Jue 25.09.2003

ESPECTáCULOS  › MUSICA ANTIQUA KöLN ACTUA ESTA NOCHE EN BUENOS AIRES

El antiguo arte de la música absoluta

Uno de los mejores grupos especializados en el barroco tocará una de las obras cumbre de Johann Sebastian Bach, escrita en su origen para teclado y adaptada ahora para ensamble de cámara.

› Por Diego Fischerman

Pierre Bourdieu, en su libro La distinción habla de cómo, en la relación entre educación, poder adquisitivo y gusto, a un nivel de mayor educación corresponde la preferencia por las obras musicales más abstractas. Y, dentro de ellas, por aquellas con un fuerte valor simbólico: las que son capaces de evocar, apenas con su mención, las cumbres del contrapunto, entendido como cumbre de la idea de la música absoluta. Las Variaciones Goldberg, El clave bien temperado y La ofrenda musical, de Johann Sebastian Bach, ocupan esa cima. Pero sobre todas ellas reina el inconcluso conjunto de fugas al que el compositor puso el nombre de Arte de la fuga. Ni más ni menos que una summa, un catálogo brillante de todo lo que Bach sabía (y sabía más que nadie) acerca de esa forma musical en que un tema se pliega sobre sí mismo para convertirse en su propio acompañamiento.
Escrita en pentagramas separados –como si se tratara de una obra para varios instrumentos– fue pensada, sin embargo, como una obra para teclado. Ese tipo de notación era frecuente en obras en las que se buscaba poner en evidencia el trabajo contrapuntístico pero la ambigüedad (durante bastante tiempo se sostuvo que esta obra no estaba compuesta para ningún instrumento particular, lo que acentuaba el aura de pureza y abstracción) generó un cierto malentendido y ese malentendido una tradición. De hecho, fueron varios los que interpretaron el Arte de la fuga con orquesta o cuarteto de cuerdas (Guillermo Graetzer, en la Argentina, fue uno de los que realizó una orquestación) o con grupos combinando distintas conformaciones instrumentales (como en la versión discográfica dirigida por Jordi Savall, en la que se incluye un cuarteto de violas da gamba y otros instrumentos ya pasados de moda en la época de Bach, como cornetos). Entre esos conjuntos el pionero fue el notable Musica Antiqua Köln, que dirige Reinhard Goebel. Y ese grupo tocará hoy en Buenos Aires –en el Teatro Avenida (Av. de Mayo 1212) y a las 20.30–, como parte del ciclo de la asociación Festivales Musicales, precisamente El arte de la fuga, catalogado en la edición de la Bach Werke Versainig (BWV) con el número 1080. La versión será para ensamble de cámara. Si toda obra es, a la vez, la que era en el momento en que fue creada y la que la historia construyó con ella, en este caso esa carga es considerable e incluye una leyenda más: la de la obra inconclusa. De hecho, parte del mito pasa por asegurar una romántica falsedad: que Bach murió con la pluma en la mano y dejando caer la cabeza sobre la partitura.
La primera vez que Musica Antiqua Köln tocó en Buenos Aires (en el Instituto Goethe) generó, entre quienes los escucharon, una sensación de sorpresa. No sólo tocaban en instrumentos originales (clave, violines, violas, cellos y violones con cuerdas de tripa, flautas de madera y oboes sin llaves, entre otros) sino que lo hacían con un nivel de virtuosismo asombroso. Y además unían algo que por ese entonces parecía una utopía: rigor estilístico por un lado y energía, fuerza y libertad interpretativa por el otro. Creado en 1973 por Goebel (que en los comienzos fue el violín solista del grupo) y algunos estudiantes del Conservatorio de Köln, el grupo se dedicó inicialmente a la interpretación de música sacra y de cámara barroca. Con los años ampliaron el repertorio (que llega a las puertas del clasicismo, por ejemplo con el reciente CD Bachiana, en donde tocan obras de los hijos de Johann Sebastian Bach, entre ellas el genial Concierto para clave y fortepiano de Carl Philip Emanuel) y también su formación, que llegó a incluir alianzas como la que realizaron con el Gabrielli Consort, que conduce Paul McCreesh, para grabar la monumental Missa Salisburgensis de Heinrich Ignaz Franz Biber. Varios de sus discos ofrecen versiones de referencia de música de Bach (los Brandeburgueses), Telemann (Tafelmusik, Conciertos y Suites) y autores menos conocidos como Heinichen (Conciertos de Dresde). Esa grabación, justamente, se convirtió en un éxito a nivel mundial y recibió inmediatamente cinco de los premios discográficos más importantes del mundo: El “Jahrespreis der DeutschenSchallplatten Kritik”, el “Grammophon Award”, el “Prix Caecilia”, el “Schallplattenpreis Echo-Klassik” y el “CD Compact Award”. Entre las grabaciones que el conjunto realizó junto a cantantes se cuentan las Cantatas Marianas y Arias de Händel con Anne Sofie von Otter y el registro del Salve Regina, de Johann Adolf Hasse, con la argentina Bernarda Fink y Barbara Bonney.

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux