Vie 01.04.2005

ESPECTáCULOS  › PRESENTACION OFICIAL DEL FESTIVAL PORTEÑO

Una nueva edición del Bafici se perfila en el horizonte

Fernando Martín Peña anunció la programación de la séptima edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, que del 12 al 24 de abril reunirá 400 películas, con una importante participación argentina.

› Por Horacio Bernades

“No importa tanto lo que yo pueda decir como eso que ustedes tienen en sus manos, la carpeta que contiene la programación del festival”, dijo Fernando Martín Peña, nuevo director artístico del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, durante la conferencia de prensa en la que se anunció la programación de la próxima edición del Bafici, la séptima, que se extenderá del 12 al 24 de abril. Comenzando un día antes de lo habitual (hasta ahora lo hacía los miércoles; esta vez será un martes), manteniendo una programación global de 400 películas (entre cortos, largos y mediometrajes) y reduciendo para estudiantes y jubilados el precio de las entradas a 3 pesos, lo que esa carpeta de prensa anuncia no difiere en lo esencial de la programación de riesgo que ha venido caracterizando al festival porteño, desde su inauguración en 1999.
Esa era una de las cuestiones que ponían más nerviosos a habitués y conocedores del festival porteño, teniendo en cuenta el pase de manos que se produjo en noviembre pasado, cuando el secretario de Cultura de la Ciudad, Gustavo López, relevó del cargo –no sin disputas y acusaciones mutuas– al anterior director, el crítico cinematográfico Quintín, nombrando en su lugar a Peña. Una competencia oficial internacional integrada por 18 operas primas o segundas películas, una segunda competencia oficial compuesta por 13 películas argentinas, medio centenar de films locales distribuidos a lo largo y a lo ancho de la programación, una veintena larga de secciones paralelas y una buena cantidad de actividades especiales hacen pensar que la continuidad con la historia anterior puede llegar a resultar el rasgo más saliente de la 7ª edición del más importante festival de cine con que cuenta la ciudad de Buenos Aires. Y uno de los más prominentes del mundo, hasta el momento, en el rubro “Cine independiente y de arte”.
Si se analiza más en detalle el contenido de la programación, se verificará que, en líneas generales, el Bafici dirigido por Peña se parece tanto al de Quintín como el de éste se asemejó al de su primer director artístico, el cineasta Andrés Di Tella. Los grandes nombres del cine de arte –Abbas Kiarostami, Jean-Luc Godard, Agnès Varda, Tsai Ming-liang, Alain Resnais et al– vuelven a hacerse presentes, como en anteriores ocasiones, en la grilla del Bafici. También el cine más provocativo y extremo, como el del pornógrafo canadiense Bruce La Bruce o el del rey del trash, John Waters. Otro tanto sucede con las perlas a descubrir, los puentes entre cine y música, las rarezas de medianoche o los diálogos con otras artes o zonas del pensamiento. Es lo que ocurre con la última película del alemán Harun Farocki, la instalación que la legendaria Chantal Akerman presentará en el Malba o la muestra en la que un artista plástico recoge obras cinematográficas firmadas por sus colegas.
Si algunas diferencias pueden avizorarse, son las que los antecedentes del nuevo director permitían suponer. Proveniente del coleccionismo cinematográfico y restaurador fílmico con particular interés por el pasado cinematográfico, no llama la atención que Fernando Martín Peña haya decidido iniciar su gestión al frente del Bafici dándoles ancho lugar tanto a ciertas copias restauradas (Más allá de la gloria, de Sam Fuller; Dawn of the Dead, de George Romero, y las nacionales Pajarito Gómez y Los herederos) como a los documentales sobre historia del cine, que colman dos secciones enteras. Otras reconocidas pasiones de Peña, como son el documental y el cine de animación, también se hacen sentir en la grilla, que incluye muestras dedicadas a dos maestros de este último género, los estadounidenses Bill Plympton y Caroline Leaf. Además, éste será el primer año en que películas documentales compitan de igual a igual, en la muestra oficial, con las de ficción.Por lo demás, las paralelas dedicadas a Mme. Akerman (coproducida por el Malba), al mítico cineasta protoindependiente americano Monte Hellman y al no menos mítico fotógrafo y realizador Robert Frank están absolutamente en sintonía con la línea más “tradicional” del Bafici y, de hecho, estas dos últimas son herencia de la dirección artística anterior. Tanto como los focos sobre la obra del revulsivo cineasta japonés Ryuichi Hiroki o los hermanos Maysles, fundadores del cinéma verité y el cine directo en Estados Unidos (y realizadores de Gimme Shelter, entre otras). Algunas de las películas más resonantes en festivales internacionales durante el último año podrán verse a partir del 12 de abril en las 12 salas destinadas al festival (7 del Hoyts, el América, la Lugones, el Malba, el Cosmos y desde este año también la sede central de la Alianza Francesa). Es el caso de la rusa 4, la francesa L’Esquive, la española El cielo gira, la china The World, las israelíes El muro y Checkpoint, la tailandesa Tropical Malady, la senegalesa Mooladé, la italiana Oh! Uomo y las coreanas 3 Iron, Samaritan Girl y Old Boy, para nombrar sólo unas pocas.
El cine argentino saldrá a la cancha con tres películas en la competencia internacional: Monoblock, de Luis Ortega; Samoa, de Ernesto Baca, y el documental Cándido López, los campos de batalla. En otras secciones aparecen Como un avión estrellado, opus dos de Ezequiel Acuña (realizador de Nadar solo), la elogiada Como pasan las horas, la última del legendario Edgardo Cozarinsky y dos de Raúl Perrone, Pajaritos y Ocho años después. Además, Géminis, de Albertina Carri (Los rubios) y Cuatro mujeres descalzas, de Santiago Loza (Extraño). En la conferencia de prensa Jorge Coscia se ocupó de señalar que el aporte del Incaa no aumentó en relación con la edición anterior, aunque ahora habrá fondos oficiales (del Incaa y de la ciudad) para cinco películas argentinas.
Durante la ceremonia de presentación en el Complejo Hoyts-Abasto, Coscia se ocupó de desmentir que el instituto que preside se proponga tener mayor injerencia sobre el Bafici. A su turno, el secretario de Cultura, Gustavo López, señaló que “el Bafici le pertenece a la ciudad, no a nadie en particular”. La frase se interpretó como una no tan velada referencia al conflicto que el funcionario sostuvo en su momento con el anterior director artístico, acusado desde esferas oficiales por su “excesivo personalismo”. El bajo perfil exhibido durante la conferencia de prensa por Peña parece confirmar que esta vez no sucederá lo mismo.

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