ESPECTáCULOS
› “NO A LA DEUDA”, CON LA MUSICA DEL TERCER MUNDO
Combatiendo al poder global
El CD “No a la deuda (Drop the debt)”, una iniciativa artística impulsada por la organización Jubileo 2000, acaba de editarse en Argentina con canciones de artistas de Africa, Asia y Sudamérica.
“Así como están las cosas, no podemos continuar. Acabemos con la deuda, para poder trabajar. Hoy el mundo está endeudado, y son cosas pa’ pensar. Las riquezas se han llevado y cada día debemos más.” La que canta es Totó la Momposina, una leyenda de la música popular colombiana redescubierta en los años noventa por el inglés Peter Gabriel a través de su sello Real World y, detrás del ritmo festivo de su música (tan propia de la negritud sudamericana como de Mamá Africa), emerge el reclamo que hace del CD No a la deuda (Drop the debt). El Tercer Mundo contra la deuda una declaración musical de principios, la contundente expresión artística de un proyecto impulsado por la organización no gubernamental Jubilee 2000, con las presencias estelares de, entre otros, Césaria Evora, Chico César, Lenine, Soledad Bravo, Fernanda Abreu y buena parte de la mejor escena reggae y funk africana. El gigantismo desmesurado y exterminador de la deuda externa de los países pobres del Tercer Mundo determinó la creación de este movimiento social que impulsa la condonación definitiva de la deuda. Desde la segunda mitad de la década del noventa, la organización viene haciendo oír su voz, a veces a través del activismo de personajes públicos famosos en todo el mundo (tal vez el más notorio y jugado de ellos sea Bono, cantante de la banda irlandes U2) y de la adhesión de otros, incluso más poderosos, como el papa Juan Pablo II. “La deuda externa de América latina a mediados de la década del 70 ascendía a unos 60 mil millones de dólares, en 1980 a 204 mil millones, en 1990 era de 443 mil millones de dólares y se calcula alcanzó en 1999 alrededor de 706 mil millones de dólares, que requerirán de unos 123 mil millones para el pago de su servicio. En estas circunstancias, la deuda externa ha sido y es impagable, ilegítima e inmoral”, rezó en uno de sus fragmentos la declaración de Tegucigalpa, realizada por la plataforma Latinoamericana y Caribeña Jubileo 2000 bajo el lema “¡Sí a la vida, No a la deuda!”
En No a la deuda, un lanzamiento del sello independiente Say It Loud!, que en Argentina, Colombia, Chile, Paraguay y Uruguay edita y distribuye la pequeña compañía Doble Efe, treinta artistas de Asia, Africa y América del Sur –en esta edición latinoamericana aparecen las jóvenes bandas argentinas Tumbatú Cumbá y Arbolito– hacen explícita su adhesión a la campaña aportando sus canciones, dentro de un amplio abanico estilístico determinado por una fuerte presencia multirracial y polirrítmica, con un denominador común: las ganas de decir basta. Nicolás Falcoff, el representante argentino en la producción de este disco, pero además integrante de Tumbatú Cumbá, tomó conocimiento del proyecto cuando viajó a Cannes para la conferencia anual Midem. “Conocí a François Mauger y se mostró interesado en escuchar nuestra música para ser incluida en la versión latinoamericana del disco. Allí empezó todo”, le contó Falcoff a Página/12, en la semana en que No a la deuda fue presentado en Buenos Aires, donde ya se puede conseguir en las disquerías. De ese encuentro también surgió la posibilidad de la inclusión de otros artistas argentinos. Arbolito, una banda formada en 1997 con dos discos ya editados (La mala reputación en 2000 y La arveja esperanza en 2002) y una interesante combinación de interpretación folklórica con “actitud rock”, resultó elegida. La canción “Estofado”, un reggae de tierra adentro con letra bien picante (“siempre arriba esos hijos de puta, que te infectan el bocho con mentiras para que no tengas salida. Con el miedo bandera, la seguridad, nuevo Dios de esta era”), se mezcla con el intencionado juego de palabras “dolores, dólares” que el vanguardista nordestino brasileño Lenine escribió en su canción “Rosebud”, el sabor y buen humor del reggae africano de Zédess (desde Burkina Faso, con “Cadeau empoisonné”), de Tiken Jah Fakoly & Tribo de Jah (una combinación única entre el ritmo de las bandas más populares del género en Costa de Marfil y Brasil) y la explosiva combinación carioca entre la cantante pop Fernanda Abreu y el rapper de la favela MV Bill (deliciosa combinación reggae-rap-sambaelectrónica “Tudo vale a pena”). El último track del disco, como si fueraun mensaje a pesar de todo los pesares, es una sentida versión que la venezolana Soledad Bravo regala del clásico “Gracias a la vida”.