Por E. R.

Un departamento desordenado, ropa tirada por el piso, una cama, una mujer y un hombre desnudos envueltos en las sábanas. Se despiertan, se miran a los ojos, se sorprenden y caen en la cuenta de que se desconocen, pese a que son conscientes de que sus cuerpos se fundieron en una noche de alcohol y sexo. Una relación esporádica que ninguno de los dos quiere tomar muy en serio, ni proyectar un futuro en conjunto. Si ni siquiera conocen sus nombres, ni quieren saberlos. “Me voy a tomar un baño porque hoy es mi primer día de trabajo. Cuando salga, no quiero verte más”, le disparó Meredith al desconocido, con honestidad brutal. Claro, la médica, cuya residencia para cirujano comienza ese mismo día, no tomó en cuenta un pequeño detalle: el desconocido es Derrick, quien no es otro que ¡el coordinador de residentes! La escena forma parte del comienzo de Grey’s anatomy, la nueva serie dramática que Sony estrena el próximo 7 de julio, a las 22.
Producida por la cadena ABC de Estados Unidos, la serie creada por Shonda Rhimes (El diario de la princesa 2, Entre copas) se introduce de lleno en el mundo de los hospitales. Aunque la temática ya cuenta con un antecedente de calidad como E.R., Grey’s anatomy se diferencia de la serie protagonizada por George Cloney por el hecho de que aquí la visión de lo que ocurre en un hospital no responde a la de médicos consagrados y de vasta experiencia. En Grey’s anatomy, en cambio, la narración avanza desde el punto de vista de los nuevos residentes que llegan al hospital de Seattle. En vez de centrarse exclusivamente en la tarea profesional, fría y calculadora de los médicos, la serie prefiere mostrar el lado humano, a partir del grupo de aprendices a los que les llegó la hora de poner en práctica lo que leyeron en tantos libros de medicina.
El primer día en un hospital, el tensionante debut en el quirófano, la relación con una coordinadora a la que apodan no sin argumentos “la nazi”, la disociación entre teoría y práctica, el primer paciente muerto, la soberbia de los profesionales reconocidos, las envidias entre sus colegas y las relaciones afectivas que surgen entre los residentes son algunos de los inconvenientes con que se enfrentan los futuros cirujanos. “Hubiera preferido haber sido cheff, cartero, instructor de esquí”, le comenta John, apodado 007 (“con licencia para matar”) por haber fallado en su primera operación, a Meredith. “No puedo pensar en una razón para ser cirujano, pero puedo dar miles para renunciar a serlo”, le contesta Meredith, la protagonista. “¿Vamos a sobrevivir, verdad?”, se pregunta John, al final de la primera guardia de 48 horas de una serie que combina drama con algunas dosis de humor.
Además de la serie sobre el funcionamiento del sistema de residencias en EE.UU., Sony estrenará otras tres, dos de ellas reality shows. Indagando en el trillado tema del apocalipsis, Revelations (desde el 6 de julio a las 22) es el título de una serie que de alguna manera bebe de la misma sangre que El Código Da Vinci: historias enmarcadas en la religión y sus misterios. Aquí, la lucha entre Dios y Lucifer se dirime a través de tres personajes relacionados: un descreído profesor de Harvard (Bill Pullman) al que le gusta llevarse algún dinero extra explicando la lógica racional de algunos eventos relatados en la Biblia; una monja incansable que viaja por el mundo a cuanto evento extraordinario indique que el fin del mundo está cerca, y un líder de una secta con ideas non sanctas.
Producidos por Ben Silverman (Coupling, Queer as folk, ¿Quién quiere ser millonario?), The restaurant y Blow out mostrarán el armado y el funcionamiento de una peluquería y un restaurante al que suelen acudir estrellas de Hollywood. The restaurant (miércoles a las 20) se involucra en el nuevo complejo gastronómico de Rocco Di Spitito, el cheff de moda de los círculos más trendy de Nueva York. En tanto, Blow out (miércoles a las 21) se mete de lleno en las excentridades de Jonathan Antin, un estilista de Beverly Hills cuyas manos frecuentan las cabelleras de distintas celebridades, como Kate Bosworth, Ricky Martin y Kirsten Dunst.