ESPECTáCULOS
› PROGRAMA DEDICADO AL SIGLO XX
El encanto de lo oblicuo
El nombre ya anuncia que se trata de algo levemente fuera de eje. El grupo se llama Compañía Oblicua, lo dirige el compositor Marcelo Delgado y se caracteriza tanto por su atípica conformación instrumental como por los programas que elige, donde combina estrenos –muchos de ellos de compositores argentinos– y obras muy poco transitadas, creadas a partir del siglo XX. Hoy tocará, a las 20.30, en el Auditorio El Aleph del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) y el repertorio elegido hará honor a sus mejores antecedentes. Conformado por Adriana Montorfano y Sergio Catalán en flautas y piccolos, María Eugenia Marsili en oboe, Federico Landaburu en clarinete, Julieta Di Fede en fagot, Mariano Nardini en saxo, Agustina Guidolin en trompeta, Sebastián Romero en trombón, Elena Buchbinder y Cecilia García en violines, Mariano Malamud en viola, Fabio Loverso en violoncello, Facundo Ordóñez en contrabajo, Luis Orias Diz en guitarra, Patricia Martínez en piano y Matías Keller en percusión, junto a la mezzosoprano Cecilia Pastorino, interpretarán Estertor Canino, de Pablo Casals; O King, de Luciano Berio; Alea, de Clifford Tchekaikis; Rítmicas y Lógicas, de Sabrina Escobar; la genial La pregunta sin respuesta, de Charles Ives –una obra en que la trompeta y dos grupos instrumentales se superponen–; Caminos de cornisa, de Mariano Etkin; Sapucai, de Facundo Ordóñez, y Vacas demasiado cerca de la carretera, de Leo Maslíah.