ESPECTáCULOS
› “QUERIDO FRANKIE”, DE LA BRITANICA SHONA AUERBACH
El concurso del guión obvio
› Por Horacio Bernades
En los últimos tiempos, cierto cine inglés viene perfeccionando una fórmula de exportación que le ha dado magníficos resultados. En ella, lo rabiosamente local, lo casi folklórico, se pone al servicio de historias confeccionadas sobre la base de las más probadas fórmulas de público. Esas en las que cada resorte dramático es como un botón, que se aprieta para arrancar una lágrima o una sonrisa. Bastaría repasar películas como Waking Ned Devine, Billy Elliot, Saving Grace o Chicas de calendario para ver hasta qué punto unas repiten a las otras. En todas ellas, humilde gente pueblerina termina demostrando que es en esos pueblos chicos –de vida rutinaria, chata y aburrida– donde la verdadera calidez humana está esperando su oportunidad para bañar al prójimo en las más edulcoradas emociones. Distribuida internacionalmente por Disney/Buena Vista, Querido Frankie es el más reciente avatar de esta triunfante progenie for export.
Niño con padre abandónico (que lo dejó sordo de una trompada), vive mudándose de pueblo en pueblo. El no sabe la razón (la sufrida mamá no se lo dice, y si se lo dice él deberá leerle los labios para entenderle) pero es para escapar del golpeador. Junto con ellos va la abuela (la típica abuela-cascarrabias-pero-buena-y-graciosa) y llegados a uno de esos pueblos conocerán a una simpática camarera, que se hará amiga de mamá. El chico (el Frankie del título) se cartea con papá, que es marinero y anda navegando por los mares del mundo. O eso es lo que él cree. Llegado un punto, mamá deberá inventar un papá de repuesto para que Frankie no se entere de la cruel verdad. Si alguien ya adivinó que el sustituto es duro pero pintón, que empezará no queriendo saber nada con el niño pero terminará encariñándose, y que de paso en una de esas le da una alegría a mamá (que a su vez aparenta ser fea, pero se nota a la legua que es relinda), esa persona pinta para exitoso guionista de cine contemporáneo.
No es mucho mérito que el jugador en cuestión sonsaque que al final va a aparecer el padre biológico, porque de eso cualquiera se da cuenta. Si en cambio el concursante acierta que en algún momento alguien va a morir de cáncer inmiscuido, ahí sí habrá aprobado Oportunismo & Manipulación, que es la materia clave en la carrera de guionista en las escuelas actuales. Estará ya en condiciones de ejercer, summa cum laude, siempre apuntando a que lo dejen entrar en una Tierra de Promisión llamada Hollywood, dejando en el recuerdo a Inglaterra y sus pueblitos tristes, lluviosos y amarronados, que tanto rédito dan.