ESPECTáCULOS
› INTERNET COMO ALTERNATIVA FRENTE A LA MIRADA UNICA DE LA CNN
La otra cara de la (des)información
Los diarios íntimos en la red, de ciudadanos iraquíes y periodistas independientes, ponen en crisis el relato triunfalista de la CNN.
› Por Julián Gorodischer
“Estamos contando las horas desde que la televisión dijo que empezarían los bombardeos. Ya pasaron seis, y no hay noticias de los misiles, pero llegarán.” El que escribe se llama Salam Pax y es (o dice ser) un arquitecto iraquí de 29 años que cuenta la guerra desde el frente, en Bagdad, donde vive y trabaja con su familia. La escritura íntima se hace fuerte cuando las cadenas de noticias narran su crónica ascéptica de las muertes. El weblog (página personal) es la novedad informativa de esta guerra; es la mirada del residente de Bagdad o del periodista saturado de los “comunicados oficiales”. La red ya no promete aquella vieja fantasía de acceso irrestricto: los sitios de Salam Pax o la cadena árabe Al Jazeera fueron bloqueados (se sospecha que por el Pentágono), pero otras decenas de periodistas, soldados, analistas y ciudadanos iraquíes insisten en difundir su propia lectura de realidad, desde una modesta página web, cansados de las versiones parciales de CNN o NBC, que acaba de despedir al periodista Peter Arnett por criticar la estrategia militar estadounidense.
“Toda la ciudad está envuelta en llamas. Cada vez que un edificio que amo vuela en una explosión me pregunto por qué tiene que suceder esto a Bagdad. Cierro los ojos y me tapo los oídos...” (Salam Pax, en www.dearraed.blogspot.com
La escritura emotiva de Salam Pax, con la estructura de un diario íntimo, recorre la ciudad de Bagdad y describe los daños edilicios y humanos. No ejerce la denuncia; elige un relato vívido de la pesadilla: los palacios destruidos, las sirenas que no suenan para alertar a la población, los ataques “que se producen demasiado cerca de las áreas civiles”. El weblog de Salam Pax humaniza la tragedia. “Bagdad, miércoles 24 de marzo, 9 PM –comienza–, estamos en familia mirando Al Jazeera y vemos la ciudad devastada. Estamos preocupados porque mi primo salió a la panadería. Los bombardeos comenzaron, y él no regresa. Tendré que salir a ver...” Salam Pax, como una Anna Frank del siglo XXI, revela desde el precio del pan a los enojos cotidianos de sus hermanos, y cumple la regla trágica del diario en la guerra: la interrupción. Desde el 24 de marzo, su página no se actualiza, y ya hay weblogs dedicados a suponer lo qué pasó (desde un bloqueo del Pentágono a la muerte) o a reclamar que se reanude el relato. “Las calles están vacías...”, había escrito el último día, antes del corte, y como en un relato de terror abundan las hipó tesis sobre lo que sucedió des- pués. Ese vacío –se argumenta en www.whereissalam.com– es para la Casa Blanca y el Pentágono aún más peligroso de lo que sería un (utópico) editorial pacifista de la CNN. La web elimina la fantasía de acceso irrestricto y el propio www.whe reissalam.com hoy permanece misteriosamente inaccesible.
“Esta mujer de Sulamniyah viste al modo occidental; la ciudad tiene muchas universidades y es un poco más liberal que Bagdad” (Kevin Sites, en www.kevinsites.com)
En uno de sus actos de censura más explícitos, la CNN obligó a su corresponsal Kevin Sites a suspender la publicación electrónica de su weblog sobre la guerra. Allí Sites exponía sin el filtro de sus empleadores todas sus impresiones en las calles. El punto fuerte del diario (que se puede seguir consultando sin actualizar) son las fotos. Se ve el primer plano de un niño iraquí, retratado por Sites, y el texto dice: “... este niño camina por las calles de Halabja, solo, como si hubiera perdido el rumbo”. La cámara toma las miradas opacas de los paseantes, el rostro ajado de una mujer, el cuerpo cojo de un amputado de las “minas personales” o el juego entre dos chicos en una calle de Bagdad. Sites escribe: “... estos dos, cabeza con cabeza, están yendo a la escuela”. A metros, seguramente, acaba de volar un mercado pero, en la foto, los chicos juegan. No son chiítas enmascarados listos para el ataque terrorista (la imagen nítida del enemigo de la “Operación Liberación de Irak”, que promocionan Fox, NBC o CNN) sino “dos que caminan cabeza con cabeza”. El golpe emocional de Sites no está en la prosa austera ni en un reclamo por el cese del fuego. El cronista encontró una fisura para birlar al empleador: cambiar el foco. Tuvo que interrumpirlo. “Estoy tratando de llegar a un acuerdo con la CNN –se lee en su diario interrumpido– para que me permitan seguir transmitiendo mis impresiones... en un futuro...”
“El mundo será un lugar menos seguro para todos, y cientos de personas estarán muertas después de esta guerra. Y para eso no existen las buenas razones...” (Chris Allbritton, en www.backtoiraq.com)
Primeras calificaciones de la cobertura estadounidense: es pobre y tendenciosa. Para Tim Goodman, del San Francisco Chronicle, “la televisión estadounidense falla, sin dudas, en la casi completa ausencia de las voces contra la guerra”. Mientras, el Washington Post señala que muchos corresponsales se enfrentan a grandes dificultades para poner en contexto la información debido a su condición de “insertados” que viajan junto a las tropas estadounidenses y británicas. La prensa independiente, sin contratos de los grandes medios, elige muchas veces el web-log como canal de expresión.
Chris Allbritton, ex redactor de la Associated Press, se queja en su diario íntimo (de quince mil visitas diarias, según la revista Forbes) sobre el fin de las Naciones Unidas y el tiro por la borda de los logros del Siglo XX, la comprobación de que “la humanidad no aprende”. Todos se adaptan, al día, a la velocidad de los acontecimientos, pero tienen un mérito mayor, que es dejar bien en claro lo que las cadenas de noticias disimulan: toda mirada es sesgada.