ESPECTáCULOS
› CARLOS SORIN Y EL GOYA PARA “HISTORIAS MINIMAS”
“Este film saldó una deuda”
En la ceremonia realizada en Madrid, el director argentino aseguró que España “le trajo suerte” a la película. Héctor Alterio recibió su Goya de honor ante un auditorio que lo ovacionó de pie.
“Es una mirada con lupa a lo cotidiano que pedía un tratamiento simple, pero no pobre, ya que el argumento debe ser lo preponderante.” Así definió el director Carlos Sorín a su película Historias mínimas, que se alzó con el Premio Goya al mejor film extranjero en habla hispana. El film argentino competía con la mexicana El misterio del Trinidad (de José Luis García Agraz), la uruguaya El viaje hacia el mar (Guillermo Cassanova) y la cubana Suite Habana (Fernando Pérez). Los Goya, que celebraron este año su 18ª edición, son los más importantes de la cinematografía española y se otorgan mediante votación entre los profesionales que integran la Academia de Cine de España. En esta ocasión, la gala sirvió también como homenaje al cine que se produce en Iberoamérica, en una fiesta en la que participaron estrellas del cine de América latina como el mexicano Diego Luna, el cubano Jorge Perugorría y el argentino Leonardo Sbaraglia. En la ceremonia también fue galardonado con un Goya de Honor Héctor Alterio, quien fue ovacionado de pie por los asistentes al Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid y recibió, visiblemente emocionado, la estatuilla de manos de sus hijos Ernesto y Malena. “Esto es demasiado”, dijo, y agradeció el galardón a “la Academia y sus directivos por su generosa actitud”, así como “la colaboración del cine español al argentino”. “Se lo dedico a mi mujer, a mis hijos y a la Argentina, así como a la Unión de Actores”, dijo Alterio, quien aseguró estar “decididamente por la libertad de expresión”.
Sorín, recién llegado a España, recogió el premio de manos de los directores de cine iberoamericano de Huelva y de Lleida, Porfirio Enríquez y Juan Ferrer, y agradeció a España “la suerte que le ha traído a esta película, que ya ganó un premio especial del jurado en el Festival de San Sebastián de 2002, y ahora este Goya”. Historias mínimas llegó a las pantallas españolas en noviembre del 2002 y desde entonces no dejó de engrosar su currículum de galardones, ya que, además del que consiguió en el certamen donostiarra, sumó ocho premios en la última edición del Cóndor de Plata, máxima distinción que conceden anualmente los críticos argentinos. En ese certamen, el último trabajo de Sorín venció en los rubros de mejor película, director, revelación masculina (Antonio Benedictis), guión, dirección de arte, sonido, fotografía y música (para Nicolás Sorín, hijo del realizador).
En la conferencia de prensa posterior al anuncio del premio, el director señaló que “Historias... es una película documental de la calle ambientada en un paisaje rural con personajes que hablan del amor, de la vida y de la felicidad”, para luego expresar su satisfacción por el éxito que está cosechando su película “incluso en sitios inimaginables como Noruega o Estambul, cuando no esperaba siquiera estrenarla. La hice para saldar una deuda que tenía tras 18 años sin hacer cine”, manifestó. “Será quizá porque trato temas universales, como el amor, por lo que tiene tanto éxito”, agregó el cineasta. Consultado sobre sus planes actuales, el realizador relató que el próximo mes terminará su nueva película, Lechien, para la que llevó a cabo un casting con muchas personas que se dedican a contar su vida. “Es gente de la calle que habla de la realidad”, dijo. “También se desarrolla en la Patagonia y es la historia de un desocupado adulto a quien le cambia la vida cuando le regalan un perro”, contó.
Uno de los atractivos de la película premiada, precisamente, es la presencia de una mayoría de actores no profesionales: salvo Javier Lombardo, las historias que se van desarrollando en el sur argentino se apoyan en la expresividad y frescura de intérpretes como Antonio Benedictis (como el inefable viejito Don Justo, que emprende un largo viaje por las rutas para encontrar a su perro perdido), César García, Aníbal Maldonado y Javiera Bravo, la tímida mujer de provincia que encara la aventura de ir a un concurso de televisión regional donde puede ganarse una multiprocesadora. Junto a ellos, Lombardo ofrece el tono justo para su viajante de comercio empeñado en llevarle una torta de cumpleaños a René, el hijo de una mujer con la que quiere tener algo más que una relación denegocios. La relación de Sorín con los Goya no es nueva: La película del rey ganó el mismo premio en 1990, año en el que también se alzó con el León de Plata en el Festival de Venecia.