Aquel estudiante de Relaciones Internacionales ingresó al mundo de la información casi por casualidad, a través de un amigo que le ofreció trabajo en Radio América, en el área de publicidad. Con el tiempo le agarró el gustito a lo que veía detrás de la pecera y pidió el cambio para trabajar como movilero. Es por eso que a Juan Miceli su regreso a la radio, después de haber tenido un rol protagónico en la investigación televisiva, no lo toma por sorpresa. Miceli, una de las caras visibles de “Telenoche investiga”, conduce “Cambio de aire”, un ciclo periodístico que se emite de lunes a viernes de 6.30 a 9.30 por Aspen Classic (FM 102.3 Mhz). “La posibilidad de hacer radio me complementa como periodista en lo profesional”, señala en entrevista con Página/12. “La gente puede conocer otras facetas mías. Yo no soy un periodista que está todo el tiempo con la lupa viendo si hay algún corrupto dando vueltas”, dice casi hasta con cierta molestia por los encasillamientos que, muchas veces, nacen de los propios medios.
“Un programa periodístico de actualidad con muy buena música que en Aspen es como la columna vertebral.” Así define Miceli la esencia del nuevo ciclo que cuenta con distintas secciones: deportes, salud, espectáculos, gastronomía, economía, etcétera. Una de las características que le dan identidad a “Cambio de aire” es una sección que bien podría denominarse “una mano al ciudadano”. “Noto que somos como una generación que está cansada de los discursos y de las palabras huecas. Entonces, lo que nos propusimos con el equipo fue que, cuando haya un problema, tratar de encontrarle una solución. No hay que ser muy ambicioso. La idea no es cambiar el mundo sino cambiar ‘la cuadra de mi barrio’ en la medida de lo posible. Por ejemplo, hubo gente que pedía la instalación de un semáforo. Entonces dijimos: ‘Acá hay una solución concreta’. No estamos hablando de encontrar la paz en el mundo, que es un deseo utópico, estamos hablando de conseguir un semáforo que no debería ser tan complicado”, explica Miceli. Ante los pedidos de la gente, golpean las puertas de los despachos a los funcionarios para que se comprometan en el corto plazo a una solución.
–Además de la cámara oculta, ¿en qué se diferencia el periodismo radial del televisivo?
–El periodismo radial tiene un lenguaje propio, como la gráfica. Básicamente brinda la posibilidad de utilizar la imaginación. En la televisión está todo expuesto y muy explícito. No podés hacer muchas más lecturas de lo que se ve. La radio permite trabajar con la imaginación. A mí me gusta eso de describir el lugar donde estoy. Describo dónde estoy y a algunos entrevistados les pido que me describan cómo es el lugar donde están. Cada cual construye en su mente lo que quiera.
–Desde hace unos años la gente se amparó en el periodismo más que en la Justicia para efectuar denuncias.
–Es un error de percepción en un país donde todos estamos confundidos sobre quién es quién en las instituciones. La gente llama a los medios de comunicación para hacer denuncias porque cree que son más eficientes. Pueden ser más eficientes en lo periodístico pero yo creo que, de a poco, hay que volver a poner cada cosa en su lugar. Por ejemplo, llama uno para decir: “Quiero anunciar que me robaron el kiosco”. Yo le digo: “Vaya a la comisaría y haga la denuncia”. Si tiene que ver con un servicio le digo a la gente que vaya a hacer el reclamo. Es un problema de jurisdicción, nosotros no podemos resolver el problema.
–¿Piensa volver a la televisión?
–Sí, en principio, es posible que siga en “Telenoche investiga”.
–Hay versiones que no lo dan como seguro...
–Estamos en una transición. Hay una posibilidad de que vuelva o... estamos charlando.
–¿Y la balanza para dónde está inclinándose?
–Está equilibrada (risas).