ESPECTáCULOS
Muy preocupados por San Martín
El Senado mendocino emitió una resolución condenando, sin haberlo visto, un especial histórico del humorístico No hay dos sin tres.
› Por Mariano Blejman
Según piensan algunos senadores mendocinos, el humor de un programa de televisión puede destrozar la imagen de un prócer. Una parodia sobre el general José de San Martín, realizado por el ciclo humorístico No hay dos sin tres (Canal 9), levantó la ira del Senado mendocino, que votó la semana pasada por unanimidad una resolución contra la tira, en un inusitado ataque de conservadurismo. El programa polémico finalmente se verá hoy a las 21.30. En el sketch el prócer hablará por celular, jugará al fútbol contra los chilenos para que lo dejen pasar a Chile, y con alguna que otra Publicidad No Tradicional en el medio. Además, San Martín interpretará una canción de The Police con letra cambiada. El Senado mendocino sentenció: “No creemos edificante para nuestros jóvenes reírse de nuestros prohombres, ni tampoco entendemos que en defensa de la libertad de expresión se pueda deformar la realidad histórica de nuestro país”. Desde el programa, Gustavo Neistat contestó: “No podemos creer lo que pasó. Nos asombra, porque ni siquiera lo vieron. Mantuvieron un debate de tres horas y votaron por unanimidad la resolución de algo que no conocen”. Por ahora, Julio Bárbaro, del Comfer, puso paños fríos. “¿Cómo sabemos quién toca el honor de los próceres?”, declaró a este diario.
El equipo de No hay dos sin tres (que mide 13 puntos de rating promedio) viajó a Mendoza a rodar una parodia que, en realidad, había hecho dos años atrás para El show de Videomatch. Una semana atrás se alojaron en Tunuyán, fueron recibidos por la Municipalidad y la Subsecretaría de Turismo, y rodaron escenas en el Manzano histórico. Después se mudaron a Cacheuta, donde hicieron otras tomas. El viernes pasado, el propio intendente de Tunuyán envió un correo electrónico al equipo de producción para decirles que, a pesar de la declaración del Senado, apoyaba la emisión y que podían volver cuando quisieran. En el sketch, Pablo Granados interpreta a San Martín y Pachu hará de Fraile, acompañados de su eterno elenco.
Pero el honor de los próceres preocupaba sobremanera al Senado mendocino. En su resolución, insta al Senado Nacional a “dirigirse a las autoridades del Canal 9 de la Capital Federal a fin de solicitarle a la producción del programa No hay dos sin tres reflexione sobre las consecuencias de la emisión del sketch grabado en Mendoza, en el cual se satiriza la memoria y la gesta del general Don José de San Martín”. El proyecto fue impulsado por Sergio Bruni, de la Unión Cívica Radical, y el fiscal Marcos Garcetti.
“Lo más curioso es que hace dos años hicimos lo mismo y salió en Videomatch, que tiene 30 puntos de rating. No se criticó antes, ni después. También lo hizo CQC con el 25 de Mayo”, dice Neistat. La declaración del Senado sería apenas un elemento de presión, ya que no tiene asidero legal. “El planteo lo hizo Bruni, sabemos que otro senador intentó hablar con el Comfer, pero se frenó. La única posibilidad es que un juez prohíba la emisión. Pero eso ya sería censura previa, como pasó con el programa de Tato Bores o con el Galpón de la memoria, aunque ideológicamente no tenemos nada. Nunca tuvimos problemas de libertad de expresión, y eso que estamos en un canal bravo”, cuenta.
La declaración del Senado aduce, también, que a San Martín van a mostrarlo “en situaciones insólitas que nunca pasaron, como los propios autores reconocen: además de ser una falacia, es mofarse del hombre y los soldados que ofrendaron sus vidas con el único fin de liberar a su patria. Todo esto nos parece agraviante, no sólo a la memoria de los héroes sino que además nos ofende como pueblo y como nación”. Neistat difundió la situación “porque hay que tener cuidado con estas cosas”. Parece que el Senado mendocino se convirtió en representante de los intereses de la imagen de San Martín. Reflexiona Neistat: “Dicen que la imagen de un prócer se forma en años, y que un sketch puede destrozarlo en cinco minutos. ¿No será mucho?”.