Sáb 24.05.2003

ESPECTáCULOS  › EL GRUPO O’CONNOR GRABA ESTA NOCHE UN CD EN VIVO

Los heavies copan un teatro

La banda de Claudio O’Connor, ex vocalista de Malón y Hermética, registrará hoy en vivo su cuarto disco. El grupo dice que intenta darle musicalidad y apertura a los rituales del heavy argentino.

› Por Cristian Vitale

Por Cristian Vitale
@Enfundado en un sobretodo gris acorde al otoño, Claudio O’Connor, voz emblemática del rock pesado argentino, habla muy tranquilo con Hernán García, otro pelilargo empedernido que integra O’Connor, grupo nacido tras la primera separación de Malón, en 1998. Ambos, sentados alrededor de una derruida mesa de madera, están ajustando detalles de cara a la grabación del primer disco en vivo del grupo, hoy en El Teatro. “Va a ser una catarata de éxitos”, dice el cantante, entre gracioso e irónico, a Página/12. “Vamos a incluir canciones que no tocamos casi nunca en vivo, canciones climáticas o temas lentos como ‘Sólo es un juego’, que se salen de la norma”, y agrega: “Creo que nos va a ir bien, porque son temas que los pibes escuchan siempre en los discos, pero nunca tocados por la banda”.
Es que O’Connor, así lo marca su historia, no le teme a los desafíos. Cuando abandonó Malón –grupo que había nacido de las exequias de Hermética en 1994–, fue por una razón meditada: no quería repetir viejas fórmulas. No le importó que en uno de los primeros recitales del nuevo grupo le tiraran piedras por no recurrir a viejos éxitos metaleros, que lo hubieran posicionado mejor de entrada. Las exigencias de viejos fans, que no olvidaban hitos de una época como “Desde el Oeste”, “Víctimas del vaciamiento” o “Ideando la fuga” –salidos de su voz y la cabeza de Ricardo Iorio en tiempos de Hermética–, realmente no le interesaron. “Salimos a tocar temas que no conocía nadie y nos tuvimos que bancar piedrazos y cantitos hirientes. Pero sabíamos que era todo un reto”, recuerda.
Aquellas agresiones no torcieron el objetivo de O’Connor: esa renovación pensada al principio como objetivo se plasmó luego en tres discos –Hay un lugar (1999), Yerba mala nunca muere (2000) y Dolorización (2002)–, aptos para heavies y no tanto. “Abrirse implica que a uno lo pueda escuchar gente del palo y también gente de otras movidas. Es el equilibrio que buscamos”, subraya. La apertura, en hechos, se dio en actitudes que los toscos puristas del género verían como una herejía. Por ejemplo, haber invitado a Adrián Dárgelos, de Babasónicos, para dirigir el video de “Caníbal”, tema clave del grupo. “La idea fue convocar a un músico de otra movida para demostrar que somos parecidos, no en lo musical pero sí en el hecho de laburar el rock desde abajo”, indica García. Ahora responde O’Connor.
–Esto implica ser flexibles dentro de un género musical que siempre ha tendido a la facción, a crear grupos cerrados de pertenencia. ¿Ustedes van contra eso?
–En parte sí, pero nunca renegamos del género. Sí de las fórmulas predefinidas, en el sentido de decir si me corro de esto, no me va a ir bien. Nos corremos y que pase lo que Dios quiera. Pero no hacemos polcas paraguayas ni música de Miranda... seguimos haciendo heavy, aunque el acento no esté puesto en el doble bombo y la velocidad sino en el clima o en la musicalidad.
–De todas formas, ya no es fácil vincularlos en la línea mainstream del metal. Si bien están dentro, no están tan referenciados como, por ejemplo, Almafuerte. ¿Acuerda?
–Es que si haría lo mismo que antes no hubiese tenido sentido hacer esta banda. La idea, desde el origen, fue impulsar un cambio en la forma de componer. En Hermética y Malón estaba sujeto a ciertas reglas que no dejaban escaparme del círculo... de hecho cuando éramos Malón, planteé que la banda tenía que evolucionar y, al no ser escuchado, me fui.
–¿Qué había propuesto?
–Encarar canciones y no profundizar en esa cosa extrema que caracterizaba a Hermética. Mi intención era hacer canciones para todo tipo de gente. Pero no tuve quórum y me fui. Al principio no estaba seguro delo que iba a hacer, porque yo no compongo con la guitarra, sólo letras y arreglos. Pero él –por Hernán– me mostró sus temas y me sorprendió. Nos gusta el heavy, pero queríamos interpretar rock en un estado más puro.
–¿Qué significa “rock en estado puro”?
–Con reminiscencias antiguas. Las críticas que les hacen a mis discos dicen que tienen onda ‘70, que se parecen a Black Sabbath –uno de las bandas que O’Connor versiona, junto a ¡¡The Beatles!!, a través de “Eleonor Rigby”–. Y yo prefiero que me comparen con ellos, y no que me metan en la misma bolsa de Korn.
–¿No le gusta Korn?
–Tal vez sí. Pero no hace que mi sangre fluya como con Judas Priest, Creedence, The Beatles o Sabbath.
–La separación de Hermética fue bastante traumática. ¿Qué rescata a la distancia de aquella banda?
–Haber ganado un montón de guita –risas–. No, en serio, el hecho de haber debutado discográficamente. Cumplí casi todos mis sueños como tocar con Motorhead, Sabbath o Kiss.

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