Jue 09.06.2005

ESPECTáCULOS  › “SR. Y SRA. SMITH”, CON BRAD PITT Y ANGELINA JOLIE

Un matrimonio que se lleva literalmente a los tiros

La película de Doug Liman es una metáfora bestial del matrimonio entre las clases pudientes estadounidenses o lo que queda de él.

› Por Martín Pérez

Alguna vez la venerada crítica cinematográfica estadounidense Pauline Kael escribió que ver besarse a dos megaestrellas de Holly-
wood como Rock Hudson y Doris Day era como ver a dos autos último modelo hacerse señas con las luces. No había pasión allí. Ni romance. Sólo Hollywood. Pues bien, con Brad Pitt y Angelina Jolie sucede más o menos lo mismo. Pero en vez de hacerse señas con las luces, un beso entre estas dos megasuperestrellas de hoy es más bien como ver a dos camionetas 4 x 4 chocando de frente. Porque eso es lo que hace el director Doug Liman con los protagonistas de su bestial comedia romántica Sr. y Sra. Smith, una suerte de Guerra de los Roses protagonizada por dos James Bond, uno de ellos con faldas, pero en la que el humor negro es expulsado rápida y oportunamente de la ecuación. Aun cuando, tal como dice el personaje de Jolie en la película, un final feliz es sólo una historia que aún no terminó.
Supuestamente escrita por Simon Kinberg –el guionista de la inminente Los 4 Fantásticos y la cinematográficamente desastrosa pero políticamente correcta XXX2: Estado de emergencia– como tesis de maestría para la Universidad de Columbia, la historia de Sr. y Sra. Smith es la de una pareja cuya pasión parece haberse agotado, pero que logrará hacerla revivir una vez que enfrenten sus secretos. Una solución que no alcanzarán en sus sesiones de terapia de pareja, sino cuando descubran que les ha sido encomendada la misma misión. Ya que los evasivos Sr. y Sra. Smith no son los exitosos profesionales que parecen ser ante el mundo (y el uno ante el otro), o sí lo son, pero con una especialidad mucho menos respetable: la de agentes con licencia para matar. Y la fuerza de las circunstancias (laborales) los llevará a tener que eliminarse el uno al otro.
Presentada por la revista Variety, la biblia de Hollywood, como la película con más problemas de presupuesto, romance de sus estrellas fuera de la pantalla y retrasos de producción desde Gigli, aquella fallida comedia de casamiento entre Ben Affleck y Jennifer López, Sr. y Sra. Smith es una película que asume el casamiento como una batalla. Y una batalla a muerte entre asesinos implacables. Dirigida con buen sentido de la acción por Doug Liman, responsable de La supremacía de Bourne (y de la serie de televisión The O. C.), la película en la cual Angelina Jolie parece haberse robado a Brad Pitt de los brazos de Jennifer Aniston (lo que le aseguró al film una publicidad extra) es una bestial metáfora del matrimonio entre las clases pudientes norteamericanas. O, mejor dicho, del final de éste.
Con un desenlace prácticamente interminable, pasando de un final al estilo Guerra de los Roses a otro como Pat Garrett y Billy The Kid (?), Sr. y Sra. Smith es una superproducción que tanto en el comienzo como en el final responde más a necesidades de producción que a su naturaleza como película, si es que la tiene. Prólogo y epílogo parecen de otra película, y en eso radica su supuesta gracia, con ambos protagonistas mirando a cámara, respondiendo las preguntas de su terapia de pareja. Así se descubre su problema, y también que ni él ni ella se imaginan lo que realmente hace el otro. Y eso que su primer encuentro fue en Colombia, escapando del gobierno local, cinco (¡o seis!) años atrás.
Con Vince Vaughn funcionando como un eficaz alivio cómico, es una lástima que en la pantalla Pitt y Jolie parezcan permitirse tan poca química entre sí como la que Pitt supo tener con otra megaestrella como Julia Roberts. A diferencia de sus películas con George Clooney y toda la banda de La gran estafa, Brad no parece estar diviertiéndose mucho. Tal vez por eso Angelina le pasa por encima con su 4 x 4 cada vez que quiere. No casualmente los mejores momentos de Sr. y Sra. Smith llegan cuando la violencia reemplaza decididamente a las caricias. Quizá porque Hollywood entiende mucho mejor la violencia que el sexo. Y así es como dos bombas sexies como Pitt y Jolie, en vez de desnudarse a los besos en la pantalla grande, van por ahí, matándose a balazos.

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