ESPECTáCULOS
El Maracanazo, candombe y Rampla Juniors, la despedida de Caetano
El director está filmando una serie sobre el fútbol uruguayo que será su última labor televisiva: “Se me quemó el cerebro”, dice.
› Por Emanuel Respighi
Israel Adrián Caetano, dice, se está dando “un gusto en vida”. Cuando era sólo un niño y no tuvo más remedio que saltar el charco rioplatense que separa a su Uruguay natal de la Argentina, el por entonces purrete que vivía únicamente para patear una pelota se trajo consigo un recuerdo clavado en la memoria de los uruguayos y del fútbol mundial: la hazaña lograda por Obdulio Varela y Cía. en el Mundial de 1950, más conocida como El Maracanazo. Veinte años después, el consagrado y prolífico director de cine y TV retornó a Uruguay donde se encuentra rodando –por primera vez en su tierra– una serie televisiva sobre el fútbol uruguayo. Bajo el título Uruguayos campeones, el ciclo se centrará en la historia del Rampla Juniors, un club de fútbol uruguayo quebrado económicamente y actualmente desafiliado de los torneos oficiales. La miniserie, producida por De Taquito Films, se emitirá –a partir de abril– en Uruguay a través del canal 4 de Montevideo y en la Argentina por la pantalla de América, convirtiéndose en la primera producción oriental que se estrena en la TV nacional.
Si bien el ciclo contará el desbarranco económico en el que entró el Rampla en los últimos años, el fútbol no será más que una excusa para involucrarse en la historia de variados personajes (hinchas, dirigentes, jugadores), interpretados en su totalidad por actores uruguayos. “El fútbol, en realidad, es un pretexto para contar muchas más cosas”, explica Caetano vía teléfono desde Montevideo. “Así como en Tumberos la cárcel era el marco, acá el fútbol hará de marco para contar la historias de personas muy complejas aunque reales, que comienzan como derrotados pero que se unen para lograr ascender a Primera al Rampla, pero sin contarlo desde un lado demagógico”, aclara. El programa contará, además, con la actuación de Carlos Belloso, que interpretará a un director técnico argentino presentado como el “salvador” del equipo.
Uruguayos campeones tendrá una extensión de 11 capítulos, cada uno de los cuales llevará como título el nombre de alguna murga uruguaya (“Los Patos Cabreros”, “Curtidores de Hongos”, “Asaltantes con Patente”, “Los Diablos Verdes”) y contarán como introducción con las palabras de alguno de los futbolistas que lograron la hazaña del Maracanazo. El ciclo, en el que Caetano es guionista y director, alejará al director de Pizza, birra, faso, Un oso rojo y Bolivia de la estética sombría que distingue a su filmografía. “Es –admite– un proyecto medio raro para mí, pero es lo que quiero hacer ahora. La serie tendrá mucho humor en el marco de un costumbrismo tipo Pol-ka, pero con una estética diferente. Es un producto extraño en relación con lo que se acostumbra a ver en la tele. No habrá sueños, muertos, drogas o violencia, sino una sencilla historia sobre un club de fútbol y su gente, con una gran cuota de humor.”
En relación con el cambio narrativo que representará Uruguayos... en su carrera, el también director en TV de Tumberos y Disputas no siente que se está “traicionando” a sí mismo. “No quería seguir atado a la vaca que me daba de comer. Yo me exijo como espectador –confiesa– a la hora de realizar; si no, iría a lo fácil. Me gusta buscar siempre diferentes formas de rodar. Necesito sentir algo de vértigo, porque amo filmar. A mí no me interesa ser un intelectual raro dentro de la TV.” Lo que no trastrocará en este nuevo proyecto televisivo es el lugar preponderante que la música adquiere en sus obras. “Habrá mucho candombe y murga”, subraya Caetano.
Una vez finalizado el rodaje de Uruguayos..., el director se involucrará de lleno a la realización de Caudillo, su próxima película. Y adelanta que el ciclo sobre el Rampla marcará el fin de su trabajo televisivo. “No quiero saber más nada”, dispara. “La exigencia televisiva me quema el cerebro. Al menos que tenga tiempo para trabajar en un proyecto serio, no tengo ganas de quemarme la cabeza para estar dentro de un sistema en el que, por otra parte, no quiero estar. La TV argentina no es seria. Eso de armar un proyecto en un mes, filmarlo en cuatro semanas a las apuradas y que encima venga otro a cambiar tu idea no me va. Que lo haga otro, pero no yo”, se queja.