ESPECTáCULOS
› DESDE HOY VUELVEN LAS MEDICIONES DE RATING
El regreso de la adrenalina
El mercado televisivo sólo pudo soportar dos semanas sin medición de audiencia. Quiénes ganan y quiénes pierden con la vuelta de Ibope.
› Por Emanuel Respighi
Fueron los 15 días de mayor tranquilidad en la historia de la televisión argentina. Desde que el rating se estableció como método de medición de audiencias, nunca antes se trabajó con tanta calma en el mundo de la TV. Al menos por esas dos semanas, programadores, productores, técnicos, conductores comprobaron que era posible hacer televisión sin estar pendientes del insalubre condicionamiento que cada mañana la planilla del rating ejercía sobre sus decisiones y actos. Sin embargo, esa extraña pero sana forma de hacer televisión llegará hoy a su fin, cuando nuevamente el rating vuelva a posar sus ojos sobre la programación televisiva. Ante la presión ejercida por los canales y los anunciantes, que sentían la ausencia del rating como un desorden comercial terrible, Ibope restablecerá el servicio de medición bajo el amparo de un panel de hogares de menor alcance –menos de 500 hogares– del que existía al momento en que la Cámara de Control de Mediciones de Audiencias (CCMA) le retiró la homologación. Ahora: ¿De qué forma y a quiénes afecta, negativa o positivamente, el regreso del rating?
El retorno de la adictiva estadística que dictamina éxitos y fracasos, vencedores y vencidos, tanto en lo comercial como en lo televisivo, no será recibido del mismo modo por todos los canales y programas. Algunos, los que más miden, festejarán la noticia como el puntapié inicial para afianzar su liderazgo. Otros, en cambio, analizarán la vuelta del todopoderoso rating como la finalización de su propia primaverita televisiva. Porque está claro que la ausencia de mediciones les sirvió a los ciclos y canales de menor rating para comercializar sus espacios de publicidad de mejor forma, sin la pesada mochila de un rating bajo o en baja. Desde hoy, muchos programas volverán a sentir la amenaza de quedarse sin espacio por falta de rating.
Si la decisión de realizar las mediciones con un panel de hogares ridículo para los casi 40 millones de personas que habitan el país, conformado por hogares de la antigua base de datos que podrían estar en manos de interesados en las mediciones –llámese canales, productores, anunciantes–, fue correcta o no, poco les interesa a quienes esperan con ansiedad su “fe de bautismo” en términos de rating. Es el caso de ciclos como “Durmiendo con mi jefe”, el programa semanal de Luis Brandoni y Guillermo Francella, y “Doctor Amor”, la telenovela diaria protagonizada por Arturo Puig, dos de las producciones más fuertes del 13, que pese a que se estrenaron hace dos semanas aún desconocen su verdadero rendimiento. Por tal motivo, los ejecutivos del canal no tienen un parámetro confiable para determinar el monto de dinero que se debe pagar por cada segundo de publicidad durante el horario de los programas.
La incertidumbre que gobernó el mercado ante la ausencia del rating provocó, también, que algunos proyectos televisivos vieran demoradas sus fechas de estreno. Ni los canales ni los productores independientes quisieron correr el riesgo económico de poner al aire ciclos costosos sin tener al menos una idea de cómo serían recibidos por los televidentes, ya que la ausencia podía provocar una baja en la publicidad que había sido estipulada cuando se esbozaron los proyectos. Del superávit al déficit, pensaron, había un corto paso.
De ahí que ahora, con la confirmación del rating diario, una serie de ciclos que se encontraban en espera tendrán vía libre para salir al aire: el unitario “Disputas” (realizado por Ideas del Sur, con Mirtha Busnelli, Julieta Ortega, Dolores Fonzi, Florencia Peña y Belén Blanco, dirigido por Adrián Caetano) y la segunda temporada de “Los simuladores” (dirigido y escrito por Damián Szifrón, con Federico D’Elía, Martín Seefeld, Diego Peretti y Alejandro Fiore) en Telefé; el magazine periodístico “Chicas de la calle” (conducido por Anita Martínez y Verónica Lozano) en el 13; el programa de entretenimientos “Decisión final”, con Horacio Cabak, enAmérica. Pero la expectativa que se generó en el medio por el retorno de una medición ¿certera? de audiencia, más allá de que se trata de una variable que ordena comercialmente al mercado, esconde en su génesis una razón sustancial, tal vez la que más peso tuvo a la hora de aceptar la aplicación del transitorio sistema de medición: desde mañana, los ejecutivos de los canales volverán a tener en sus manos esas enjuiciadoras planillas de poder y, con los primeros datos, el forzado período de abstinencia llegará a su fin. Todo volverá, entonces, a la vertiginosa normalidad.