ESPECTáCULOS
› LT 22 RADIO LA COLIFATA, DOCE AÑOS DE ACCION SOLIDARIA
“Nunca quisimos imitar a nadie”
La emisora de los pacientes del Borda recibirá un premio Broadcasting destinado a radios comunitarias de baja potencia. Su director, el psicólogo Alfredo Olivera, explica cuáles son las motivaciones del proyecto: “Queremos que los internos se escuchen a sí mismos”, señala.
› Por Oscar Ranzani
Nacida hace doce años a partir de una idea de Alfredo Olivera, que en ese entonces tenía 24 años y era estudiante de psicología, LT 22 Radio La Colifata creció con la particularidad de ser la primera emisora radial en transmitir desde un neuropsiquiátrico. Sus aportes terapéuticos y sociales son el leit motiv de su existencia. Después de ser reconocida mundialmente (han publicado notas sobre esta experiencia diarios como The New York Times, Sunday Times y The Independent de Inglaterra, Le Monde de Francia, etc.), La Colifata es un ejemplo de acción solidaria en el campo de la salud mental. Es por eso que tuvo réplicas en el interior del país y en otros lugares del mundo. En Argentina hay experiencias similares en el hospital infanto-juvenil Tobar García de Capital y en provincias como Misiones, Mendoza, Entre Ríos y San Juan, entre otras. En el mundo hay radios similares a La Colifata en Uruguay, Chile, México, España y Alemania. Pasado mañana, la emisora recibirá el premio Broadcasting, destinado a radios comunitarias de baja potencia en el rubro “Acción solidaria”.
La Colifata funciona los sábados de 14.30 a 19.30 en los patios del Borda, y se emite por la frecuencia 100.1 en un radio no mayor a los tres kilómetros a la redonda. Su director, Alfredo Olivera, la diferencia de cualquier otra radio mencionando sus dos principales objetivos: el carácter terapéutico y social. “La idea es disminuir el sufrimiento mental de los pacientes que allí acuden. Por otro lado, acompañar procesos que deriven en la externación y, además, ser un espacio de contención y de atención a aquellos pacientes que ya han sido externados”, subraya Olivera en diálogo con Página/12, quien agrega que también se busca “evitar recaídas que los lleven a volver a estar internados”. Con respecto a lo social, el psicólogo señala que “se trata de un trabajo, en términos muy generales, que tiene que ver con el antiestigma o con un trabajo de desestigmatización de la figura del ‘loco’”.
El trabajo de Olivera no se agota en las cinco horas de emisión sabatina, ya que, posteriormente, escucha la totalidad de lo hablado y hace un seguimiento estadístico de la participación de los pacientes cada sábado. De los cincuenta internos que asisten a La Colifata, unos veinticinco participan activamente y están bajo tratamiento. Ellos no solo hablan por radio, sino que reciben un seguimiento del proceso terapéutico que van haciendo, y los psicólogos evalúan periódicamente los efectos que tiene el dispositivo de radio en ellos. “De estos veintipico de pacientes, cerca del 40 por ciento ya está externado en la actualidad y los conocimos estando internados. La Colifata colaboró y fue importante en el proceso que derivó en el alta junto a la terapia del hospital”, comenta Olivera. “A lo largo de estos doce años nosotros vemos que de los pacientes que logran el alta y que siguen siendo asistidos por el dispositivo de radio, son muy pocos los que vuelven a caer en la internación”, asegura Olivera.
Una vez escuchado todo el material comienza el trabajo de edición, consistente en fabricar microprogramas. “Cada uno de ellos dura aproximadamente dos minutos. En un período de dos a tres meses confeccionamos alrededor de veinte micros y los distribuimos entre 30 radios AM y FM de todo el país”, cuenta Olivera. “Lo que le pedimos al conductor del programa que recibe este material es que lea el contenido. Nosotros le damos el CD con un pequeño instructivo y con algunas citas de cómo abordar la problemática, que lo pongan al aire y que graben ese momento”, dice. “Y le pedimos al comunicador que, además, grabe la repercusión que pudiera obtener en la audiencia y que luego nos lo envíe. Esto no es sólo para que los pacientes tengan la devolución de lo que aportaron a la sociedad sino, además, para que se escuchen a sí mismos. Es decir, que pasen a ser auditores de sí mismos y auditores de otros que los nombran y que le dan un valor a aquello que ellos dicen”, afirma Olivera. Todo este proceso permite una diferencia sustancial entre Radio La Colifata y las demás emisoras. “Nuestro trabajo es pura y exclusivamente generar un espacio de producción y rescate de subjetividad. Complementario a esto, la primera operación que nosotros hacemos con la radio no tiene que ver con crear buenas imitaciones de locutores o conductores de programas. Nosotros no estamos detrás de la búsqueda de un buen producto radial. Si bien la cuestión estética la tenemos en cuenta y mucho a la hora de editar los microprogramas. Pero no queremos crear tristes y patéticas imitaciones de un Macaya Márquez, por ejemplo. Nada que ver. Nosotros vamos hacia la búsqueda de un Pedro, un Juan, una María”, concluye Olivera.
Una noticia que alegró al equipo y a los “colifatos” es que los productores de un programa radial de Costa Rica que tiene corresponsales en toda Latinoamérica decidieron que fueran los pacientes del Borda que participan de La Colifata quienes representaran a la Argentina en el exterior. “Para eso estamos formando un taller de periodismo”, relata Olivera, entusiasmado con el crecimiento del proyecto.