ESPECTáCULOS
“Si la cumbia es apología de la violencia, Pedro y Pablo también”
Daniel “La Tota” Santillán fue uno de los personajes de la semana. Habla de su encuentro con Kirchner, de los prejuicios contra la cumbia y de “los fachos” que critican “y no ayudan a la gente”.
› Por Mariano Blejman
Daniel “La Tota” Santillán recibe a este diario en un pasillo de una conocida peluquería farandulera. El inmenso Santillán, conductor de Pasión de sábado (América, sábados a las 13), acaba de cortarse su pelo al ras, cuando ingresa en la peluquería el Chavo Fucks para emparejarse su abultada cabellera. Conversan un poco sobre el “momento” que vive Santillán, ahora convertido en hombre de la semana, después de ser convocado desde el Gobierno para recibir explicaciones por los dichos del jefe de ministros Alberto Fernández. Detrás de ellos, dos famosos peinadores aprovechan la ocasión para arreglar una que otra mención en programas faranduleros. Mientras tanto, La Tota conversa en sus dos celulares, casi al mismo tiempo, sobre la reunión (prácticamente de gabinete) que mantuvo con el ministro del Interior, Aníbal Fernández, Alberto y una visita esporádica de Néstor Kirchner, para intentar arreglar el exabrupto. Alberto había dicho que la cumbia villera fomentaba la violencia, aumentaba la inseguridad, junto con la pobreza y la marginación, y que Pasión de sábado era uno de sus principales exponentes. “Me llamó gente que jamás en mi vida conocí”, cuenta La Tota a Página/12.
–¿Cómo llegó a la casa de gobierno?
–Cuando escuché lo que dijo Alberto Fernández sobre Pasión de sábado, lo llamé a mi amigo Diego González, secretario de Aníbal Fernández. Le digo: “Cómo van a decir eso, si hacemos apología nosotros también la hacen la Bersuit Vergarabat e Intoxicados”. No hacemos apología de nada. Estaba en Fulanas, cuando me llama Diego para decirme que me querían atender.
En la peluquería suenan teléfonos celulares. Uno de los dos que posee La Tota interrumpe la conversación. “¿Quién habla? ¿Inés? Estoy haciendo una notita, aguantame”, dice. “Entendés lo que te digo”, vuelve ahora sobre la nota: “Hay un montón de grupos, pero siempre la culpa es de la cumbia. Nosotros hacemos un programa de ocho horas, comenzaron en 1989 con Marcelo Cerantoni y Roberto Fontana, yo vengo de Pasión tropical en el 9 y me traslado a Pasión de sábado en América”.
–¿Entonces?
–Diego me llama y dice “Loco, venite”. Terminé Fulanas y me fui. Me llamaron doscientas mil radios, que nunca se habían interesado ni para difundir un homenaje. Pero sí para esto. Me atendió Aníbal, al que realmente le gusta la cumbia. El dice que Alberto dice que las palabras están sacadas de contexto. Se abre la puerta, me atiende Alberto y charlamos nuestros distintos puntos de vista; le digo que si la cumbia es apología la Bersuit, que dicen que hay que matar un presidente, también. Y ellos me dicen que es distinto.
–¿Y usted qué opina?
–La cumbia villera no puede romper la Legislatura. En los cyber todos los pibes juegan al terrorista, bajan de Internet la música que quieren y nadie les pide nada, ni documentos. Esto emerge de este país, es al revés, la cumbia refleja lo que pasa. Como lo reflejaba el tango, también Pedro y Pablo hacían apología de la violencia con La marcha de la bronca. No se puede curar el cáncer con aspirina.
–¿Cómo le cayó Kirchner?
–Estábamos reunidos y entró Kirchner por la puertita esa que da al lado, y dice “qué pasa con la cumbia villera. Me llamó mi hijo Máximo y me preguntó ‘qué dijeron de la cumbia villera’, si yo veo Pasión de sábado”, dijo Néstor y me morí. Algunos salieron a decir que el Presidente tendría que hacer otras cosas más importantes que atender a un tipo de la cumbia.
–¿Se siente un referente?
–En parte creo que lo fui siempre. Me echaron de muchos lugares. De Pinar de Rocha me echaron porque decían que me seguían los negros. Será una bandera para mí, ¿no? Pero la cumbia villera se hizo masiva, la violencia social se extendió cuando el señor Fernando de la Rúa le cagó la vida a unmontón de obreros, se fue porque no quiso gobernar. Un montón de tipos que laburaron toda su vida no están desempleados por vagos, sino porque el país los dejó sin trabajo. No quieren un Plan Trabajar, sino recuperar la dignidad. Cuando los chicos de Flor de Piedra hicieron un tema a favor de Walter Bulacio y de Cabezas, a nadie le interesó.
–La cumbia fue la banda sonora del 20 de diciembre.
–La culpa no es de la cumbia, fue reflejo de lo que sucedía. En nuestro programa no es todo “chingui chingui”. Cuando pasó el caso Blumberg, ¿qué voy a decir, “arriba país hermoso”? No hicimos eso, empezamos el programa con la marcha. ¿Qué querés que haga chingui, chingui, chingui? ¿Qué se creen, que tengo dos anteojeras y no veo que la gente se caga de hambre?
–Pero si es cumbia, aparece estigmatizada.
–Es la música más baja de todas, música grasa, dicen, pero cuando te necesitan te llaman. Cuando te necesitan les importa tres carajos que seas grasa, gordo, o no hables como ellos. Algunos conductores de radio AM, esa que se escucha en los taxis, te llaman por teléfono y son tan hipócritas que te ponen la musiquita de cumbia y después te salen a matar. No quieren un país en serio. Se guardan plata de acá, reciben plata de allá, pero cuando hubo que ir a Santa Fe, ellos que hacen un programa de AM, son los fachos, que después no ayudan a la gente. Me refiero a un tipo que está en AM que es el más escuchado de todos, pero cuando se inundó Santa Fe no movió el culo. Son los que dicen “yo en una villa no viviré nunca”. Pero nunca escupas para arriba, decía mi mamita, que la saliva cae de vuelta.
“Sí, ya vamos para allá”, de nuevo resuena uno de los telefonitos plateados hasta poner fucsia su visor. En manos de La Tota, cualquier teléfono celular parece diminuto. La Tota está apurada: su lugar en la tele, su buena comunicación con el Gobierno –los hechos así lo demostraron– lo han puesto en el centro de la tormenta. Antes de irse, hace una aclaración: “Vicentico toca Los caminos de la vida que es de Santa Marta y también lo tocaba Karamelo Santo. Eso es cumbia, ¿sabían? pero claro, lo hace Vicentico, no parece. Dicen que es distinto... ¿Eso no es apología de nada? Los Decadentes tocaron con Damas Gratis en Pasión de sábado. La banda de afuera legitima la cumbia. Nos da el gusto. Cuando Andrés Calamaro cantó con La Mona fue lo más”.