Ayer a la noche se reunieron los tres por primera vez: un poco para ensayar y otro poco para verse. Para esa hora, los tres ya sabían que León Gieco va a cantar el tema La memoria del disco Bandidos rurales, que Víctor Heredia interpretará Todavía cantamos, canción emblemática de la vuelta de la democracia, y que Joan Manuel Serrat hará Para la libertad, de Miguel Hernández, aunque no estaba confirmado si sería ése u otro tema. Unos minutos antes, Aníbal Ibarra y Néstor Kirchner firmarán el convenio por el cual la ESMA se convertirá en Museo de la Memoria. Los tres cantautores invitados entonarán juntos alguna canción aproximadamente a las 13 del 24 de marzo, en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Allí, el Gobierno prometió la construcción del museo como manera de recordar a los 30 mil detenidos-desaparecidos durante la última dictadura militar.
Por primera vez en la historia, el lugar será el centro de los actos del recordatorio del golpe perpetrado en 1976. El convenio se firmará en un lugar físico ubicado entre las rejas y la entrada a la ESMA, mientras que el recital será sobre la calle Comodoro Rivadavia, a la vuelta de la entrada habitual a la institución castrense. A pesar de los anuncios publicados, el Gobierno desmintió –al menos por el momento– que se hubiese invitado al músico cubano Silvio Rodríguez. “Para mí, esta invitación es algo extraordinario”, le dijo ayer Víctor Heredia a Página/12. “Por lo que todos sentimos de ese tenebroso edificio, es una acción que tiende a recuperar la memoria, la verdad. Es un hecho muy generoso de parte de la democracia y de parte de este gobierno en particular”, dijo Heredia, conmovido. El presidente Kirchner también espera transformar en museos otros lugares donde funcionaron centros de detención clandestina.
En el acto también se leerán los poemas de Ana Ponce, una de las personas que sufrieron las atrocidades de la ESMA. Se calcula que unos 5 mil desaparecidos pasaron por la Escuela de Mecánica de la Armada, que fue el centro clandestino de detención urbano más grande de América latina. Ponce fue compañera de militancia de Kirch-ner en los años de la Juventud Peronista y fue detenida-desaparecida en la ESMA. Sus poemas llegaron a manos de Graciela Daleo, una de las sobrevivientes de la tortura, quien se los entregó a la hija de Ana, que a su vez llevó las poesías hasta la Casa de Gobierno.
“Que se establezca un Museo de la Memoria es un punto de partida para no olvidar lo que pasó en este país. Yo siento esta participación como una distinción”, dijo Heredia, quien nunca tuvo una distinción oficial por su trayectoria. “Asistí a muchas otras de compatriotas, y me honra compartir el escenario con Serrat y con León. Me suena a reconocimiento por haber sido parte de la resistencia cultural de la Argentina, por haber integrado las listas de futuros asesinados”, dice Heredia, cuyo hermana y cuñado están desaparecidos. “El arte acompaña y concientiza siempre desde las acciones populares. Y a pesar de todo lo que pasó, sigue siendo una bandera emergente de la lucha”, apunta.
Joan Manuel Serrat volvió ayer al país, después de haber viajado a España el fin de semana para votar, conmocionado por los atentados terroristas que sufrió Madrid, presuntamente realizados por miembros de la red Al-Qaida. Su presencia en el acto, entonces, se convertirá también en su propio homenaje a los fallecidos en España.