ESPECTáCULOS
› ENTREVISTA A MARIO SEGADE Y GUSTAVO BELATTI, LOS GUIONISTAS DE “RESISTIRE”
“Después del éxito, todo esto es una yapa”
Los autores de la telenovela que se alzó con la mayor cantidad de estatuillas y con el Martín Fierro de Oro reflexionan en esta entrevista sobre cómo y por qué Resistiré fue un programa de culto y va camino a ser
un clásico.
› Por Emanuel Respighi
“Resistiré, para seguir viviendo/ me volveré de hierro para endurecer la piel”, cantaban –más bien gritaban, una y otra vez–, abrazados sobre el escenario, todos los integrantes de Resistiré. La alegría del equipo no era injustificada: la telenovela de Telefé, con un total de nueve estatuillas en su haber, incluida la de oro, fue la gran ganadora de la trigésima cuarta entrega de los premios Martín Fierro. Luego de la ceremonia, todo el equipo de la telenovela festejó hasta bien entrada la madrugada en un bar de Palermo. “Nos estamos recuperando después de tanto baile. Pero ya estoy laburando para El Deseo: no hay posibilidades de parar ni un minuto”, se queja Gustavo Bela- tti, coguionista de la telenovela junto a Mario Segade, en la entrevista con Página/12, resistiéndose a la tentación de recostarse un rato más en la cama.
Pese a la alegría por las distinciones, los libretistas fueron –sin lugar a dudas– los integrantes más medidos del equipo de Resistiré en la velada de anteanoche. “Ganar tantos premios es como una yapa”, dispara Segade. “Después de la repercusión que tuvo el ciclo y el final a toda orquesta en el Gran Rex, los Martín Fierro fueron una yapa. Nunca calculamos hacer algo así. Fue un ciclo muy fuerte: hubo gente que tomó de culto el ciclo y hasta se repite por el cable, cosas atípicas para un proyecto que por el formato no entraba en al categoría de popular. Resistiré quedará como un ciclo que no se olvidará”, subraya Belatti.
–¿Cuál fue la clave que explica el éxito que tuvo Resistiré?
Gustavo Belatti: –Resistiré no fue a lo largo del año un súper éxito, pero de entrada nos extrañó que la gente hablaba mucho de la telenovela, incluso personas que no seguían programas diarios. Resistiré fue una propuesta diferente, que al menos cuestionó algunas convenciones del género. Nunca habíamos hecho una tira diaria, no teníamos una estructura de historia, por eso tal vez hasta nos pareció que la desesperación de un tipo de encontrar la sangre pura y la vida eterna era algo romántico. Resistiré tuvo un desarrollo de la historia novedoso. Pero no la hicimos con la intención de romper ningún molde, sino que hicimos el programa que teníamos en nuestra cabeza.
Mario Segade: –Resistiré no fue una telenovela: fue una diversidad de géneros. Jugamos con el policial, la telenovela, el suspenso... hasta tuvo colores similares a los que escribimos en Vulnerables o Verdad/consecuencia. Creo que la clave fue hacer confluir una diversidad de géneros en un programa, con el objetivo básico de hacer agradable y llevadera una historia diaria. El desafío de una telenovela es generar día a día la tensión dramática para que el público se enganche.
–¿Cómo influyó el hecho de que hasta Resistiré ustedes siempre habían hecho unitarios?
G.B.: –Nosotros siempre tomamos riesgos con lo que hemos escrito. Después, te puede ir bien o mal. Pero nosotros somos conscientes que tomar riesgos es la única manera de mejorar: repitiendo fórmulas no te desarrollas en tu oficio. Nunca creímos que el ciclo podía tener tanta adhesión popular. Resistiré demostró que el público está interesado en recibir propuestas nuevas. Nosotros nunca habíamos trabajado 220 capítulos, pero pudimos mantener la coherencia de la historia. Fue un trabajo desesperante pero también divertido, porque además de entusiasmar al público nos entusiasmábamos los que lo hacíamos.
M.S.: –Básicamente, encaramos Resistiré con la misma política con la que habíamos hecho trabajos anteriores. Nuestra idea siempre es contar un cuento, tratando de darle tensiones dramáticas a las historias.
–¿Por qué creen que El Deseo aún no logró la atracción que tuvo Resistiré?
G.B.: –Hay una parte de la aceptación o no del público que es un gran misterio. Creo que El Deseo rompe convenciones más complejas que Resistiré. En El Deseo se rompe una convención central: el amor a primera vista. En Resistiré, con todo lo innovador que fue, se respeta el amor a primera vista desde el primer capítulo. En cambio, la búsqueda del amor en El Deseo es más compleja: no hay amor a primera vista, el encuentro de los personajes consigo mismo está en permanente tensión. En El Deseo no se sabe cuál es la pareja protagónica: hay triángulos que se involucran, cuestiones de cierto realismo mágico. El Deseo ofrece dificultades de narración desde el momento que rompe con la pareja protagónica: no existe el galán y la chica. El personaje de Oreiro se enmarca dentro de una estructura coral que a nosotros nos divierte indagar. Y el rating no va a traicionar lo que pensamos contar. Además, el traficante de sangre que hoy se festeja, en su momento también costó que entrara en el público. Para nosotros, entretener a la gente es contar una historia en la que el público no sepa lo que va a ocurrir. Hay públicos que prefieren saber todo y otros que no, aún con la angustia de que no resuelvan los misterios.
M.S.: –Además, no se trata de un tema de rendimiento. Los autores tenemos que pensar en otras cuestiones más que en la aceptación masiva del público. Cuando Resistiré no era lo que fue luego, tampoco nos preocupamos. Nosotros apostamos a tomar riesgos y a bancarlos. El Deseo, al igual que Resistiré, le propone riesgos al espectador. Lo bueno es que nosotros seamos consecuentes con lo que pensamos y con el tipo de programas que queremos y sabemos hacer. Siempre apoyados por un canal como Telefé: no tengo dudas de que Resistiré no se podría haber hecho en otra emisora. Después de ver tantas telenovelas más o menos iguales, preferimos arriesgarnos a hacer algo distinto. Si El Deseo no tiene el éxito de Resistiré no importa. No siempre vamos a hacer éxitos. Esa es una regla de la televisión.
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