ESPECTáCULOS
› EMPIEZA EL FESTIVAL DE CANNES
El nuevo esplendor de la gran vidriera
El encuentro arranca con Lemming. Habrá films argentinos, aunque no en competencia.
› Por Luciano Monteagudo
Aunque esta vez no participa de la competencia oficial, el cine argentino vuelve a estar presente en el Festival de Cannes, la máxima cita del cine mundial, que comienza hoy y se extenderá hasta el domingo 22. A diferencia de la anterior, que contó con La niña santa, de Lucrecia Martel, en el concurso principal, ahora la representación argentina se mudó a la sección “Un certain regard” (“Una cierta mirada”), donde participa Nordeste, el primer largo de Juan Diego Solanas, el hijo de Pino. Una figura legendaria de la Croisette, el bulevar marítimo de Cannes, donde estuvo con casi toda su obra, desde la incendiaria La hora de los hornos hasta El viaje, pasando por Sur, que le valió el premio al mejor director.
¿Podrá repetir el film de Juan Diego las repercusiones que tenían en el Palais des Festivals los de su padre? Hasta hace un par de años, “Un certain regard” era una sección no competitiva, pero la dirección del festival, a cargo de Thierry Frémaux, decidió incorporarle un jurado, para darle mayor visibilidad y resonancia a los films. Por lo cual la película dirigida por Solanas (h) en escenarios de Formosa y protagonizada por la francesa Carole Bouquet, acompañada por Enrique Piñeyro (director y protagonista de Whisky Romeo Zulu), podrá aspirar a algún premio de la sección, según lo dictamine un jurado presidido por el director estadounidense Alexander Entre copas Payne e integrado, entre otros, por el crítico argentino Eduardo Antín (Quintín) y la directora del Festival de Rotterdam, Sandra Den Hammer.
Nordeste no será la única argentina en Cannes. En la sección paralela “Quincena de los realizadores”, que históricamente hizo lugar a las manifestaciones más radicales del cine contemporáneo, estará Géminis, lo nuevo de Albertina Carri, producida por Matanza Cine, la productora de Pablo Trapero, un nombre que ya tiene peso en el circuito de festivales y que sin duda fue determinante para la inclusión en la “Quinzaine”. La directora de Los rubios deja atrás al documental y se presenta con una ficción protagonizada por Cristina Banegas, que narra la virulenta historia de amor de dos hermanos de una familia de clase media alta.
A su vez, Lisandro Alonso, que el año pasado estuvo en la Quincena con su segundo largo, Los muertos, ahora viaja como parte de un proyecto nuevo del encuentro francés, titulado “L’Atelier du Festival”. Se trata de un programa dedicado a ayudar a jóvenes realizadores por quienes el festival hace una apuesta a futuro y a los que les facilita una serie de encuentros con profesionales de la industria (productores, distribuidores, críticos) para que presenten sus proyectos. Alonso estará acompañado por colegas de Albania, Bosnia, China, Laos, México, Palestina, Paraguay, Perú y Chad, entre otros países que no forman parte, precisamente, de las potencias del cine, aunque también están anunciados proyectos de Francia, España, Alemania y EE.UU., entre otros. A priori, se diría que se trata de una respuesta de Cannes a las iniciativas de Berlín (el Talent Campus, el World Fund, el Co-Production Market), en el cada vez más competitivo mundillo de los festivales.
Y hablando de competencias... El concurso oficial –inaugurado hoy, en la función de apertura, con la local Lemming, del francés Dominik Moll– recupera muchos de los grandes nombres que faltaron el año pasado y que circunstancialmente se había “robado” la Mostra de Venecia, que le propinó un revolcón a Cannes con su selección de notables. Pero aunque le cuesta reconocerlo públicamente, Frémaux parece haber tomado nota y volvió a ejercer el derecho de pernada que siempre tuvo Cannes sobre el mejor cine mundial. O al menos sobre sus nombres más resonantes, los que durante años se llamaron en la Croisette “les abonnés” y que regresan mansamente al redil. Entre ellos llaman la atención el alemán Wim Wenders (ausente desde 1997), los canadienses David Cronenberg y Atom Egoyan, los belgas Luc y Jean-Pierre Dardenne, el austríaco Michael Haneke, el danés Lars von Trier, el israelí Amos Gitai, el taiwanés Hou Hsiao-hsien, el coreano Hong Sang-soo y los estadounidenses Gus van Sant y Jim Jarmusch, veteranos de la competencia oficial cannoise (varios incluso premiados con la Palma de Oro) y que ahora vuelven a reunirse por doce días en una suerte de dream team del cine.
“Cada caso es único y no hay derechos adquiridos”, señaló el director artístico del festival. “Cada uno presentó sus nuevas películas, y si fueron elegidas es estrictamente por sus méritos y por lo que dicen de la creación cinematográfica de hoy, no por lo que signifiquen sus apellidos”, insistió. Para resaltarlo, Frémaux destacó la presencia en concurso de recién llegados como el mexicano Carlos Reygadas, que trae al Palais su segundo largometraje (después de la revelación que significó Japón), del iraquí Hinner Saleem, del chino Wang Xiaoshuai y hasta del actor Tommy Lee Jones, en su primera experiencia detrás de cámaras. Y aunque en esta edición no habrá documentales en competencia (como Fahrenheit 9/11, de Michael Moore, que en el 2004 se llevó la Palma de Oro), ni películas de animación (como Shrek, que parecía sobrar en el concurso), sí volverá el cine de género, con la nueva realización del hongkonés Johnnie To, y con Sin City, una adaptación de los comics de Frank Miller realizada por el propio Miller en connivencia con Robert Rodríguez y Quentin Tarantino como “director invitado”.
Si se trata de estrellas y caras famosas, la alfombra roja verá pasar unas cuantas, bajo cada vez más estrictas medidas de seguridad. Frémaux ya se animó a asegurar la presencia de Bruce Willis, Mickey Rourke, Nathalie Portman, Ewan McGregor, Juliette Binoche, Scarlett Johansson, Kevin Bacon y hasta la reaparecida Eva Marie Saint, entre decenas de figuritas para el álbum. Sí, claro, entre esos nombres hay algunos inequívocamente asociados con La guerra de las galaxias y su Episodio III: La venganza de los Sith. Es que la nueva película de George Lucas tendrá su superestreno mundial el próximo domingo en el Grand Théâtre Lumière, como preludio a un blitzkrieg que en las próximas semanas se desencadenará sobre todos los rincones del planeta, incluida la Argentina, donde el capítulo que completa la saga se verá a partir del jueves 19. En una cuerda muy distinta, la otra gran première será Match Point, nuevo opus de Woody Allen, filmado íntegramente en Londres y con la que el autor de Manhattan vuelve al vértigo de Cannes, un festival demasiado populoso y demandante para un fóbico como él, pero al que necesita desesperadamente para devolverle a su cine un lugar de privilegio en la vidriera internacional.
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