron trasladados a un nuevo mausoleo que recibirá a los miles de seguidores que todavía acuden a rendirle tributo. Los admiradores más acérrimos del guitarrista pronto tendrán un nuevo lugar de peregrinación en Seattle (Washington), que no tendrá demasiado que envidiar al famoso Graceland de Memphis, en Tennessee, donde descansan los restos del “rey del rock’n’roll”, Elvis Presley. Seattle es una oscura ciudad del estado de Washington y su status rockero, que durante años estuvo garantizado por la figura mítica de Hendrix, se enriqueció aún más en la década del 90, desde que alumbró al movimiento grunge, con el también fallecido Kurt Cobain a la cabeza.
El monumento en memoria de Hendrix se inaugurará en abril con un generoso despliegue de medios e incluirá mármoles de colores y espacio suficiente para acomodar a los miles de visitantes que, según se prevé, acudirán a rendirle homenaje. La tumba incluirá una cúpula de más de 12 metros de altura, que descansará sobre tres columnas de mármol de varios colores, suficiente espacio como para alojar a miles de visitantes, paseos de granito e incluso una escultura de tamaño natural, fundida en bronce en Italia, con la figura del artista.
El monumento, que también alojará las cenizas de Nora Hendrix, abuela del músico, estará situado en el cementerio Greenwood Memorial Park en Renton (Washington), el mismo en el que el músico fue enterrado en 1970, a la edad de 27 años. El cementerio está a unos 15 kilómetros al sur de Seattle, ciudad donde James Marshall Hendrix nació el 27 de noviembre de 1942, hijo de un matrimonio con escasos recursos que se separó unos años después. El mausoleo se justifica, según dijo su hermanastra, Janie Hendrix, porque la antigua tumba hace ya años que dejó de estar a la altura de las circunstancias. Entre otras cosas, señaló, se llenaba de barro a causa de la lluvia constante que sufre la ciudad de Seattle y de latas de cerveza de muchos seguidores poco considerados con la memoria del músico. “Nuestro padre quiso que hiciéramos esto antes de morir, el año pasado”, señaló la hermanastra.
Los restos de Hendrix, quien murió en Londres el 18 de septiembre de 1970 a causa de una sobredosis de somníferos, fueron desenterrados el pasado 26 de noviembre, justo un día antes de lo que habría sido su 60 cumpleaños. El cuerpo del guitarrista fue reubicado en el nuevo mausoleo junto con los de su padre, Al Hendrix; su madrastra, Ayako “June” Hendrix, y su abuela, con la que vivió tras la separación de sus padres. Pero el nuevo monumento, construido con fondos de Experience Hendrix, la compañía que formó el padre del guitarrista y que dirige Janie, no está exento de críticas. Leon, el hermano del músico –quien llevó a los tribunales una prolongada disputa familiar relacionada con la fabulosa herencia que dejó Hendrix–, señaló que ni siquiera se le había comunicado que los restos de Jimi se iban a cambiar de sitio y se lamentó de que recientemente, en una de sus tantas visitas, había pasado horas rezando en lo que ya era una tumba vacía.
Con inolvidables títulos, como “Purple Haze”, “Fire” y “Castles Made of Sand”, entre muchos otros, Hendrix creó sus propios paisajes musicales y alimentó una leyenda que se ha traducido en cientos de libros, guiones para películas, números especiales en revistas y la admiración de estrellas de la talla de John Lennon o Bob Dylan. A Hendrix, que triunfó antes en Inglaterra que en Estados Unidos, y que fue recibido antes por el público blanco que por el negro, se le atribuyen además una serie de cambios que supusieron toda una revolución en la música rock en los años 60 y que el artista consiguió distorsionando la guitarra eléctrica para conseguir un sonido que, más que psicodélico, parecía de otro mundo.