ESPECTáCULOS
› JORGE MAESTRO, EL NUEVO GERENTE DE PROGRAMACION DE AMERICA
“La TV funciona mejor con la ficción”
Guionista de varios éxitos televisivos, el flamante programador se propone realzar el perfil periodístico del canal con un nicho que le ha dado buenos resultados. “La ficción fideliza al público y abre formas de financiamiento”, asegura.
› Por Emanuel Respighi
La vida de Jorge Maestro ya no será la misma. Autor de los guiones de exitosos programas de TV –”Clave de sol”, “Nosotros y los miedos”, “La banda del Golden Rocket”, “Montaña rusa”, “El sodero de mi vida”, entre otros–, los últimos 25 años de su vida profesional transcurrieron frente al teclado, imaginando creativas historias capaces de entretener al público masivo. Desde ahora, Maestro tendrá que agudizar aún más su inventiva: ayer asumió la difícil tarea de imaginar la grilla de América. Flamante gerente de programación del canal ligado al ex banquero menemista Raúl Moneta, el hasta la semana pasada guionista de “Son amores” será el encargado de impregnar una fuerte cuota de ficción. “Soy un tipo que se adapta bien al cambio”, le explica a Página/12. “Me había aparecido la necesidad de parar un poco de escribir a diario una comedia de situaciones porque me iba a reiterar. De hecho, me reiteré un poco este año. La propuesta me llega en el momento justo”, admite.
Pese a lo que se puede suponer por su vasta experiencia, Maestro no escribirá. Su tarea, en todo caso, se limitará a aconsejar y supervisar los contenidos. “Por ahora sólo voy a escribir el guión de El traductor, una película que dirigirá Carlos Sorín. Pero nada para el canal”, señala. Maestro aclara que los cambios en la programación recién se comenzarán a percibir el próximo año. “No es nada fácil modificar el perfil de un canal tan ligado a la noticia, a lo urgente”, admite.
–¿Por qué cree que lo convocaron a la gerencia de programación?
–Hay una decisión tomada de parte de América de sostener la programación a través de ficción sólida y con continuidad. Después del éxito de “Tumberos”, que incrementó el rating promedio del canal, se dieron cuenta de que apostar a la ficción no era mal negocio. Y como yo transité durante años por la ficción, pensaron que era el hombre indicado. Nunca fui un escritor que se encerraba a laburar y descuidaba los demás aspectos. Siempre me gustó estar al tanto de todo lo que tuviera que ver con la TV.
–¿El hecho de que América aparezca asociado a Raúl Moneta y al Grupo Vila lo hizo dudar a la hora de aceptar la propuesta?
–Yo no soy de dudar demasiado, aunque tampoco asumo decisiones sin pensarlas. Pero si uno se pone a analizar demasiado todo y empieza a ver teorías conspirativas, creo que no va ni a las reuniones de consorcio. En la medida en que pueda trabajar con libertad no va a haber problemas. Es una zona de poder en la que no tengo injerencia.
–¿Cómo cambiar el marcado perfil periodístico de América?
–Mi hijo Tomás, de seis años, cuando le conté que empezaba como organizador de los programas de América me preguntó: “¿Vas a hacer el noticiero, papi?”. El cambio tiene que ser gradual. Hay que mantener la diversidad de opinión periodística. Las ficciones podrán sostener mejor los programas de entretenimientos o periodísticos.
–¿Por qué la ficción fideliza más fuertemente que los periodísticos?
–Más allá del rating, en el mundo no existe canal abierto sin ficción. La ficción permite tener un reaseguro de continuidad del público a lo largo de, mínimo, 120 capítulos. Son seis meses en los que, si el ciclo funciona, levanta el público, y si no, asegura uno fijo que se mantiene o aumenta, pero nunca decrece. Tener ficciones le permite al canal modificar los contenidos para mejorar el rating. En cambio, mantener una programación sobre el aspecto periodístico hace que irremediablemente los niveles de público dependan de lo que suceda en la realidad.
–¿Cree impensable un canal abierto apoyado exclusivamente en la noticia?
–La ficción fideliza al público y abre nuevas formas de financiamiento. Dada la escasa torta publicitaria –que hoy en día no llega a sostener los presupuestos de la ficción, que son más altos–, la ficción permite abrir nuevos mercados en el exterior, siempre que se hagan buenos productos de consumo interno. Cada país tiene su propia cultura e idiosincrasia, peroeso no limita la exportación. Si Argentina no llegó a introducir programas propios en otros países es porque los ciclos no hablan justamente de nosotros mismos. Los ciclos colombianos, que se venden en todo el mundo, reflejan su propia cultura. No se trata de juntar un elenco latino, sino de exportar buenos productos que expresen nuestra propia realidad. En ese camino tiene que entrar la tele de hoy. Un ejemplo de eso es el nuevo cine argentino.
–¿América va a ser productora de contenidos o se abastecerá de productoras independientes?
–En un principio se va a abastecer de productoras, porque no es fácil comenzar de un día para otro a hacer ficción. Pero eso no significa que el canal no tenga injerencia en los contenidos, yo voy a estar también colaborando y orientando. Muy pocos canales de otros países tienen producción propia, ni los estadounidenses. En el futuro, aun cuando manejamos un presupuesto chico, comenzaremos a producir o coproducir ficción.
–¿Qué significa para usted que otras dos personas que vienen de la ficción (Adrián Suar en el 13 y Leonardo Becchini en el 7) hayan sido elegidas para manejar programaciones?
–No creo que sea una casualidad. Tampoco una gran novedad, ya que Hugo Moser fue director artístico del 13, Miguel Decalasata en el 9... Hubo una etapa en los ‘90 en que personas de otros ámbitos manejaban las programaciones, como Gustavo Yankelevich o Hugo Di Guglielmo. No hay una escuela de ejecutivos. Que estemos tres personas venidas de la ficción al frente de las programaciones tiene que ver con que los dueños de los canales tomaron conciencia de que la industria funciona mucho mejor con la ficción. No porque los demás formatos no sirvan, sino porque los demás ciclos están más aislados. La ficción articula los periodísticos, magazines y ciclos de entretenimiento.