ESPECTáCULOS
› MURIO AYER EN PARIS, A LOS 71 AÑOS
José Libertella, un bandoneón porteño que recorrió el mundo
El músico se descompuso en la capital francesa durante una gira con el Sexteto Mayor, al que dirigió durante 31 años.
› Por Karina Micheletto
El bandoneonista José Libertella murió ayer en París, donde participaba del espectáculo Tango Pasión junto a la formación que fundó y dirigió durante 31 años, el Sexteto Mayor. A los 71 años, el músico, compositor, arreglador y director seguía viajando por el mundo con largas giras que cansarían al más atlético. Sólo este año, por ejemplo, el Sexteto pasó por Rusia, Europa, Estados Unidos y Canadá, además de las actuaciones en la Argentina, y actualmente cumplía con otra gira europea. A principios de diciembre, habían hecho un breve paréntesis para venir a recibir el Premio a la Trayectoria otorgado por el Fondo Nacional de las Artes, y en el acto de entrega se había visto a Libertella con la vitalidad de siempre.
Los que disfrutaron de su música sobre el escenario lo recordarán, seguramente, con esa pasión que ponía cada vez que acomodaba el paño sobre sus rodillas, tomaba el instrumento y cumplía con el ritual de la función. Y quizá como ese hombre apasionado al que le saltaba la tanada ajustando cada detalle, preocupado porque el sonido o las luces no eran los óptimos. O diciendo, sin vueltas, lo que pensaba del tango y de la vida, del reconocimiento en el mundo y en su país. “¡Cuánto trabajo lleva tocar en la Argentina!”, decía a Página/12 en una entrevista reciente, no exactamente como una queja, sino marcando las diferencias: “Aquí es difícil porque hay pocos empresarios que inviertan en nuestra música, entonces hay que estar en todo. Pero nosotros ya sabemos que hay que poner el hombro y tocamos acá porque lo necesitamos. ¿Sabe por qué, pase lo que pase, vamos a seguir trabajando en la Argentina? Porque no hay nada peor que el olvido. Y actuar en el mundo está bien, pero no hacerlo en tu país... es como ganar dinero y no poder contarlo en tu casa”.
Libertella había nacido en Italia, pero llegó a la Argentina cuando era un bebé. Integró orquestas como las de Osmar Maderna y Carlos Di Sarli, pero desde 1973 su nombre quedó ligado al Sexteto Mayor, el grupo que en los ’80 abrió las puertas del mundo al género con el espectáculo Tango Argentino y que el año pasado ganó un Grammy Latino. En su larga vida artística también acompañó en Japón a Edmundo Rivero y grabó con gente como Angel Vargas o Bryan Ferry.
Según relató a Página/12 la jefa de prensa del Sexteto, Marta del Pino, Libertella comenzó a sentirse mal y se descompuso al descender del colectivo que los llevaba de una ciudad a otra en los alrededores de París. No se determinó si sufrió un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. La agencia AFP indicó que el resto de los integrantes del Sexteto decidió mantener la actuación de anoche en Rueil Malmaison, en la periferia parisina, “en homenaje a la memoria de Pepe Libertella”. “Para cualquier músico argentino, pero especialmente para los que hacemos tango, tocar en París siempre significa el sueño de una carrera que muchos acarician y otros repetimos seguido”, había dicho Libertella a la audiencia antes de su última actuación, horas antes de su muerte. Si alguien pudiera planificar las formas en que las personas mueren, es probable que aceptara la de Libertella como una salida digna, en París y después de una función. Si él mismo hubiera podido decidir, seguramente hubiera pedido seguir adelante un largo tiempo, en honor a todos los proyectos que le quedaban por cumplir. Los familiares del músico tramitaron a través de la embajada el traslado de sus restos a la Argentina, y aquí serán velados y sepultados.