ESPECTáCULOS
› “TOMALO CON CALMA”, DE F. GARY GRAY, CON TRAVOLTA/THURMAN
A veces no alcanza con un baile
Por L. M.
“¿Bailás?”, le pregunta intencionadamente Uma Thurman a John Travolta, promediando el metraje de Tómalo con calma. Y él le contesta, canchero: “¿Yo? Soy de Brooklyn...”.
Sí, ya se sabe desde aquella famosa Fiebre de sábado por la noche (1977), ambientada en los salones de baile de un Brooklyn Made in Hollywood, que Travolta –por entonces llamado Tony Manero– puede sacarle viruta al piso. Y después de haber estado enterrado casi una década, Travolta volvió a la pista de la mano de Quentin Tarantino, que lo sacó a bailar de nuevo con una partenaire de lujo, Uma Thurman, en la ya legendaria escena de Pulp Fiction (1984). O sea, que los dos saben bailar y saben que el espectador lo sabe y los ha visto y los recuerda juntos. Pero ese recuerdo no basta para construir por sí solo una nueva película, que para colmo es una secuela, de una secuela de una novela.
A ver... En el comienzo fue una novela de Elmore Leonard llamada Get Shorty, que llevada al cine en 1995 (aquí se llamó El nombre del juego) fue considerada con toda justicia una de las mejores adaptaciones de este legendario escritor de la serie negra. Vinculado con el cine desde algunos westerns clásicos –El tren de la 3.10 a Yuma, The Tall T, Hombre–, Leonard alcanzó sin embargo su fama hace una década, cuando a Get Shorty le siguió la magnífica versión Tarantino de Rum Punch, titulada Jackie Brown. El escritor se sintió tentado por el cine y escribió entonces una continuación de Get Shorty, en la que el mismo mafioso Chili Palmer pasa del negocio de Hollywood a los enjuagues de la industria musical. La fórmula de Tómalo con calma se completa con algunos otros nombres famosos, como un cameo de James Woods, una aparición especial de Danny De Vito (que estaba en la película original), una rutina de Harvey Keitel y un par de minutos de Steven Tyler haciendo de sí mismo, todos robando un poco de cámara sin lograr levantar el nivel del baile.