Sáb 27.09.2003

ESPECTáCULOS  › FESTIVAL INTERNACIONAL DE BUENOS AIRES
EL MITICO MUSICO BRASILEÑO TOM ZE CIERRA LAS “NOCHES BRASILEÑAS”

“Soy el Trotsky del tropicalismo”

El cofundador del movimiento que cambió la música de Brasil presentará su disco “Jogos de armar” y repasará su extensa carrera.

› Por Martín Pérez

Alguna vez, Tom Zé dijo que fue el León Trotsky del tropicalismo. Porque cuando se cumplieron cinco años de la edición del álbum fundacional Tropicalia ou Panis et Circences, su imagen aún aparecía en la foto grupal de portada, pero a los diez se veía borrosa y a los quince él ya no estaba allí. “Si no hubiese sido recuperado del olvido por David Byrne, probablemente ni siquiera estaríamos conversando ahora, y aquella desaparición se hubiese consumado para siempre”, aventura Tom Zé cuando se le recuerda aquella frase, tomándose un té en el hall de un hotel de avenida de Mayo, recién llegado de Brasil. “Como tuve éxito en el exterior, en Estados Unidos y en Europa, de golpe todos se acordaron de que era tropicalista. Pero, hasta hoy en día, cuando se cumplen treinta y cinco años de la aparición de aquel disco, todavía no se ponen de acuerdo si me ponen dentro o afuera”, dice con una carcajada.
A los 67 años, este bahiense nacido en Irará tocará esta noche por primera vez sobre un escenario porteño, el ND Ateneo, en el cierre de las “Noches brasileñas”. La idea lo fascina. “Cuando era chico, Buenos Aires y París eran el centro del mundo”, recuerda. “Son esas cosas eternas, que uno escucha y quedan grabadas en la placa inaugural de la mente. Así que aquí estoy al fin, en el centro del mundo.” En realidad, durante su larga carrera, muchas veces Tom Zé alcanzó el centro del mundo. Y también supo conocer los márgenes. Allá por 1968 formó parte del núcleo fundacional del tropicalismo. “Y sin haber escuchado jamás el rock internacional ni haber leído a Oswald de Andrade”, apunta, orgulloso.
“En mis comienzos, cuando me di cuenta de que era incapaz de hacer música bella, normal y bonita, me inventé esa idea alucinada de hacer antimúsica, para atraer la atención de la gente por tres minutos”, explica. Apunta Caetano Veloso desde su libro Verdade Tropical: “Su sofisticación antibossanovística era una relación directa entre lo rural y lo experimental”. Según recuerda Zé, cuando estalló el tropicalismo intentó hacer música popular. “Hay que decir todo inmediatamente, y hace falta una gran capacidad para poder hacerlo, no es algo sencillo. Y es algo que yo no conseguí nunca.” Por eso fue que, allá por 1973, abrazó la experimentación con Todos os Olhos, álbum que lo condenó al ostracismo. “Así fue como me hice el Trotskydel tropicalismo”, dice con una sonrisa.
Un destino del que lo rescató David Byrne cuando –en un ya mítico viaje a Brasil en 1986 para presentar su película True Stories– tropezó con uno de sus discos de su época “trotskista”, el maravilloso Estudando o Samba (1976), y comenzó a preguntar por este artista del que todo el mundo parecía haberse olvidado. “Se puede imaginar que lo primero que sentí con el renacer de mi carrera propiciado por Byrne fue una felicidad de realización como criatura”, cuenta Zé, que estuvo a punto de abandonar la música y regresar a su pueblo natal para trabajar en una estación de servicio. Descubierto en el mundo anglosajón gracias a una compilación de lo mejor de su obra editada por el sello de Byrne, a partir de entonces su figura también fue revalorizada en su propio país. “Eso sí: después de aquella emoción original, como estaba en un momento en que mis ideas emergían con claridad, pasé a abocarme a mi trabajo y no pude pensar en otra cosa que en trabajar. Porque a fin de cuentas ya tengo 67 años, y hace dos años tuve un principio de infarto. O sea que me puedo morir en cualquier momento, y aún tengo muchas ideas a las que les quiero dar forma, para que existan en la sintaxis del mundo aristotélico y cartesiano de la música occidental.”
La actualidad de Zé habla de la inminente edición de un DVD con la presentación en vivo de su disco Jogos de armar (2001), estelarizado por los intrumentos que construyó allá por su época más extremista con la inventiva del luthier más delirante. También dará a luz una compilación de artículos propios, titulada Tropicalista, Lenta luta, ytambién un nuevo disco, del que prefiere anticipar poco y nada: “Saldrá para el mes de noviembre”. La última novedad musical de Tom Zé es en realidad el tema antibélico “Companheiro Bush”, que compuso y puso gratis a disposición de sus fans primero a través del site de su grabadora Trama, y luego en un site de Thurston Moore, de Sonic Youth. “Nunca hice una canción de protesta, pero una guerra lo justifica”, explica Zé, que aclara que a esta clase de canciones las llama Imprensa Cantada. “Hay muchas ideas que tienen ese origen, y no sólo son canciones aisladas. Todo un disco como Com defeito de fabricaçao es Imprensa Cantada, aunque tardé cinco años en completarlo. Habla de los habitantes de América latina como androides defectuosos que trabajan para el confort del Primer Mundo, y de la satisfacción que les provocamos con nuestros defectos de cantar, soñar y pensar.”
Artista orgulloso de la cosmovisión de su tierra, el nordeste brasileño, Tom Zé asegura que el producto principal que vende es rebeldía. “La música es un pretexto para distribuir rebeldía”, asegura Zé, que para su debut porteño ha dejado de lado el show que viene presentando en Brasil –titulado Si los médicos continúan, consulte a su síntoma– y ha preparado una síntesis de toda su carrera. “Pero nunca sé lo que voy a hacer hasta que no subo al escenario. Tengo lista la espina dorsal del show, pero no sé si lo que saldrá será algo antropomórfico, una fiera que camine en cuatro patas o una lombriz que se esconda bajo tierra. Si fuese un artista perfecto, cantaría mi música y listo, pero yo no hago eso. A mí me gusta que mis shows estén vivos.”

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux