ESPECTáCULOS
› CICLO QUE AGRUPA LAS NUEVAS VOCES FEMENINAS DEL FOLKLORE
Ellas cantan muy bien acompañadas
La programación rescata las diferencias y los encuentros. Y las artistas ocuparán el escenario de Tuñón todos los sábados, yendo de la chaya y la vidala a las canciones sureñas y a las coplas.
› Por Karina Micheletto
Las programaciones musicales de los ciclos suelen agrupar artistas bajo el paraguas de una categoría común, generalmente, la de un mismo instrumento o un mismo género y, dentro de ese género, alguna corriente estética unificadora. La propuesta del ciclo Mujeres Argentinas Hoy, que comienza hoy y se extenderá todos los sábados de este mes en el bar Tuñón (Maipú 849), funciona en otro sentido. La idea fue reunir a nuevas voces femeninas de la música popular, pero haciendo hincapié en los cruces posibles entre ellas, en lo que tienen de diferente y en el enriquecimiento mutuo más que en lo que podría uniformarlas. Así, las chayas y vidalas que interpreta la riojana Bruja Salguero se reúnen la primera noche con las exquisitas canciones de Irupé Tarrago Ros. La sanjuanina Claudia Pirán compartirá la noche con Lucía Ceresani, una de las pocas voces femeninas que interpreta un repertorio de la provincia de Buenos Aires, acompañada por guitarra. Y también estarán la tucumana Adriana Tula, discípula del Chivo Valladares, la santafesina María de los Angeles Ledesma, las coplas y vidalas de Mariana Carrizo y las Warmis Cantoras, entre muchas otras.
Algunas de las artistas convocadas tienen un nombre ganado tras años de trabajo, como la actriz y cantante Luisa Calcumil, que llegará desde Río Negro para este recital con un espectáculo basado en la cultura popular mapuche. En realidad, todas tienen años de actividad independiente y esforzada, aunque sus nombres no sean tan conocidos fuera del ambiente especializado. La coplera salteña Mariana Carrizo fue una de las que adquirió notoriedad este año, después de ganar el Premio Consagración de Cosquín, y hasta fue a comer con Mirtha Legrand, pero antes de eso recorrió festivales, incansable, caja en mano. Aunque ahora no sabe si ser más conocida es bueno o malo, porque entre otras cosas logró que los editorialistas del diario El tribuno de su provincia se indignaran y que alguien le iniciara una demanda por haber deslizado durante el almuerzo con Mirtha Legrand que Güemes era “un pata ‘i lana”.
Más allá de las diferencias de orígenes y de formas estéticas a todas las une, claro, su condición de mujer. Pero tampoco aquí hay acuerdos totales. Reunidas para la nota con Página/12, Bruja Salguero dice que en La Rioja se siente muy cuidada por sus colegas, “quizá, justamente, porque somos pocas las mujeres que nos metemos en esto”, explica. Para Lucía Ceresani, en cambio, meterse a hacer música sureña siendo mujer, rubia y joven, fue bastante difícil, aunque aclara que encuentra muchas colegas en los festivales, con menos espacio de difusión que ella. Ceresani tiene 28 años pero aparenta ser mucho más chica y parece raro escucharla hablar de “sus comienzos”, antes de que Argentino Luna la presentara en Cosquín, ocho años atrás.
–¿Se les hace más difícil el camino artístico siendo mujeres?
Bruja Salguero: –Como en todas las profesiones, al trabajo se le suman las cosas de la casa, las preocupaciones por los hijos, por la familia. Pero si se está en esto se tiene que tener una pareja que a una la banque. Y no todos los hombres pueden hacerlo.
Irupé Tarragó Ros: –Yo, por eso, tengo dos perros que me bancan. Siempre pienso todo lo que debe haber pasado mi mamá (Perla Aguirre) cuando yo era chica. Ella tuvo que compatibilizar el mundo doméstico con el artístico, y sé que no siempre le fue fácil. Me acuerdo de haberle preguntado a una compañerita de jardín: “¿Cómo, tu mamá no va a Cosquín?”. Yo crecí en ese mundo.
Lucía Ceresani: –A mí se me hacía difícil los primeros años en los festivales, pero no exactamente por ser mujer sino por ser nueva en esto. Vos estás ahí, sola con tu guitarra, y tenés que captar la atención de gente que no fue precisamente a verte a vos, sino, por ejemplo, a Soledad o a Los Nocheros. Tuve momentos bravos, como con unas fanáticas de Luciano Pereira que estaban desenfrenadas, a los gritos en las primeras filas. En esas ocasiones tenés que sacar la artista que hay en vos para lograr el silencio y hacerte escuchar.
María de los Angeles Ledesma: –En los festivales siempre pasan esas cosas. O te matan con el sonido, lo que hacés vos ni se escucha y cuando llega el número importante caen con todas las consolas gigantes. Para no hablar de las diferencias de cachets...
Salguero: –Y si pasamos por todo eso y nos siguen llamando es porque algo bueno debemos tener, ¿no?
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