El café frente a lo que fue el Viejo Gasómetro. Mucho cuervo dando vuelta. Y sobre todo, mucho periodista. El acto fue la síntesis de Osvaldo Soriano, un amante tanto del fútbol como del periodismo y la literatura. Todos esos fantasmas se conjuraron ayer en el café San Lorenzo donde “El Gordo” transitaba las horas previas y las discusiones posteriores a los partidos. Allí, en La Plata y Avelino Díaz, hay ahora una placa en su homenaje, una fotografía junto con su gato y el recordado dibujo de Daniel Paz que lo ilustra también con su animal preferido. En el Día del Periodista, el acto fue organizado por el diputado porteño Roy Cortina (socialista) y allí estuvieron para homenajear a Soriano la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, y el escritor Osvaldo Bayer, que se ocupó de recordar unas cuantas anécdotas de sus años compartidos, empezando por aquella inicial en la que Bayer lo llamó a una redacción –antes de que Soriano fuera el Soriano público–, para increparlo por una nota que había escrito sobre Severino Di Giovanni. Y aquella otra del abrazo de reconciliación y tantas otras del exilio común y las fantasías de un fracasado regreso conjunto en plena dictadura. Querido por sus compañeros y denostado en su momento por algunos intelectuales de elite, el Gordo Soriano está ahora en el bar en el que esperaba la hora del partido.