ESPECTáCULOS
El Mundial de Tango atrae parejas de todo el mundo
Además de los concursantes argentinos, llegaron 127 parejas de lugares como Kiev, Tokio, Portugal y Medellín, que competirán en los rubros “Salón” y “Escenario”. Hoy largan las semifinales.
› Por Karina Micheletto
El Campeonato Mundial de Baile de Tango se puso en marcha y las 325 parejas que llegaron de todo el mundo ya están listas para medir sus pasos, cortes y quebradas. Hoy se largan las semifinales en la categoría Tango Escenario, en dos instancias que comenzarán a las 16 y a las 20 en el teatro Alvear, y que continuarán mañana en el mismo lugar y en los mismos horarios, con varias estrellas tangueras invitadas. También mañana a las 20 será la semifinal de Tango Salón en la sala AB del C. C. San Martín, transformada en una milonga para la ocasión. Las súper finales serán el sábado y domingo próximos en el estadio Obras Sanitarias, con María Nieves, Susana Rinaldi y la Orquesta de Tango de la Ciudad, dirigida por Carlos García y Raúl Garello, entre otros invitados.
Por fuera del nerviosismo de las instancias competitivas (todas pueden presenciarse y siempre hay distintos espectáculos), el Campeonato también prevé clases que se dictan en milongas y centros culturales de la ciudad y shows de artistas como Pablo Ziegler, Daniel Binelli, Horacio Ferrer o Raúl Garello, entre muchos otros. Además, en los bares notables de la ciudad cada noche se programa un circuito temático: anoche hubo cantores, hoy bandoneonistas, jóvenes intérpretes mañana, guitarristas de tango el jueves y las cantantes el viernes.
La semana pasada todos los participantes fueron pasando por el Centro Cultural San Martín para acreditarse. Las escenas que podían verse allí eran de lo más pintorescas, con muchos de los concursantes vestidos para la foto, algunos sólo de la cintura para arriba, otros con su traje en percha, algún zapato perdido, la ansiedad del caso, las anécdotas del avión o del colectivo y los idiomas que se cruzaban en nervioso cocoliche.
Entre las cien parejas argentinas la mayoría es, claro, de Buenos Aires, pero hay varios representantes del interior, como la pareja de Caleta Olivia que ganó el Precampeonato que se hizo en Bariloche y la que ganó el Precampeonato de Villa Constitución, Santa Fe. Las 127 parejas que llegan de afuera tienen orígenes de lo más diversos: están los ganadores de los precampeonatos de Tokio, Houston, San Sebastián, Medellín, Santiago de Chile. También llegan de Seúl, Ginebra, Budapest, Kiev, Ucrania, Venezuela, México, Costa Rica, Italia y Portugal.
Hay muchos que son reincidentes: cuarenta parejas en la categoría Escenario y treinta y seis en Salón lo intentan nuevamente después de una primera experiencia el año pasado. Como los colombianos Carlos Arias y Eliana Arboleda, de 29 y 26 años, respectivamente, que llegaron al quinto puesto en la final del año pasado al ritmo de Este es el rey. Después de eso ganaron el Precampeonato que se hizo en Medellín, y aquí están otra vez, dispuestos a dar batalla. Bailan juntos hace tres años, pero cada uno por su lado ya venía puliendo los pasos del 2 x 4 desde hace más de diez años. “Lo del año pasado fue increíble, vinimos simplemente a conocer la Argentina y de paso a concursar. No sabíamos en qué nivel estábamos, y queríamos probarnos para tener un antecedente”, dicen ellos. “Este año vinieron nueve parejas de Colombia y queremos demostrar que el tango se baila muy bien allá, que somos la segunda ciudad en el baile. Y que Medellín no está ligada al tango sólo por la muerte de Gardel”, anuncian. El siempre vivió de dar clases y shows. Ella es técnica industrial y trabajó en una empresa hasta que los tiempos de ensayos y festivales no fueron compatibles y tuvo que renunciar. Ahora le preocupa especialmente mostrar que el tango no se acaba en los clichés que rodean al género: “A la mayoría de la gente le dices ‘tango’ y te dicen ‘sí, claro, pasión, sensualidad, hacer el amor bailando’. Para mí es mucho más. Es la danza más completa, involucra desde lo aeróbico hasta el yoga o la actuación. Cuando bailo me puedo disfrazar del personaje que quiera: una princesa, lachica del barrio viejo, la dama elegante. Está bien chévere poder ser todo eso”, explica Eliana.
Elena Alzuri y Urko Cano llegaron de San Sebastián y es la primera vez que concursan. Se conocieron en una escuela de bailes conocidos como “de salón” (ritmos como el cha-cha-cha o merengue) pero cuando escucharon tango, dicen, sintieron que era algo diferente. Ella se dedica a la danza de diferentes géneros, pero para él esto es un hobby, porque es metalúrgico y trabaja en una fábrica. A sus compañeros de trabajo, cuenta, les pareció excesivo que él viniera a un campeonato mundial, pero esperan que vuelva con buenas noticias.
Entre los japoneses, se sabe, el tango prende y mucho, y Yoichi Araki y Megumi Abe, que llegaron de Tokio, acercan una explicación posible: en el género tradicional japonés conocido como enka hay mucho de nostalgia tanguera y sus letras, dicen, comparten tópicos como la madre sufriente o el varón dejado. Noemí, la traductora, japonesa residente en la Argentina, se entusiasma y se suma a la conversación: “Después de la guerra en Japón hubo una prohibición de difundir ritmos estadounidenses y eso hizo que el tango explotara. Pero siempre fue muy importante para nosotros. ¡Si cuando yo nací mi padre me puso La cumparsita!”.
Noriko y Takejuki Urushinara vienen a concursar en las dos categorías, y explican las diferencias en términos de energías. “En el Tango Escenario hay que dirigir la energía de la pareja hacia fuera, mostrarla al público. En el de Salón la musicalidad queda dentro de la pareja, hay que dejarse llevar e improvisar”, detallan. Este es el séptimo viaje que los Urushinara hacen a la Argentina. Siempre vinieron a tomar clases, pero esta vez se animaron a concursar. Dicen que pueden prever cómo será la competencia de Escenario, con el despliegue coreográfico que vieron tantas veces, pero que no pueden imaginarse cómo se puede competir en Tango Salón. Mientras esperan que lleguen las competencias, recorren las milongas porteñas en busca de una aproximación.