ESPECTáCULOS
“Yo me siento rioplatense: soy un músico que no tiene orillas”
Carlos Andino explica su manera de cruzar ritmos y géneros, y lanza el desafío: “El candombe no es propiedad de los uruguayos”.
› Por Karina Micheletto
Cuando dice que hace música rioplatense, el músico y compositor Carlos Andino especifica: candombes, murgas, tangos y milongas. Y aclara, por si hace falta: “El candombe no es propiedad de los uruguayos”. Con esa certeza, Andino fundó hace unos años el movimiento Rioplatenses, que hoy aglutina a cerca de trescientos músicos que hacen sonar la clave del candombe de este lado de la orilla, cada uno a su manera. Junto a su banda, Los Peores del Barrio, Andino hace sus candombes, murgas, milongas o tanguitos con un sonido que a veces es bastante eléctrico, rockero o blusero. “Mi música y mi poesía se infectan de las más terribles epidemias. Soy negro, soy blanco, soy verde, amarillo. Soy de la murga, del candombe, milonguero, del tango, del blues y el rock and roll”, escribió en el arte del disco que acaba de editar, Loca murga de los deseos. Hoy a las 20.30 presenta ese CD en la sala Casacuberta del Teatro San Martín, junto a la murga Los Quitapenas, que promete un despliegue de cuarenta tambores en escena más cuerpo de baile.
En Loca murga de los deseos hay invitados como Liliana Herrero, Adrián Abonizio, Bernardo Baraj, Juan D’Argenton, Paola Gamberale y Diego Pojomovsky, entre muchos otros. Liliana Herrero pone su voz a ¿Qué haré con este corazón?, un bello poema de Jorge Boccanera. “Alejandro del Prado lo musicalizó como un tango, pero yo me tomé el atrevimiento de ponerle otra música”, explica Andino. También hay un homenaje a Ricardo Bochini, con una letra que reactualiza la epopeya de la final de la Copa Intercontinental de 1973 en Italia, relato del gol incluido. “Usted sabe, Bocha querido, del porqué se amarretea, la gambeta, tirar un caño sin verdura y con alegría, el autopase, una rabona, un lindo sombrero. Será la vendetta de los eternos piratas de la tristeza, convertir la cancha en una vidriera”, dice Andino en su canción-tributo. No es su primer homenaje musical al ídolo. El grupo que tenía a fines de los ‘90 se llamaba, directamente, Carlos Andino y la Bochini, “una versión más acústica de Los Peores del Barrio, recuerda el músico.
A Andino le llevó dos años concretar Loca murga de los deseos, devaluación de por medio. “Teníamos un productor que después del despelote del dólar huyó a Nápoles, desde allá nos avisó que se abría”, se ríe ahora. El historial musical de Andino incluye grupos de rock, y sus influencias declaradas, además de la música rioplatense, claro está, pasan por el rock y el blues. “Soy un tipo que escuchó mucho The Beatles, Led Zeppelin, Jethro Tull, y mucho, mucho rock argento. Manal, Almendra, esa mano. Rock nacional del de verdad, de la época en que sonaba nacional, de cuando vos te dabas cuenta de que estaba hecho en Buenos Aires, y no podría ser de ninguna otra ciudad del mundo”, dice Andino.
–Esas influencias están en sus canciones. ¿Buscó la mezcla a propósito?
–Las cosas me salen así: un candombe supereléctrico, después una milonga de origen bien negro y después una canción de amor. Y bueno, yo vengo de todo eso. Muchos amigos me dicen, medio en broma y medio en serio: “Lo que hacés vos es rock, dejate de joder con la cara pintada”. Pero dentro de toda esa mixtura que se escucha se nota de dónde vengo. Es como el desorden del cajón de tu placard: está todo mezclado, pero vos sabés dónde está cada cosa y de dónde viene.
–¿Para qué existe Rioplatenses?
–Me pasé años escuchando la pregunta: “Ah, ¿sos uruguayo?”. Los que hacíamos murga o candombe, hace unos años parecíamos parias. Sentimos la necesidad de juntarnos en un espacio independiente y de autogestión, para poder ayudarnos entre nosotros. De a poco las cosas fueron cambiando, y Coco Romero tuvo mucho que ver en esto. Aun así, siempre que pueden, los uruguayos nos recuerdan a los que levantamos la murga y el candombe en la Argentina, que ellos vienen a hacernos una especie de transfusión de algo que perdimos. Lo cual no deja se ser cierto. Pero otra cosa es que digan, como dijo en una nota un famoso uruguayo: “Estoy cansado de que los argentinos llamen rioplatense a lo que es uruguayo”. Acá también tenemos candombe, acá también vivieron negros, eran muchos y no eran mancos.
–O sea que está dispuesto a dar la pelea a los uruguayos.
–No pelear, pero sí rescatar la región del Río de la Plata con todo su valor musical, de un lado y del otro del río. Siempre se contó el candombe desde el Uruguay, pero en la historia de la murga argentina hay expresiones muy valiosas... Voy a decirlo con menos diplomacia: me cago en esos tipitos que en algún momento tuvieron necesidad de separar el candombe en Montevideo y el tango en Buenos Aires. Yo me siento rioplatense. No tengo orillas.