ESPECTáCULOS
› LOS PREMIOS MARTIN FIERRO, ENTRE LOS LUJOS
DEL HILTON Y LAS PROTESTAS
Una noche en que el coraje tuvo su premio
Con piquetes y un fuerte operativo de seguridad, los premios de Aptra no ofrecieron mayores sorpresas..., salvo varias menciones discutibles para Radio 10 y Canal 9. Canal 13 se llevó 14 estatuillas, seguido por Telefé (7) y el 9, con 4. Por cuarto año consecutivo, el Oro fue para la ficción: Padre Coraje.
A diferencia del año pasado, esta edición del Martín Fierro tuvo una “previa” más sustanciosa, menos concentrada en el rito frívolo del ingreso de las estrellas por la alfombra roja: poco antes de comenzar la ceremonia de los premios a lo mejor en radio y TV 2004, las puertas del Hotel Hilton concentraban tres tipos diferentes de protesta. Por un lado estaban las organizaciones sociales bolivianas –con una amplia mayoría de mujeres–, que no aceptaban tan fácilmente las supuestas disculpas de Oscar González Oro por sus dichos racistas en Radio 10. Bajo la consigna “Por el respeto a la cultura de los pueblos originarios”, Lidia Camacho afirmaba que “González Oro no nos puede agredir de esta manera, que atenta contra el respeto y la dignidad”, mientras que Ana María Vargas, de la Pastoral de Acompañamiento al Inmigrante Boliviano, señalaba que “no es la primera vez que nos denigra”. Pero las protestas incluían también a otros enemigos jurados de Radio 10 y Canal 9, los piqueteros que, comandados por Nina Peloso, pedían que “nuestros artistas sepan cómo se persigue a un luchador social como Raúl Castells, que lleva once días de ayuno”. Y el panorama se completaba con organizaciones ecologistas que protestaba por el vestuario de las estrellas: un productor del programa Tendencias señalaba que, “como está de moda, todas se vinieron con pieles, Denise Dumas, Nora Cárpena, China Zorrilla, Amelia Bence, hasta Connie Ansaldi”.
Ese estado de las cosas produjo sus rebotes adentro. Al menos, Eduardo Aliverti, el primer premiado de la noche (por “Labor masculina en radio”), se encargó de que los hubiera: tras reivindicar el premio “para la prensa libre, sobre todo en un momento difícil en el que se ratifica a los mismos dueños de medios y seguimos regidos por la Ley de Radiodifusión de la dictadura”, el periodista saludó a la “colectividad boliviana que está afuera, que fue objeto de una verborragia fascista”. Fueron referencias inevitables de una noche en la que, de modo coherente con el signo ideológico de los responsables de Canal 9, hubo un fuerte dispositivo de seguridad afuera y una serie de recomendaciones adentro, cuando los cortes comerciales eran aprovechados para informar a los presentes en el salón que el cuerpo de seguridad del hotel estaba “perfectamente entrenado” para un caso de evacuación. Postales de la vida post Cromañón.
Más allá del entorno, el ritual del gauchito siguió los caminos conocidos. Dady Brieva, quien se definió “mandibularmente, el hermano no reconocido de Daniel Hadad”, hizo un pequeño discurso para la entrada triunfal de Mirtha Legrand, conformando la dupla de conducción más extraña en la historia de los premios. Con ellos llevando el pulso (buscando evitar excesos pasados, Legrand advirtió que debían entregar la transmisión antes de la 1) comenzó el desfile de premios. Hubo lugar para un raro encuentro en el estrado, cuando se anunció a Samuel “Chiche” Gelblung como ganador por “Labor periodística masculina” (por Edición Chiche), y Chiquita no tuvo más remedio que admitir: “Las vueltas de la vida, se la pasó hablando mal de mí y yo ahora le doy un premio”. Pero también para que Enrique Macaya Márquez, agradeciendo la enésima estatuilla para Fútbol de Primera, recordara que el programa cumplía veinte años y que no estaría mal que Aptra reconociera los logros técnicos y la producción integral del programa. En el rubro de agradecimientos, fue Sebastián Wainraich, quien mostró mejor reflejos, cuando tomó su premio como revelación y dijo: “Soy progre, pero igual vine a la fiesta del 9”.
El premio al programa futbolístico de Canal 13 no produjo precisamente sorpresa en el auditorio, pero no fue el único que confirmó los pronósticos: a pesar de competir con productos de alto impacto como Floricienta y La niñera, parecía claro desde el principio que Los Roldán se llevaría el premio a la comedia (la gente de Ideas del Sur, comandada por un Tinelli afectado de conjuntivitis viral, ocupó un cuarto de las mesas), así como Carola Reyna parecía destinada al galardón a la actriz de reparto en comedia y no resultó extraño que Locas de amor, el notable unitario protagonizado por Leticia Brédice, Julieta Díaz y Soledad Villamil, cosechara cinco premios, e Indomables fuera premiado como “Interés general”. Sí despertó suspicacias que el premio al “Servicio informativo” quedara en Radio 10, que Rolo Villar (por la misma radio) dejara atrás a Enrique Pinti en “Labor humorística”, que Gelblung le ganara a Hoy por hoy, El exprimidor y La vuelta con Magdalena, que No hay dos sin tres triunfara como “Humorístico” sobre Gasalla en pantalla y CQC, o que Telenueve ganara como noticiero. La presencia de Hadad, aplaudiendo entusiasta la “épica” versión del Himno a cargo de Patricia Sosa y Sandra Mihanovich, contribuía a las teorías conspirativas. A medida que fueron desfilando los rubros de ficción y Padre Coraje totalizaba siete premios, se fue confirmando la impresión de que el ciclo protagonizado por Facundo Arana, Nancy Duplaá y Carina Zampini tendría un brindis de oro. Y así fue.
González Oro no ganó nada.
Informe: Julián Gorodischer, Emanuel Respighi.
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