Por Analia Melgar

La danza contemporánea se duplica. Durante 2004, el Complejo Teatral de Buenos Aires mostró tres coreógrafos durante su ciclo Contemporánea X 3 (Miguel Robles, Brenda Angiel y Margarita Bali, tres argentinos de trayectoria que transitan expresiones diversas de la danza). En el 2005, el ciclo ahora se llama Contemporánea X 6. Este año, seis nombres, seis estéticas, seis producciones tendrán la oportunidad de exponerse en la misma sala de la avenida Corrientes 1659. La programación comienza hoy, sábado 9, a las 21, con Fratres y Something Beneath, de Miguel Robles, y Un monstruo y la chúcara, de Gerardo Litvak. Las funciones seguirán de jueves a domingos a las 21.
El emprendimiento de Contemporánea X 6 es una buena idea coordinada por Kive Staiff, director general y artístico del Complejo Teatral de Buenos Aires, con el asesoramiento de Mauricio Wainrot, director del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Gran cantidad de nuevos creadores de danza contemporánea se renuevan permanentemente en la Argentina. Hay un sedimento de imaginación fresca en la escena dancística nacional. Los tres festivales que vienen realizándose desde 1998 dejan afuera muchas propuestas por limitaciones de tiempo y espacio. Entre la generosa oferta habitual, algunos logran imponerse. El ciclo que comienza seleccionó seis ejemplos acabados. Cada uno de ellos exhibe un estilo propio, una línea definida que se reconoce y contrasta con el resto. Sin embargo, los seis comparten rasgos comunes. Se trata de artistas que construyen sus creaciones en el ámbito independiente, con pequeños subsidios y mucha inversión de esfuerzo. A pesar de que varias de las obras ya fueron estrenadas, consiguieron pocas funciones y buscan fortalecerse. El aval que el ámbito público les otorga a estos creadores en esta ocasión da un impulso económico y una mayor difusión a sus trayectorias. Son jóvenes. Las edades arrancan en 24 y no avanzan mucho más allá de los 40. Unos cuantos de ellos y, sobre todo, muchos de los intérpretes, han integrado el Ballet y/o el Taller de Danza del San Martín. Otros están ligados a la docencia en el Centro Cultural Rojas y en el Instituto Universitario del Arte (IUNA). La mayoría tuvo contactos internacionales, mediante formación con maestros extranjeros o participación en festivales latinoamericanos, europeos y de Estados Unidos. Ese crisol de experiencias e ideas cristaliza en esta Contemporánea X 6.
Entonces, desde el 9 de abril y hasta el 5 de junio se ofrecerán tres programas diferentes, con dos coreógrafos en cada uno de ellos. El primero, que durará hasta el 24 de abril, se abre con dos obras breves de Miguel Robles. Fratres es una reposición de un número originalmente creado para el Ballet del Mercosur, de Maximiliano Guerra. El debut se realizó en el espectáculo Con Gloria morir, en el Teatro Broadway durante 2002. La danza se apoya sobre partituras de Arvo Pärt, músico de Estonia que sigue componiendo a sus casi 70 años. Sus partituras inspiran especialmente a Robles, quien ya trabajó con este autor en Tabula rasa. Sigue Something Beneath, estrenada en 2004 en Estados Unidos, en el marco del American Dance Festival. La música elegida nuevamente orienta la danza porque la combinación de Gustavo Cerati, Diego Vainer y Cineplexx vira hacia el ámbito de las discotecas. Entre los bits acelerados y algún scratching, trece bailarines –entre los que también se cuenta Robles– desarrollan figuras eróticas. La fuerte impronta musical y las formas y movimientos pulidos de estas dos propuestas contrastan con el tipo de búsqueda a que aspira Gerardo Litvak. Un monstruo y la chúcara está interpretada por Pablo Rotemberg y Gabriela Prado, dos bailarines-actores que encarnan a los dos personajes que aparecen en el título. Esta obra es el resultado de la reelaboración de antiguos materiales que Litvak mostró ya en 2000 y luego desmembró como dos piezas autónomas. Sin rozar el naturalismo, sino cerca del absurdo, Litvak extrajo de las improvisaciones de Rotemberg y Prado gestos y tics automáticos para construir dos seres perturbados y perturbadores. Ellos se verán nuevamente en el Alvear, después de haber transitado escenarios de Porto Alegre, Viena, Nueva York y San Francisco. Explotan las posibilidades físicas del entrenamiento en danza para contar una historia, el conflicto de la inmovilidad. El sonido acompaña el relato pero circula independientemente.
El segundo programa de Contemporánea X 6 se verá desde el viernes 29 de abril hasta el domingo 15 de mayo. Comenzará con Guarda nada, de Valeria Kovadloff. Presentada en el III Festival Buenos Aires Danza Contemporánea del año pasado, se inscribe dentro de la danza-teatro. Utiliza la música con aires de chamamé, compuesta especialmente por Marcelo Katz, y plantea problemáticas femeninas de dos intérpretes. Seguirá un trabajo de Luis Garay, joven coreógrafo colombiano radicado en la Argentina. Estrenará Hay en mí formas extrañas, con música de Marcelo Lupis, quien ya colaboró con él en ¿? (Quién es quién). El ciclo proyectado por el Complejo Teatral de Buenos Aires se cerrará con un tercer programa, entre el 21 de mayo y el 5 de junio. Estará integrado, en primer término, por Yoyano Kepo, dirigido conjuntamente por Ana Garat y Pilar Beamonte. Esta trilogía –compuesta por un solo, un trío y una danza grupal– también se vio en el III Festival Buenos Aires Danza Contemporánea. El lenguaje que la sostiene es el flying low, concebido por el bailarín venezolano David Zambrano en Estados Unidos, como un aprovechamiento de la seguridad que el piso brinda en relación con la fuerza de la gravedad. Con esta técnica de gran energía, Garat y Beamonte conciben movimientos arrinconados sobre la superficie del suelo, que transmite sensaciones de compresión y asfixia. En segundo término, se anuncia otro estreno: Y te encontré ahí, de Roxana Grinstein, directora de su compañía El Escote y del Ballet del IUNA. Transcurridos los dos meses de funciones, culminará así un paneo por seis de los principales coreógrafos y tendencias que ofrece el panorama actual de la danza contemporánea argentina.