ESPECTáCULOS
› “CUANDO EL CIELO CAE”, DE ANDREA Y ANTONIO FRAZZI
Composición tema: el nazismo
El film que protagonizan Isabella Rossellini y Jeroen Krabbé compendia demasiados lugares comunes sobre el fascismo en Europa y la pintura de época, en una historia de iniciación infantil.
› Por Horacio Bernades
Hacia 1944, dos niñas huérfanas, rubias y hermosas, son acogidas por sus tíos. En la espléndida y soleada campiña de la Toscana italiana descubrirán los misterios de la vida, la instrucción, el sexo y la muerte. Una familia de librepensadores judíos, ricos, amplios y generosos, sobreviven en su palazzo al fascismo mussoliniano, pero serán finalmente atropellados por la barbarie nazi. Cuando el cielo cae es una summa de varios de los tópicos que cierto cine europeo de qualité viene trillando desde hace más de medio siglo: el film de época con decorados señoriales y paisajes que halagan la vista del espectador; el relato de iniciación con uno o más niños por protagonistas; la oposición, finalmente, entre los representantes de la más alta civilización y la barbarie nazi, que viene a aniquilar y pisotear esos tesoros culturales.
El resultado de tanta convención no podría ser otra cosa que una película dramáticamente chata y unívoca, enormemente previsible. Pero además, soterradamente autoritaria en relación con el público. Frente a un film como éste, al espectador no le queda más remedio que estar de acuerdo, reconociendo que también él está –cómo podría ser de otro modo– a favor de la niñez, la vida y la belleza, y en contra de quienes la arrasan. Paradójicamente, ni el fascismo ni el nazismo lograron jamás tanta unanimidad como aquélla a la que esta clase de películas aspira. Cuando el cielo cae está basada en una novela autobiográfica de Lorenza Mazzetti. Según informan las gacetillas, esta escritora incursionó alguna vez en la dirección cinematográfica, siendo parte, allá por los años 50, del Free Cinema inglés, junto a nombres como los de Lindsay Anderson, Tony Richardson y Karel Reisz. Los realizadores de Il cielo cade son los hermanos Andrea y Antonio Frazzi, veteranos que, a diferencia de los Taviani, no ostentan lauros cinematográficos, sino antecedentes teatrales y televisivos.
La falta de cine de los realizadores se nota: no hacen otra cosa que poner en imágenes lo que dice el guión, como si la película estuviera terminada antes de filmarse. De allí en más, todo es un simple trámite: se llama a un director de arte con buen gusto, a un músico con antecedentes (el argentino Luis Bacalov, el mismo de El cartero), a actores de prestigio (el holandés Jeroen Krabbé, Isabella Rossellini, la rusa Elena Sofonova), se concurre al set todas las mañanas y se da orden de cámara. Más que de ellos, Cuando el cielo cae parecería obra de su guionista, Suso Cecchi d’Amico. A los setenta y pico, y después de haber trabajado junto a Antonioni, Monicelli y sobre todo Visconti (en Senso, Rocco y sus hermanos, El gatopardo) D’Amico es, por mérito propio, una verdadera “intocable” del cine italiano.
Teniendo en cuenta las películas en cuya escritura Cecchi d’Amico participó a lo largo de medio siglo de carrera, no deja de sorprender la falta de matices, el convencionalismo narrativo, el facilismo dramático de Il cielo cade. Y mejor no ponerse quisquilloso con ciertos detalles, porque si no, la perfecta armonía entre señores, criados y campesinos quepinta esta película bien podría entenderse como una falacia malintencionada. Para no hablar de la plenitud que gozan estos señores liberales en pleno régimen del Duce: a juzgar por Cuando el cielo cae, parecería que, hasta la llegada de los nazis (1944), la Italia de Mussolini era poco menos que una edad dorada.