La tercera edición del reality game show más exitoso de la Argentina retornará a la pantalla de Telefé a fines de mayo. “Gran Hermano III. El compromiso” contará con un ambiente renovado y la mansión pintada de otro color. La fecha de fines de mayo puede variar: en el vértigo originado esta semana por la decisión de Marcelo Tinelli de no empezar su programa, en Telefé hoy por hoy nada parece del todo seguro. Fuera del aire Tinelli y Susana Giménez, la tercera edición del programa de origen holandés puede ser la gran carta de rating de este año para la conducción de Claudio Villarruel. Difícilmente, claro el programa puede solucionar sólo los problemas de rating del canal.
El rasgo más sobresaliente de las modificaciones será la jornada diaria de trabajo que deberán realizar los nuevos doce integrantes de la casa de Martínez quienes pasarán por una etapa más fabril que primitiva. Mientras la producción ya lanzó el casting –más diverso en edades y perfiles– todo indica que el nivel de demanda de los aspirantes terminará creciendo hasta alcanzar cifras considerables al igual que en sus emisiones anteriores que llegaron a 25 para la primera vez y a 160 en su segunda edición. Hasta el momento, alrededor de 15 mil personas llamaron al 41104141 o escribieron a www.telefe.com.ar y cada día alrededor de 1000 nuevos soñadores buscan la fama televisiva a costa del encierro mediático.
Los cambios más importantes podrán vislumbrarse en la casa y en las actividades de los doce participantes. Ya no estará la huerta donde pastaba la vaca Margarita. En su lugar, se instalarán tres talleres con sus correspondientes máquinas para elaborar productos. Hasta el momento se sabe que existirá una fábrica de pañales descartables y, aunque se desconoce cuales serán las otras dos, trascendió que estarían ligadas con el rubro alimenticio. La idea es que estos trabajos les permitan a los habitantes de la mansión adquirir el presupuesto para solventar sus gastos que antes surgía de los juegos de competencia. Los productos que fabriquen se los “venderán” al “Gran Hermano” y, al final de cada semana, el valor de lo recaudado dependerá de la cantidad de lo producido. Posteriormente, el “Gran Hermano” donará los productos elaborados. “La idea es ir a los lugares necesitados”, explica el productor, Marcos Gorban, a Página/12. “Vamos a tratar que no sean sólo lugares de Capital y que podamos donarlos a sitios donde no está llegando ninguna ayuda”, agrega.
“El compromiso”, es el lema del nuevo ciclo que está vinculado no sólo con el trabajo a donar sino también con los debates que la producción apuesta a que puedan generar los nuevos moradores de la mansión. “Antes lo que hablaban los chicos tenía más que ver con la introspección que cada uno de ellos realizaba o con su infancia. Ahora vamos a proponerles que debatan temas del país. Aunque no hablamos solamente del compromiso político sino de todos los aspectos de la vida”, dice Gorban. “La idea es que los habitantes se arriesguen a hablar de su compromiso social, afectivo, su compromiso con la educación y, sobretodo, con la solidaridad”, completa el productor.
A grandes rasgos el reglamento de los anteriores ciclos se mantendrá: no podrán tener ningún contacto con el mundo exterior y tampoco tendrán privacidad. Aunque uno de los cambios ostensibles del nuevo “Gran Hermano” es el sistema de las nominaciones que cada uno de los residentes postulaba en el confesionario bajo estricta confidencialidad. Los nominados no serán dos sino tres participantes. Sin embargo, seguirá vigente el sistema de eliminación mediante el voto de la audiencia. Ya no serán 112 días (“Gran Hermano I”) ni 119 (“Gran Hermano II”) de alargada convivencia. Aunque no trascendió la cifra exacta, los nuevos habitantes estarán menos tiempo.
A pesar de que el presupuesto que los participantes obtengan no surgirá de los juegos de competencia sino del trabajo realizado, la producción apuesta a generar actividades recreativas: habrá juegos de ingenio, de conocimiento general y de destreza física que les permitirá a los nuevos”valientes” evitar el aburrimiento de los tiempos muertos. A nivel técnico el programa seguirá contando con 33 cámaras y 71 micrófonos.