ESPECTáCULOS
Rastreando Buenos Aires en busca de la huella de grandes escritores
El periodista y escritor Alvaro Abós investigó la relación entre algunas grandes firmas de la literatura y diversos rincones de la ciudad. De ese trabajo surgió un libro y luego los guiones de Buenos Aires al pie de la letra, que será, este año, uno de los principales estrenos de Canal (á).
› Por Verónica Abdala
“La ciudad es una red fantasma de senderos que se cruzan”, escribió en el prólogo de su ensayo Buenos Aires al pie de la letra el escritor y periodista Alvaro Abós. “Así, por ejemplo, en la puerta de la Galería Güemes se cruzan sin reconocerse, y quizá sin mirarse, el hosco aviador Antoine de Saint Exupéry y el adolescente Julio Cortázar, el poeta de la bonhomía Baldomero y el cronista de la acidez Arlt. En el Parque Lezama se codean Perlongher y Oliverio, Sabato y González Tuñón. Y en la avenida Montes de Oca, criminales y locos de diversos siglos y destinos entrelazan una caravana de muerte y extravío.” Meses antes de la aparición de ese libro, en el 2000, e inspirado en la Guía turística de Lisboa del gran narrador portugués Fernando Pessoa, Abós se había propuesto rastrear por Buenos Aires las huellas de su literatura, bajo la certeza de que “la ciudad lleva los signos de su vida literaria adheridos, como la melancolía, el tango o la humedad”. La búsqueda de esos rincones en que alguna vez vivieron y crearon los autores, e incluso de aquellos otros, reales o imaginarios, que cobijaron a sus personajes de ficción, fue el comienzo de una travesía que le reveló historias ocultas, tras el ajetreo incesante de las calles, la monumentalidad de los estadios, el silencio de los parques y las galerías. Así descubrió una ciudad que acaso no exista porque es ésta pero es otra, que sirvió como espejismo y albergó quimeras, que en cualquier caso es reinvención.
Ahora, esos viajes y relatos tendrán formato audiovisual. A partir de abril, en el marco del lanzamiento de su nueva temporada anual, Canal (á) pondrá en pantalla un ciclo de veintiséis documentales dedicados a profundizar la relación que mantienen, con ciertos paisajes urbanos, escritores de la talla de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Macedonio Fernández o Roberto Arlt. Los guiones originales del ciclo televisivo Buenos Aires al pie de la letra, que aún espera confirmación de día y horario, correrán por cuenta del propio Abós.
“Este proyecto me enfrentó a un verdadero dilema”, plantea él. “Me pregunté si era válido que como escritor accediera a trabajar y a escribir para televisión. Finalmente, llegué a convencerme de que éste es un camino interesante para acceder a un público masivo, válido como los otros desde el momento en que me comprometí con el cuidado de los textos e intentar recuperar desde la tele el valor de la palabra, que junto con la imagen son los dos elementos fuertes del documental.”
Entre los títulos más destacados del ciclo se incluyen Jorge Luis Borges y la Plaza San Martín, Julio Cortázar: un torito en el Luna Park, Macedonio Fernández: Sócrates en La Perla del Once, Ernesto Sabato: Los fantasmas del Parque Lezama, Roberto Arlt: El obelisco rojo, Adolfo Bioy Casares: Olimpo en la Recoleta y Victoria Ocampo: El Palermo snob. Uno de los unitarios servirá de homenaje al poeta y librero recientemente fallecido Héctor Yánover e invitará al recorrido por “La ciudad librera”. Y también habrá documentales dedicados a Alfonsina Storni, Manuel Mujica Lainez, Juan Carlos Onetti, Witold Gombrowicz, H. G. Oesterheld, Homero Manzi, Raúl González Tuñón.
–¿Cuál es el elemento común a los documentales de la serie?
–Todos responden a la asociación que une a cierto lugar con un determinado escritor. En Cortázar, por ejemplo, me interesa la asociación que a través de algunos de sus cuentos establece con el boxeo y con las clases populares, y eso me condujo al Luna Park, donde se conocieron Perón y Evita, donde se veló a Gardel. Borges, en cambio, me llevó a Plaza San Martín, que es Buenos Aires, con su modernidad y su aristocracia, y es también la plaza de abajo, donde Perón nacionalizó los ferrocarriles. En todos los casos busqué esa conjunción.
–Estos escritores, ¿se reconocían asociados a los escenarios a los que usted los vincula?
–No. Borges, por ejemplo, amaba y caminaba todas las tardes por Plaza San Martín, donde está enterrado su querido gato Bepo. Durante 41 años vivió a pasos de esa plaza que concentrala historia, la sociología y los misterios de Buenos Aires. Pero Arlt odiaba el Obelisco, al que yo lo vinculé. Tenía una relación de odio con ese símbolo de la Argentina moderna, que para él representaba la ciudad hostil. Mientras en sesenta febriles días de 1936 se levantaba el Obelisco para que Buenos Aires tuviera su símbolo, Arlt situaba, junto a ese corazón del Buenos Aires moderno, su narrativa más rabiosa y cruel. Y hay historias insólitas también, de las que éstos documentales se ocuparán: en los altos de la Galería Güemes, por caso, Saint Exupéry vivía aislado de todo, con una foca en la bañadera, tal era su odio a “lo porteño”. Aunque su historia con la ciudad tuvo un final feliz: el escritor francés escribió una obra maestra en Buenos Aires y halló el amor de su vida aquí.
–¿En qué medida la relación que los autores mantenían con sus lugares puede revelar algo más sobre sus obras y su personalidad?
–Mi búsqueda siempre persiguió esa intención. Busqué conocer a fondo sus historias, encontrar un eje narrativo que me permitiera acceder a ideas y visiones que sirvieron de sustento, aunque no siempre de forma evidente, a sus escritos. Alguna vez yo también me pregunté por el sentido de indagar en los escenarios de sus vidas como si ellos pudieran decirme más que sus obras...
–¿Y a qué conclusión llegó?
–Descubrí que la relación que mantenían con los lugares revela sentidos que los textos muchas veces ocultan, y que, en casi todos los casos, las condiciones que los rodeaban eran el punto de partida y el sustento de la imaginación.